HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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La Avenida Campo Serrano

Importante para toda comunidad será siempre el espacio público, esos lugares en la ciudad que no tienen una limitación de propiedad, siendo en este sentido accesibles para todos, en el que se desarrollan derechos y libertades de las personas, traduciendo lo cual que las actividades que en él se suceden son un reflejo de las características y costumbres de una sociedad; no obstante, más allá de su definición técnica y urbanística, juega socialmente un papel preponderante, al ser escenarios de comunicación donde hay interacción, intercambio, convivencia y diálogo, hacen posible la movilidad humana y la experimentación del ser, hacer y quehacer colectivo, al tiempo de robustecer la cohesión social; así como también, se convierten en la vitrina de las ciudades o poblaciones.

No es lo cual patente de corso para asaltarlo y coparlo inmisericordemente, darle destinos inapropiados adaptarlo a usos y costumbres que riñen con su esencia, vocación, necesidades y dinámica socio-cultural. No pueden estos espacios bajo ningún punto de vista ser sometidos a absurdas transformaciones que no le corresponden y generando por ende grandes desaciertos, como es el caso, lamentable y aberrante por demás, de lo que acontece con nuestra principal Avenida José María Campo Serrano – Carrera Quinta -, convertida hoy en un muladar, que además de irrespetar en modo superlativo el nombre de nuestro único Presidente de la República, se suceden en su espacio entre otras actividades, ventas de toda clase de bisuterías, comidas, prendas de vestir, zapatos, refresquería y demás otros productos en total hacinamiento, con mala presentación, desorden y desaseo.

Hemos cambiado para mal la riqueza de ese espacio tradicional donde caminábamos en nuestra juventud  y hacíamos contacto social los samarios y visitantes, entre otras correspondencias, y hoy vemos como ha dejado de pertenecernos y se ha transformado en un espacio caótico por todo cuanto en él se hace y deja de hacer. Debe volver sin duda esta avenida, como muchos otros espacios en la ciudad, a ser lo que inicialmente eran y para lo que fueron concebidos, requiriéndose para ello de acciones conjuntas, así como de la voluntad y decisión de las autoridades, ciudadanía y comunidad en general, para darle vitalidad y nuevos horizontes a tales espacios, reaccionando la población y gobernantes positivamente con ese objetivo, derrotando la pasividad y la omisión grave reinante.

No se trata de erradicar porque sí a quienes en la actualidad ocupan tal(es) espacio(s), y menos cuando es tendencia universal que debe compartirse con responsabilidad ante la falta de sólidas ofertas gubernamentales para integrarlos a la formalidad, debiendo volverlos más valiosos buscando para todos las soluciones mejores, entre las que podrían estar, concertar nuevos espacios donde albergarlos conjunta e integralmente respecto de sus actividades de comercio, hacer con ellos una remarcación simbólica que tenga elreconocimiento de propios y foráneos, donde se exprese como sitio de referencia como medio fundamental de comercio a través de los cuales pueden continuar existiendo en mejores condiciones de tiempo, modo y lugar. Es buscar un equilibrio e identificar núcleos específicos con vida comercial, turística, cultural y social propia, básicos para la comunicación e identidad espacial y comunitaria, debiendo prevalecer el interés general de la mayoría de la comunidad, en querer volver a utilizar los espacios públicos, sobre elindividual mínimo de las personas que ejercen el desordenado comercio informal. Es hora de la reacción y de un verdadero cambio. [email protected] *Jurista

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