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El Viacrucis, un acto de fe y reflexión

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Con mucha devoción los samarios y visitantes participaron ayer del Viacrucis, convocado por todas lasParroquias de la Diócesis, la cuales le madrugaron al sol y realizaron este acto piadoso muy temprano, entre las 6:30 y 7:00 de la mañana.

La comunidad católica fue invitada a cargar la cruz cada día para seguir a Cristo, y lograr la vida eterna en comunión con Dios.

El Viacrucis es una devoción centrada en los Misterios dolorosos de Cristo, que se meditan y contemplan caminando y deteniéndose en las estaciones que, del Pretorio al Calvario, representan los episodios más notables de la Pasión.

El Viacrucis consta de 14 estaciones, cada una de las cuales se fija en un paso o episodio de la Pasión del Señor. A veces se añade una decimoquinta, dedicada a la Resurrección de Cristo.

En la práctica de este ejercicio piadoso, las estaciones tienen un núcleo central, expresado en un pasaje del Evangelio o tomado de la devota tradición cristiana, que propone a la meditación y contemplación uno de los momentos importantes de la Pasión de Jesús. Puede seguirle la exposición del acontecimiento propuesto o la predicación sobre el mismo, así como la meditación silenciosa.

Ese núcleo central suele ir precedido y seguido de diversas oraciones, según las costumbres y tradiciones de las diferentes regiones o comunidades eclesiales.

En la práctica comunitaria del Viacrucis, al principio y al final, y mientras se va de una estación a otra, suelen introducirse cantos.

Tomando como pauta lo anterior, las parroquias samarias lo hicieron así, tal  es el caso del recorrido que partió desde la Parroquia

Nuestra Señora del Carmen, en el barrio Pescaíto, hasta llegar a la Catedral Basílica de Santa Marta.

Así mismo lo hicieron las demás parroquias pero con recorridos que partieron de las calles aledañas a sus templos.

En cada uno de estos actos se evidenció la fe samaria, adultos, jóvenes y niños asistieron a las estaciones y reflexionaron sobre los acontecimientos de Jesús antes de morir en la Cruz para después resucitar a los tres días como lo establecen las santas escrituras.

En los recorridos se observaron a muchas personas cumplir sus promesas por  los favores recibidos, en cuanto a salud y situaciones económicas.

“Nosotros, cristianos, somos conscientes de que el Viacrucis del Hijo de Dios no fue  simplemente el camino hacia el lugar del suplicio. Creemos que cada paso del Condenado, cada gesto o palabra suya, así como lo que vieron e hicieron todos aquellos que tomaron parte en este drama, nos hablan continuamente. En su pasión y en su muerte, Cristo sobre Dios y sobre el hombre.

Por eso hoy la Iglesia Católica nos invita a reflexionar con particular intensidad sobre el contenido de aquellos acontecimientos, para que nos hablen con renovado vigor a la mente y al corazón, y asísea origen de la gracia de una auténtica participación.

Primera Estación. Jesús es condenado a muerte. Cuántos temas para la reflexión nos ofrecen los padecimientos soportados por Jesús desde el Huerto de los Olivos hasta mala gana y a la fuerza, pero luego, movido por el ejemplo de Cristo y tocado por la gracia, la abrazó con resignación y amor y fue para él y sus hijos el origen de su conversión.
-Segunda Estación. Jesús carga con la cruz. El peso de la cruz es excesivo para las mermadas fuerzas de Jesús. No obstante, se abraza a su patíbulo deseoso de cumplir hasta el final la voluntad del Padre.

-Tercera Estación. Jesús cae por primera vez. Jesús, con toda la fuerza de su voluntad, logró levantarse para seguir su camino.

-Cuarta Estación. Jesús se encuentra con su madre. María que ve al Hijo destrozado, y Jesús ve a su madre triste, ambos se sienten consolados y confortados por el amor y la compasión que se transmiten.

-Quinta Estación. Jesús es ayudado por el cireneo. Tal vez Simón tomó la cruz demos imaginar.

-Sexta Estación. Verónica de nombre, se abrió paso entre la muchedumbre llevando un lienzo con el que limpió piadosamente el rostro de Jesús.

El Señor, como respuesta de gratitud, le dejó grabada en él su santa faz.

-Séptima Estación. Jesús cae por segunda vez. Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser crucificado, y Jesús, empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró reunir fuerzas, levantarse y proseguir su camino.

-Octava Estación. Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén. Jesús nos enseña a establecer la escala de los valores divinos en nuestra vida y nos da una lección sobre el santo temor de Dios.

-Novena Estación. Jesús cae por tercera vez. La escena nos invita a recapacitar sobre el peso y la gravedad de los pecados, que hundieron a Cristo.

-Décima Estación. Jesús es despojado de sus vestiduras. “Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí”.

-Undécima Estación. Jesús es clavado en la cruz. El suplicio de la cruz, además de ser infame, propio de esclavos criminales o de insignes facinerosos, era extremadamente doloroso, como apenas podesu condena a muerte.

-Duodécima Estación. Jesús muere en la cruz. Desde la crucifixión hasta la muerte transcurrieron tres largas horas que fueron de mortal agonía para Jesús y de altísimas enseñanzas para nosotros.

-Decimotercera Estación. Jesús es bajado de la cruz y puesto en los brazos de su  madre. Escena conmovedora, imagen de amor y de dolor, expresión de la piedad y ternura de una Madre que contempla, siente y llora las llegas de su Hijo martirizado.

-Decimocuarta Estación. Jesús es sepultado. En todas las situaciones humanas que se asemejen al paso que ahora contemplamos, la fe en la resurrección es el consuelo más firme y profundo que podemos tener.

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