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Las preguntas que deja el antidepresivo en spray nasal aprobado en Estados Unidos

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En Colombia cerca de 2 millones de adultos viven con depresión. De acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud 4,7 % de los colombianos sufren este mal, una cifra que está por encima del promedio mundial (4,4 %). Gran parte de estas personas no acceden a tratamientos disponibles como terapias o medicamentos, en parte por la estigmatización que hay alrededor de las enfermedades mentales.

El pasado martes, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó un tratamiento de prescripción que de aprobarse en Colombia también, promete ayudarlos. Es un medicamento de acción rápida derivado de la molécula ketamina, un anestésico disociativo usado con frecuencia en pacientes quemados o para implementación en veterinaria.

Llamado esketamine, promete una acción rápida y deberá consumirse en un consultorio o una clínica bajo supervisión. Es un aerosol nasal desarrollado por la farmacéutica Janssen, una sucursal de Johnson & Johnson, que se comercializará bajo el nombre de Spravato.

Como las propiedades antidepresivas de la molécula aún no se conocen bien, consultamos a Cristian David Vargas, psiquiatra de la Facultad de medicina de la Universidad de Antioquia, quien planteó varias inquietudes sobre esta medicación.

Primero es importante plantear que todos los antidepresivos tienen un problema: suelen actuar en la cuarta semana de su implementación. Por lo que en esos primeros días se suelen acompañar de medicamentos para dormir y para la ansiedad. También es importante diferenciar dos grupos de antidepresivos, los que transmiten información activando las neuronas y los que bloquean la neurotransmisión de receptores, como la ketamina.

Para Vargas este medicamento no es una panacea. Dice que “aunque en la escala de Montgomery–Åsberg, una de las que mide la depresión, la ketamina ha sido estadísticamente relevante, esto no asegura que lo sea clínicamente”.

Y se aclara. Argumenta que es importante conocer que después de 21 o 25 días de aplicarse la ketamina, su efecto se vuelve placebo. “Creo que todavía necesitamos más estudios que provean más explicaciones. Parece que estudiar esta molécula es muy importante pero no podemos ser absolutistas porque este medicamento, al menos intravenoso, no logra remisión de todos los síntomas, ni el tratamiento se mantiene a largo plazo”.

Los compuestos a base de ketamina, funcionan en horas o días y son efectivos en algunas personas que se consideran resistentes al tratamiento, lo que significa que no mejoran con otros antidepresivos. Pero su duración es fugaz por lo que los psiquiatras se preguntan qué hacer luego de este tiempo. “No se logra nada reduciendo síntomas depresivos sin remisión del paciente” insiste. Lo que algunos de los especialistas argumentan es que este medicamento puede ayudar mientras otros medicamentos van actuando, pero surge la pregunta, ¿hay estudios confiables que muestren que esa combinación de medicamentos funciona? Vargas cree que no.

Es verdad que los estudios y las experiencias clínicas confirman que el medicamento baja la ideación de muerte en los pacientes con depresión, pero Vargas agrega que también es importante tener en cuenta que el querer morir no solo depende de la biología, sino que es un constructo que muchas veces parte de una sensación física o emocional que el paciente no es capaz de tolerar. “Es posible que la esquetamina ayude a modificar esa sensación interna y secundario a esto algunos pacientes concluyan que no quieren morir. Pero yo he tenido pacientes que tienen depresión con muchos síntomas ansiosos y al recetarles clonazepam -para aliviar ataques de pánico- les baja el desespero y también disminuyen esas ideaciones de muerte”, aclara.

Al ser un constructo social, la situación se complica e indicaría que se necesita algo más que una droga.

Puede ser que el medicamento entre al país, pero según los especialistas, aún se debe discutir su efectividad clínica. Vargas afirma que al revisar uno de los estudios científicos que explora su efectividad en el American Journal of Psychiatry, se destaca que el efecto placebo del spray también era importante. Por eso él y sus colegas se preguntaron si el medicamento era costo efectivo, pues parece actuar de manera similar que los medicamentos para calmar la ansiedad, la angustia y para mejorar el sueño.

Otra preocupación que surge es que la esketamina, como la ketamina, tiene el potencial de abuso, y ambas drogas pueden inducir episodios psicóticos en personas con riesgos. “No sabemos si a largo plazo se tendrá un problema como el que hay hoy con los opiodes. Los medicamentos que son de liberación nasal tienen un potencial adictivo más grande porque cuando entran al cerebro tienen una capacidad de liberar una importante cantidad de dopamina y dependiendo de esta en los circuitos de recompensa, se genera dependencia”, agrega el especialista. En la década de 1980 y 1990 fue popular en Estados Unidos como una droga: la Especial K.

La ketamina se desarrolló hace más de 50 años como una alternativa más segura a la fenciclidina, o PCP por sus siglas en inglés, y se utiliza en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud la ha incluido como uno de sus medicamentos esenciales desde 1985.

Según información de Janssen en The New York Times, el costo de un tratamiento de un mes será de entre $ 4,720 y $ 6,785 (de 15 a 21 millones de pesos), y los expertos dijeron a este medio norteamericano que le dará a la compañía un lugar en el mercado de antidepresivos globales de $ 12 mil millones de dólares, donde la mayoría de los medicamentos ahora son genéricos.

El Colombiano

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