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¿Qué hay detrás del sistema de créditos informales como el ‘gota a gota’ o ‘pagadiarios’?

Según autoridades, este sistema puede generar 2.500 millones de pesos diarios en una ciudad como Barranquilla.

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Luego de la muerte de Jessy Paola Moreno, la mujer de 32 años que saltó desde un puente en Ibagué con su hijo por presuntos problemas económicos, las autoridades civiles y judiciales vuelven a poner sus ojos en un flagelo que afecta a gran parte del país: los ‘gota a gota’ o ‘pagadiarios’.

De acuerdo con denuncias de la gente en diferentes ciudades y de los mismos organismos de investigación, estas personas prestan dinero con la exigencia altos intereses y en ocasiones usan la violencia cuando los clientes se atrasan con los pagos.

Estas alertas se dispararon luego de que el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, revelara que Jessy Moreno habría decidió quitarse la vida por presuntas presiones de algunos ‘gota a gota’ con los que tendría deudas.

Jaramillo indicó que dos casos recientes de suicidio que se presentaron en el municipio están relacionados con las dificultades económicas que atravesaban estas personas y con los métodos utilizados por los denominados cobradores ‘gota a gota’ para exigir el pago de las deudas.

“El análisis que se ha hecho es que por lo menos dos de los casos recientes, tenían situaciones económicas y estaban siendo presionados por los prestamistas de una manera que sale de todo contexto, inclusive con situaciones que ponen en riesgo la vida”, dijo Jaramillo.

Ciudadanos que han solicitado créditos con estas personas explicaron que generalmente cuando se incumple con los pagos de las cuotas programadas, el cobrador usa términos o ejecuta acciones intimidantes.

“La mayoría son muy agresivos, tratan mal las personas, las amenazan, las ultrajan y les dicen que si no pagan se les llevan las cosas, el equipo o el televisor o les dicen ‘pilas que con esas yo no me quedo’, entonces uno se siente amenazado”, dijo una de las personas consultadas.

En Barranquilla, las comunidades se ven afectadas por las mal llamadas «inversiones”, que son lideradas por ‘cobradiarios’ que colocan en jaque la tranquilidad de los más pobres. Estas personas, que normalmente andan en motocicleta, son los responsables de estas agresiones contra la población cuando no pueden pagar los préstamos.

Según las autoridades, el «negocio» de los cobradiarios o gota a gota puede mover diariamente en la ciudad unos 2.500 millones de pesos y sólo en un mes pueden cobrar el 20 por ciento o más de intereses.

Carla Elena Gutierrez, habitante del barrio las moras en Barranquilla, dijo que «nosotros pedimos esos prestamos porque en el banco no lo podemos hacer, yo tengo necesidades y tengo que recurrir a ellos, mientras uno pague no pasa nada, pero si uno no paga, son agresivos, dicen vulgaridades e incluso de llevan los electrodomésticos como método de cobro».

En el mes de abril del año 2018, las autoridades tiene en su registro que a través de la operación ‘Mercurio’ dieron captura a nueve personas vinculadas a una red de ‘cobradiarios’ o prestamistas ‘gota a gota’ que centraban sus operaciones en las cinco localidades de Barranquilla y en Soledad, municipio del área metropolitana.

Los detectives de la SIJÍN encontraron que los capturados no sólo se lucraban diariamente con el «negocio», sino que presuntamente abusaban de sus clientes con golpes, intimidaciones y hechos de sangre.

En Cartagena esta realidad no es diferente, ya que se ha convertido en la modalidad con la que los sectores vulnerables y de escasos recursos logran acceder a ese dinero con el que pueden solventar sus necesidades económicas.

Las personas que se dedican a prestar dinero sin necesidad de “codeudor” y que manejan tasas de interés fijas para el pago del “crédito informal”, han construido un nicho de mercado en el que la solución rápida de una deuda es la principal premisa.

“Yo recurrí a un pagadiario primero que todo por la facilidad, y segundo por las deudas. Uno va al banco y le piden una cantidad papeles, en cambio con el pagadiario simplemente se firma una letra”, manifestó un ciudadano.

Sin embargo el drama comienza cuando se debe pagar el crédito y los mecanismos que utilizan para cobrar los prestamistas son la intimidación y una presión constante que puede llevar al ciudadano al borde de la locura.

“Ellos (pagadiarios) venían a la casa a tumbarme la puerta, eso fue horrible, yo tenía que buscar la plata donde fuera, esa fue una experiencia que no se la deseo a nadie”, dijo una afectada.

De acuerdo con Leonardo Jimenez, coordinador del Centro de Estudios para el Trabajo (Cedetrabajo) en Cartagena, existen tres razones que inciden a que el ciudadano en esta ciudad recurran estos prestamistas.

La primera se debe a las limitantes del sistema financiero, la segunda está relacionada con los niveles de pobreza, donde Cartagena se ubica como la cuarta ciudad de Colombia por este concepto.

La tercera, en complemento con la anterior, tiene que ver con que de los 420.000 ocupados reportados por el Dane en esta ciudad, el 80% gana en salario mínimo.

Pese a que no existe un estudio en Cartagena que haya abordado el impacto de esta actividad en la calidad de vida de la ciudad, se estima que en promedio diario un prestamista puede estar recibiendo por cuenta de los pagos ‘Gota a Gota’ entre 5 y 10 millones de pesos.

 

 

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