HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Decirlo bien, hacerlo mejor

Decir las cosas bien y hacerlas mejor es en esencia y fundamentalmente uno de los caminos para servir al prójimo y a la sociedad de manera elevada; más hoy, cuando si bien nunca como antes tenemos acceso a una gran cantidad de información, paradójicamente, nunca antes hemos estado tan desinformados. Las ideas sirven, impulsan a la acción, llaman a acuerdos; la política es cultura, requiere conocimientos, habilidades y debe asumirse como una tarea básica de entendimiento colectivo, toda vez que, sin claridad en fines y medios, queda sólo la incertidumbre.

En el ejercicio político no podemos darnos el lujo de seguir viciado de vacíos, ni expulsando palabras como proyectiles. Tampoco se trata que queramos conservar lo que es malo, sino hacer el honor de conservar lo bueno. Lo bueno o lo malo radica en los propósitos que se tengan en ruta a cambiar la situación prevaleciente. De todas maneras, lo importante no es la posición subjetiva; sino cumplir con la meta, con el ideal que se persigue y hacia lo cual debe encaminarse voluntad, decisión y acción.

Importante es también en todo esto, definir en qué consisten los cambios y empezar por cumplir con lo legal como manifestación originaria de la voluntad general. Si no hay respeto por lo legal, la confianza y la credibilidad se agrietan y es eso precisamente lo que nos está aconteciendo. Tenemos que entender, so pena de seguir rumbos equivocados, que las ideas en política hoy son otras y las grandes alternativas no obedecen a las posturas una u otra de antes.

Toca enderezar el camino, transitarlo con paso firme y seguro, otear mejor el horizonte, ver que nos falta realmente, cuales son objetivamente nuestras realidades y propias necesidades, soportarnos en estadistas eficaces, tener una clase política responsable, una ciudadanía y comunidad plenamente consciente de sus deberes y obligaciones, instituciones que funcionen para todos, pensar globalmente y actuar localmente, propugnar por una cultura política verdaderamente democrática, de lo contrario llegaremos tarde, si es que llegamos, al mundo real. Hora es ya de reflexiones, propuestas y definiciones.

Hacer lo mejor es empezar por cambiar lo dañoso, pernicioso y perverso, ignorar lo malo y peor, las calificaciones existentes, buscar mecanismos de regulación, tratar de impedir los contextos especulativos. Impulsar que se haga siempre lo mejor. Potenciar los saberes, lenguajes, conocimientos, habilidades, herramientas e instrumentos, para, a partir de ellos, tratar de tender puentes, establecer las redes que se puedan para ir creciendo con creatividad. Porque si existe alguna salida a largo plazo a todos los problemas del presente seguramente esté en algo nuevo, en algo que aún no existe y debe ser ideado y creado. Lo demás es utopía, lo demás es verso. [email protected]

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