HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Relatos de víctimas

Los testimonios que rindieron los exsecuestrados ante la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, que nuevamente conmovieron a los colombianos al recordar las atrocidades a las que fueron sometidos y la degradación en su propia condición humana, tienen mucha más trascendencia que la destacada en los titulares de prensa.

Para los procesos que adelanta la justicia especial contra los guerrilleros desmovilizados, representa un material importante en el objetivo de establecer los delitos de lesa humanidad cometidos por los exintegrantes de las Farc.

Aunque ya eran de público conocimiento y en su momento tuvieron amplia difusión por las condiciones en que las víctimas estaban secuestradas, el hecho de que esas declaraciones se den en el marco de una diligencia de la JEP, determina que ni los cabecillas que ordenaron los secuestros o sus traslados, ni el Secretariado que aprobada todos los atropellos a los que fueron sometidos, ni los militantes encargados de su custodia podrán negar la responsabilidad en esos actos, pues con casos plenamente identificados, faltar a la verdad supondría sanciones más drásticas, incluso pena de prisión.

Todos sabemos que las Farc, en sus más de 50 años de vida guerrillera, cometieron crímenes de lesa humanidad, pero seguramente, como ya se ha escuchado en algunas declaraciones de líderes de esa organización, muchos pretenden negar los delitos ante la JEP. Con audiencias como la referida, con la participación de las personas que sufrieron el secuestro, será imposible no aceptar los cargos, en consecuencia esas transgresiones no recibirán ninguna amnistía.

Sin embargo por disposición del acuerdo firmado en La Habana, dichas condenas no inhabilitan a quienes ostentan una curul en el Congreso de la República, situación que causa desconcierto en muchos colombianos.

El desarrollo de esos procesos penales, que seguramente serán ampliamente divulgados en el seguimientos que hacen los medios a este tema, y los resultados de las pasadas elecciones legislativas en las que el partido de la Farc logró un poco más de 52.000 votos para Senado y 32.000 para Cámara, cifra que no alcanzó para superar el umbral, auguran un futuro oscuro para ese movimiento político.

Escuchar cada uno de los relatos de las víctimas del conflicto con verdades de lo ocurrido en zonas que la guerrilla dominaba a su antojo, muchas de esas acciones todavía desconocidas, acrecentará el resentimiento que ya existe por una organización que se dedicó a pasar por encima de los derechos de campesinos, niños y población en general.

Después de las narraciones de víctimas y familiares será muy difícil para los magistrados de la JEP no aplicar justicia, que no puede ser otra que proferir las condenas correspondientes para los responsables.

Esta será una oportunidad de oro para demostrar que una jurisdicción especial, que tiene los ojos del mundo puesta en ella por las particularidades que la caracterizan, puede obrar con los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición, de lo contrario se estaría dando argumentos para que asuma competencias la Corte Penal Internacional.

*ExMagistrado

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