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Desempleo en Colombia: entre la informalidad y la migración

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La migración venezolana ha comenzado a pasarle factura a la economía nacional.

Migración venezolana, contratación en condiciones de informalidad y bajos precios del café son algunas de las causas por las que Colombia desde hace dos meses volvió a una cifra de desempleo de dos dígitos (12,8 % en enero y 11,8 % en febrero) y el panorama, por el momento, es de incertidumbre para los meses que vienen.

 “Para febrero tuvimos un incremento de un punto porcentual en la tasa de desempleo al pasar de 10,8 % a 11,8 %, sin embargo, es un punto inferior respecto a la cifra registrada en enero de este año y registrando una estabilidad en el desempleo urbano en el país”, indicó, en su momento, Juan Daniel Oviedo, director del DANE, quien además explicó que el aumento del desempleo no estuvo concentrado en un contexto urbano.

A razón de esto, el analista económico de la Universidad Javeriana Jorge Restrepo manifestó que el retorno del desempleo de dos dígitos, del que se había logrado escapar desde el año pasado, pudo darse por el aumento del salario mínimo que dobló la inflación de 2018. 

 “No habíamos visto un aumento tan extraordinario del salario mínimo frente al aumento de la inflación, como el que se vio este año. Eso, obviamente, impacta en la generación de empleo. También debemos tener presente el fenómeno migratorio que, aunque no ha generado un efecto de desplazamiento de empleos locales, sí ha dejado un efecto de competencia”, indicó el analista Restrepo.

Para el economista, pese a que se creería que en materia de contratación la migración ha impactado, el panorama dado por el incremento de extranjeros dinamiza la economía en varias ciudades del país en relación a servicios de salud y educación. 

 “Es muy difícil saber cuál es el efecto neto porque la migración venezolana también supone mayor demanda de productos y servicios y eso a su vez genera empleo. No creo que la forma de contratación incida como consecuencia. Lo que nunca ve uno en estos casos es cuántos empleos está generando la reactivación económica a través de la migración que está demandando bienes y servicios aquí en Colombia”, comentó Restrepo. 

De acuerdo con el informe del DANE, en febrero había en el país 22 millones de personas ocupadas en el total nacional, registrando un aumento del 1,1 %. Mientras que, los desocupados alcanzaron los 2,9 millones de personas, registrando un aumento del 11,3 % respecto al mismo mes de 2018 con aproximadamente 299.000 personas más desocupadas en el país. Asimismo, la población inactiva también tuvo una leve disminución de 31.000 personas y suman 14,1 millones de personas en esta condición en el país.

Ante esto, Restrepo indicó que las regiones en las que ese salario mínimo es muy alto tienen tendencia a un desempleo más alto siendo el caso de Chocó, las regiones de frontera como Nariño, Norte de Santander y Arauca. “En todas esas regiones el salario mínimo es relativamente alto frente a los precios, es lo que uno podría decir que son regiones caras para el poder de compra y es en esas regiones, incluyendo también algunas del centro del país como el Tolima, el Huila que son regiones de muy alto desempleo que incluso algunos departamentos del Eje Cafetero”, agregó el académico.

A la par, el decano de economía de la Universidad Externado, Julián Arévalo, destacó que ante las cifras registradas por el DANE se evidenció un impactante contraste entre la cifra de desempleo y el crecimiento económico que resultó por encima de lo que se esperaba generando preocupación e incertidumbre en los empresarios, más aún los que sostienen relación con el precio del petróleo. 

 “Las últimas cifras de desempleo son muy altas comparadas con todo lo que hemos visto en los últimos años. Por otro lado, el desempleo y crecimiento económico van por carriles muy diferentes   desde hace varios meses generando que la economía todavía no se expanda, pese a que ha tenido un proceso de recuperación que aún no se traduce en mejores condiciones de empleo para toda la ciudadanía”, manifestó Arévalo.

El decano de economía coincide con Restrepo en referencia a la migración: la llegada de venezolanos ha tenido implicaciones en términos fiscales y de contratación de los empresarios, a lo que se suma la informalidad. “En muchos casos la tecnología va más rápido que los procesos legales y que la evolución de la normatividad frente a estos temas. Dando así resultado a procesos bastante informales sin una legislación clara con implicaciones graves sin una cobertura cierta en temas de seguridad social y vulnerabilidad alta en fluctuaciones del mercado”, sostuvo.

“No se puede negar que más de 300.000 venezolanos han encontrado trabajo en el país por lo que a la par se ha presentado un casamiento de la mano de obra colombiana. A la vez, el país cuenta con muy pocos profesionales con conocimiento avanzado por lo que las olas de migración han venido evolucionando. En la primera ola de migración vinieron muchas personas con capital, en la segunda muchas con formación y, en esta última, personas con menos formas de trabajo, es justo ahí donde se nota la brecha del desempleo”, sostuvo Behar. /Colprensa

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