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Dulces de Semana Santa una tradición familiar

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Norlis Navarro prepara dulces de toda clase para la época de Semana Santa.

Eran las 3 de la tarde cuando Norlis Navarro empacaba sus dulces de Semana Santa en un recipiente, para que su esposo los entregara a los clientes. En unas refractarias transparentes se observaban diversos colores, se percibían distintos olores, dentro de los cuales estaban el exquisito dulce de mango, leche, papaya, ñame, papa, y guandú.

En esta tarea la acompañaba su esposo José Liñán, quien ha estado siempre con ella apoyándola en la realización de esta actividad. La forma de empacarlos dependen de sus clientes, si desean de un solo dulce o de lo contrario combinado, por un valor de 6 mil pesos.

Con una gran sonrisa en su rostro, esta mujer de tez morena, ojos café oscuro, sin una gota de maquillaje, llevaba puesta una camiseta blanca tipo polo, y un gorro de color blanco con el que se disponía a cumplir con sus labores culinarias.

Desde su casa en el barrio La Alameda, ubicado en la parte de atrás de la Iglesia El Señor de Los Milagros, del municipio de Fundación, esta mujer incansable, ama de casa, madre de tres niñas a quienes considera como su bendición, realiza esta actividad como recurso económico que le permite tener el sustento de cada día.

“Recuerdo que aproximadamente llevo de 10 a 11 años trabajando con esta actividad. Inicialmente hice arequipe como un recurso económico para los gastos de la casa. Con el tiempo estaba la cosecha del corozo, empecé con este dulce, y lo vendía. Desde ese momento mi esposo y yo fuimos buscando otras opciones, como el de papaya y de mango, por lo que, decidimos cogerlo por tradición, que todos los años en la temporada de Semana Santa los hacemos”, expresó Norlis Navarro.

Considerando que la Semana Mayor es la época firme para los dulces, Norlis Navarro asegura que durante el transcurso del año los elabora porque tienen varios clientes que se los piden y ella ya sabe cuáles son los de sus preferencias.

‘CON MIS DULCES CONQUISTO EL PALADAR DE MIS CLIENTES’

Relatando una anécdota que le sucedió hace algún tiempo, Norlis cuenta que cuando hizo su primer dulce de ñame, una señora le dijo que: yo crecí creyendo que el dulce que más me gustaba era el de papaya, y desde que probé el de ñame, no sé qué tiene que me hizo cambiar de parecer.

“Y yo dije ¡caramba! Desde entonces la señora me pide este dulce y para ella es lo máximo. El secreto de los dulces es no negarle nada, si son cinco libras de ñame y uno tiene que echarle cinco litros de leche, yo le pongo seis. No me gusta colocarles menos, trato que sea de excelente calidad y no cantidad”, afirmó la ama de casa.

Sus dulces han llegado a distintas ciudades colombianas, entre las cuales destaca a Santa Marta, Barranquilla, y Medellín, además de cruzar la frontera, endulzando el paladar a varios hermanos venezolanos. “Los envío a mis hermanas y ellas se encargan de venderlos por diferentes rincones del país. E incluso ya han sido de gran aceptación en Venezuela”, dijo Norlis Navarro.

Este logro que ha conseguido por fuera, también lo puede evidenciar en su familia, en conjunto con sus hijas y esposo disfrutan comiendo estos ricos dulces, en especial el de mango, el preferido de sus niñas.

 “A mí me encanta es el dulce de guandú, es toda una tradición en los diferentes hogares del Caribe colombiano. Realmente hago los dulces típicos, no he innovado; sin embargo en cierta ocasión preparé uno de café, y tiene el sabor a ‘coffee de light’. Y en lo que se refiere al dulce de papaya, le agrego pimienta picante, queda un sabor entre lo picosito y una textura melosa que agrada al paladar”, comunicó la señora Norlis.

‘MI ESPOSO ME ENSEÑÓ POR SER SU TRADICIÓN’

Entre risas, cuenta que aprendió por parte de su esposo, a quien su abuela que en paz descanse tenía como tradición hacer los dulces. “Él me decía vamos a hacer dulce en la Semana Santa y me explicaba cómo prepararlos. La verdad fue fácil y sencillo. Yo pienso que si a ti te gusta la cocina y te explican la elaboración de un plato, y tienes idea, tú lo sacas. Si no, te pueden explicar miles de veces que no puedes hacerlo”, aseguró.

Asimismo, indicó que la cocina es su talento, que su esposo la impulsó, porque la  familia de ella no es muy entregada a esta actividad. “Es una pasión, estoy enamorada de lo que hago, de mis labores, es un actividad económica, lo comparto dentro de las cosas de mi hogar, y no estoy en la calle”, puntualizó felizmente.

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