Gobierno y gremios: una simbiosis perversa

Simbiosis entendida como «Asociación íntima de organismos de especies diferentes para beneficiarse mutuamente en su desarrollo vital», es la definición perfecta para entender lo que desafortunadamente está sucediendo actualmente entre Gobierno y gremios. La difícil situación que hoy enfrentan los indígenas del Cauca y las reacciones del gobierno y de los grandes gremios de la producción frente a esta difícil situación, han develado un tema realmente complejo que puede explicar la profunda división de la sociedad colombiana que se ha vuelto a despertar en las últimas semanas. Precisamente por considerarse que esta coincidencia en la forma de analizar los conflictos sociales y específicamente la situación de la población indígena del Cauca, entre dirigentes del sector productivo y miembros del gobierno, es perversa, es necesario aclarar nuevamente las profundas diferencias que existen entre la misión que unos y otros deben cumplir en la sociedad.

Es al Estado colombiano en sus tres ramas, ejecutiva, legislativa y judicial, a quien le corresponde velar por los intereses de los más débiles lo que se traduce en la responsabilidad sobre su bienestar y su acceso a los derechos. Así lo manda la Constitución de 1991 que declara a Colombia como un Estado Social de Derecho. A su vez, los gremios de la producción y sus representantes tienen también un claro mandato: velar por los intereses de sus afiliados para que, la rentabilidad de sus negocios no se vea afectada severamente por ningún tipo de razones. Evidentemente son objetivos totalmente distintos los que tienen los voceros del Estado y aquellos que llevan la representación de los grandes productores.

Por lo anterior resulta realmente preocupante que cuando se analiza una situación tan delicada como la que se vive actualmente en el Cauca, donde los indígenas protestan nuevamente ante el incumplimiento de los gobiernos frente a promesas que se supone mejorarían sustancialmente sus precarias condiciones de vida, el mensaje que transmites tanto gobierno como gremios es exactamente el mismo. Los malos son los indígenas y cuando no le pueden aclarar las muertes en estos enfrentamientos con la Fuerza Pública, también coinciden en señalar como culpables a ex miembros de las FARC.

Como resultado de esta simbiosis entre gobierno y gremios, estos últimos apoyan totalmente las posiciones del Ejecutivo que ha sido incapaz de manejar esta situación. Obvio, piensan y reaccionan igual a pesar de que sus mandatos son totalmente diferentes.

Es esto realmente aceptable en un país donde las desigualdades son profundas; donde poblaciones enteras siguen marginadas de los mínimos beneficios de un desarrollo que si ha favorecido a ciertos sectores reducidos del país. Los argumentos de los dirigentes gremiales ni siquiera se atreven a cuestionar la incapacidad del gobierno y de sus funcionarios para encontrarle solución a estas situaciones que sin duda tienen costos económicos muy altos para los sectores productivos. Se pierde así la oportunidad de que precisamente los que más tienen en esta sociedad desigual, muestren ese grado de solidaridad mínimo con pueblos desfavorecidos que podría hacer reflexionar a un gobierno con poca sensibilidad social.

La conclusión dolorosa que se deduce es que la simbiosis entre sector privado y gobierno es total y que obedece sin duda a que este estado colombiano sigue favoreciendo a quienes ellos consideran son los únicos que generan desarrollo. Pero el país es más que un sector productivo lleno de prebendas mientras que muchos individuos siguen rezagados y requieren un Estado y en particular un gobierno que asuma su responsabilidad.

Lo que este país requiere es que tanto los gremios como el gobierno se muevan en los espacios que les corresponde. Es muy serio que actúen al unísono cuando de graves problemas sociales se trata porque sus intereses y más aún sus responsabilidades son muy distintas. Una simbiosis entre ellos es muy peligrosa.

*ExMinistra de Estado