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Jaime Buenahora quiere ser alcalde y traza un nuevo rumbo para Cúcuta

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Después de dos periodos en el Congreso de la República, en representación de los colombianos en el exterior, Jaime Buenahora Febres-Cordero está decidido a ser el nuevo alcalde de Cúcuta.

El dirigente cucuteño, quien asegura que resolvió no buscar su reelección en la Cámara porque los ocho años que estuvo allí fueron suficientes, dice que su propósito ahora es imprimirle a Cúcuta una nueva dinámica, desde el primer cargo de la ciudad.

El abogado y excónsul de Colombia en Nueva York conversó con La Opinión sobre su nuevo proyecto político, la propuesta que quiere para la capital nortesantandereana y la situación de Venezuela.

¿Qué lo mueve a aspirar a la Alcaldía de Cúcuta?

La ciudad padece una profunda crisis y los cucuteños ya no aguantamos más. El ciudadano de bien se siente impotente y desplazado. La corrupción pulula y no tiene límites. Todo el mundo sabe lo que está pasando, pero no hay justicia, no hay organismos de control. Es una vergüenza. Se requiere de un gran movimiento ciudadano. La idea es convocar a la Cúcuta decente y hacer equipo con miles y miles de personas a las que les duele la ciudad; demostrar que podemos trabajar en equipo, y que con la participación de todos no solo se puede rescatar la ciudad, sino que podemos hacerla grande y sentirnos orgullosos. No podemos ser pasivos. Los cucuteños estamos ya hartos, ya son largos años de extrema corrupción. La reacción es ahora, con el concurso de todos.

¿Cómo ve a quienes quieren estar en esa misma carrera electoral?

Todo el mundo tiene derecho a aspirar y, por lo mismo, respeto a quienes han decidido ser candidatos, pero invito a todos los ciudadanos cucuteños a que sigan las campañas y hagan un escrutinio serio sobre los programas de los distintos aspirantes a la Alcaldía de Cúcuta; analicen su credibilidad y experiencia y, sobre todo, su trayectoria de honestidad. El proceso apenas comienza.

¿Le preocupa el clientelismo, que tanta carrera ha hecho en la ciudad?

Lo importante es hacer que la gente se interese y participe, que escoja a conciencia, y no por la inmediatez de una bolsa de mercado o unas pacas de cemento. Todo ciudadano correcto tiene que comprometerse a proteger la transparencia de las elecciones. Creo que, como nunca, esta vez hay que estar alertas y denunciar anticipadamente el dinero que corre para comprar votos, ganar con fraude, y luego secuestrar la ciudad por otros cuatro años. Esto no va a pasar en esta ocasión, porque entre todos vamos a desarrollar una cruzada inmensa para recuperar a Cúcuta.

¿Con qué apoyos espera contar?

Espero mover a la sociedad civil, es decir, los gremios, los comerciantes y empresarios, los trabajadores formales e informales, las comunas, los profesores, los estudiantes, las mujeres, los deportistas, los profesionales en todas sus ramas, en fin, vamos a tocar todas las puertas para que la gente reflexione, para que cada persona sienta el valor de ser ciudadano, y decida qué quiere como ciudad.

¿No habrá sectores políticos?

Por supuesto que también tendremos diálogos con todos los sectores políticos. Claro que sí lo vamos a hacer. Pero más allá de los partidos y las ideologías, estoy convencido de que podemos trabajar unidos sobre programas, pensando en una Cúcuta sin corrupción, distinta, grande, progresista e incluyente.

¿Hacia dónde está enfocada su propuesta para la ciudad?

He diseñado un programa para todas las áreas, desde la parte financiera y la seguridad ciudadana, pasando por la educación, salud, y vivienda,  hasta lo ambiental, cultural, y deportivo. Voy a hablar con mucha gente para socializar estos programas que son todos viables.

*Crisis en la frontera

¿Cuál es su percepción de la crisis en esta zona fronteriza, incluida la migración de venezolanos?*

La migración de los venezolanos es una vergüenza y constituye la gran prueba del fracaso del régimen. Los cucuteños nunca nos imaginamos una frontera cerrada. La afectación para la ciudad ha sido inmensa. Nicolás Maduro ha sido inepto, descarado, corrupto, y tiene que salir, pero no conviene que sea a la fuerza ni con una escalada guerrerista, porque podría ser funesto para Cúcuta. Todavía creo que se puede y debe trabajar una salida negociada. Lástima que el Grupo de Lima, del cual hace parte Colombia, no jugó esta carta sino que se apresuró siguiendo la línea de Trump.

¿Ve una salida pronta y democrática para Venezuela?

Sí la veo. El régimen se agotó. Maduro fue un tremendo fracaso. Ahora bien, es importante que la transición democrática otorgue garantías a todos los sectores. Venezuela no puede caer en el mismo bipartidismo de antaño, que representaron Copei y Acción Democrática, porque fue un bipartidismo de élites y también corrupto, que en parte explica el surgimiento del chavismo.

Políticamente, ¿cómo ve al país, aun tomando en cuenta el acuerdo de paz con las Farc?

Soy optimista y quiero que al presidente Iván Duque le vaya bien. Todavía le quedan tres años largos. Sería un error polarizar más el país desmontando parte de lo pactado con las Farc. Al acuerdo de paz se le pueden hacer críticas y reparos, pero los hechos de la desmovilización y la entrega de armas son un logro inmenso. Hay que saber implementar los acuerdos.

El congreso y su nuevo libro

¿Por qué cortó su carrera de congresista?*
Pienso que ocho años son suficientes en el Congreso de la República. Estuve dos períodos en representación de los colombianos residentes en el exterior y siempre en la Comisión de temas constitucionales. Ahora quiero trabajar por Cúcuta con mucho compromiso, dándole toda mi energía y experiencia.

En la vida pública, ¿qué le queda pendiente por hacer?

Ser alcalde de Cúcuta. Quiero trabajar por la ciudad que me dio las mejores oportunidades de mi vida. Aunque digan que ‘…no importa donde se nace sino donde se lucha’, creo que no hay nada más satisfactorio que servirle a la tierra que nos vio nacer y crecer. Cúcuta merece el esfuerzo de todos los cucuteños. Quiero convocarlos para emprender una gran cruzada, para rescatarla y hacerla grande.

A propósito de elecciones, ¿qué plantea en su último libro ‘Los procesos electorales’?

El libro explica las razones por las cuales en Colombia la democracia política no puede convertirse en democracia económica y social, analizando los distintos factores que impiden esa secuencia o transformación. Y plantea alternativas viables de solución. Se analizan los factores exógenos, como el neoliberalismo rampante, la dependencia económica, la deuda externa, la debilidad presupuestal, la poca infraestructura industrial, y la entrega gradual de nuestros recursos naturales a las multinacionales, entre otros; y, así mismo, los factores endógenos o internos, como la no aplicación de la Constitución para construir un verdadero Estado Social de Derecho, los planes de desarrollo insuficientes y sin soluciones estructurales, la debilidad de los partidos y movimientos políticos como actores principales de la política, y el fenómeno depredador de la corrupción, etc.

CÚCUTA (La Opinión )

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