HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Hacia una adecuada movilidad

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Hablar de movilidad, es tema neurálgico y complejo. Va más allá de tener que ver con áreas urbanas, movimientos poblacionales, actividades económicas dentro del territorio, transformaciones morfológicas, estructurales y funcionales que originan; imponiéndose definir para Santa Marta una movilidad adecuada y optima en lo posible, ya que por sus precarios niveles afectan a muchas familias, especialmente las de escaso acceso a los servicios de infraestructura, insumos básicos y las pésimas condiciones topográficas en que generalmente se ubican dificultando la posibilidad de contar con una red vial que garantice un eficiente servicio de transporte público.

La movilidad es un derecho ciudadano, que amerita que las políticas públicas a este tenor y aunadas a la planeación urbana, deban dirigirse a favorecer la integración social; pues movilidad y accesibilidad no dependen únicamente del sistema de transporte, sino de la diversidad y distribución de la centralidad, de la calidad urbana y de las ofertas de servicios de las zonas menos atractivas, como bien sostienen importantes tratadistas en la materia como Borja y Muxí.

El nivel de movilidad de una población se relaciona con el uso que hace del espacio urbano, ya sea por motivos laborales, sociales, recreativos o de cualquier otro tipo. En los grupos marginados la movilidad se reduce aumentando pobreza, exclusión, ampliando la diferencia entre ingresos y las condiciones de accesibilidad, segregación socioeconómica y espacial que condicionan el funcionamiento urbano, al tiempo de aparecer inseguridad, informalidad, precariedad del empleo, lo que obliga un modelo de ciudad con funciones y relaciones más dinámicas entre sus componentes, con actividades rentables, competitivas, financieras, comerciales, recreativas, con vías y espacios funcionales aprovechando zonas que cuentan con ventajas de locación.

Bien pudiera ser en concordancia con lo expuesto, la construcción de una gran Avenida paralela al Río Manzanares, que cubra el tramo desde la Playa de Los Cocos hasta Bonda, con cuatro carriles a cada lado, uno de ellos independiente para la circulación de motocicletas, adicionalmente los espacios para ciclovía y sendero peatonal, alamedas, espacios de recreación, con puentes elevados en vías principales, lo cual debió realizarse para evitar la excesiva semaforización de las carreras cuarta y quinta, para no interrumpir la circulación de la Avenida del Rio. Es en efecto entrar de lleno a recuperar definitivamente la ribera del Manzanares como una obra digna de la Santa Marta turística por excelencia y no la hostil de hoy, acompañado todo de una agresiva campaña pedagógica de cultura ciudadana, convivencia y medioambiental, para evitar las atrocidades que se cometen con su lecho. De igual manera, en forma perentoria e inmediata, se requiere que la Carrera primera recobre su segundo carril para descongestionar el caos existente en el centro de la ciudad, gestionar la prolongación de la Avenida Campo Serrano hasta el Rodadero, a través de un adecuado túnel que permita su paso por el Cerro Ziruma, la vía paralela al mar con destino al mismo Rodadero, entre otras tantas obras necesarias e indispensables que están a la vista de toda la ciudadanía, cuya omisión preocupa y causa alarma, llegándose la hora de la  reacción y ejecución, con la firme invitación que los funcionarios encargados cambien de verdad la historia de Santa Marta, con realizaciones de envergadura.

*Jurista

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