HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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El ‘vividero’  de los habitantes de calle

El habitar la calle, es una circunstancia que hace parte de la dinámica social de las principales ciudades de Colombia. Se trata de una población vulnerable, integrada en su mayoría por desplazados de la violencia y últimamente la migración venezolana.

De acuerdo con Andrea Martínez Castro, antropóloga graduada de la Universidad del Magdalena, en su tesis denominada: ‘Habitantes de calle de la ciudad de Santa Marta: miradas y percepciones’, manifestó que este problema se magnifica cuando las personas en situación de calle empiezan a habitar el espacio público de las ciudades, y se convierten en ‘la mugre en el zapato’ del crecimiento económico.

El panorama en Santa Marta es desolador, pues si bien se han llevado a cabo acciones para mitigar esta problemática, ninguna solución concreta se ha planteado hasta ahora.

“En Santa Marta son pocas las investigaciones que se han hecho sobre el tema de habitantes de calle en la ciudad, pero Juan Manuel Laborde en el 2012, llevó a cabo la caracterización de habitantes de calle, en donde fueron encuestadas 85 personas en diferentes lugares de la ciudad, y se encontró que el 30% de la población encuestada dice que no recibe ayuda de ninguna institución pública, de la misma manera el 100% de la población afirmó haber consumido o estar consumiendo algún tipo de drogas legal o ilegal, así mismo solo el 49,4 % de los habitantes de calle solo estudiaron hasta la primaria y muchos no la terminaron y el 30% son propios de Santa Marta”, manifestó Martínez Castro en su tesis.

Asimismo, en dicha caracterización se halló que en la ciudad de Santa Marta, para ese entonces habían cerca de 101 habitantes de calle distribuidos en elCentro Histórico, el Camellón y El Rodadero, de los cuales el 84% eran hombres y el 16% mujeres y solo el 37% de la población total eran del departamento del Magdalena.

Hoy según el último censo realizado por la Secretaría Distrital de Promoción Social, Inclusión y Equidad son más de 250.

SITUACIÓN QUE EMPEORA

Esta si bien es una situación alarmante para cualquier ciudad del mundo, en Santa Marta es aun más preocupante, al ser la ciudad el destino turístico por excelencia de la región Caribe, caracterizado por su variada oferta en materia de parques, playas, sus conservadas reliquias históricas e importantes museos con playas exuberantes enmarcadas por la naturaleza, hasta su moderna y movida vida nocturna.

Sin embargo, todo ese panorama majestuoso se ha visto empañado últimamente por situaciones como las mencionada anteriormente, sumando a esto la superpoblación de animales callejeros y la ‘toma’ de lugares públicos como vivideros de los habitantes de calle y migrantes venezolanos asentados en la ciudad en busca de refugio a causa de la grave situación política, social y económica que atraviesa el vecino país.

Históricamente Santa Marta siempre ha tenido que enfrentar un problema grave de mendicidad y del aumento de la presencia habitantes en condición decalle, sin embargo, este año la situación se ha intensificado, así lo denuncian lo samarios tras el desolador panorama que se vive en los parques, las playas yel centro de la ciudad.

Una mala imagen se están llevando los turistas que visitan Santa Marta, a raíz de la cantidad de personas que pernoctan en la calle, especialmente en la zona del Centro Histórico, como lo son la Catedral, el Parque Bolívar, el Parque de Los Novios y la Bahía de Santa Marta.

CENTRO HISTÓRICO

En el caso particular del Parque Bolívar, la población en condición de calle se han tomado el sector como “baño público”, quienes sin importarle la presencia de las personas a su alrededor, bajan sus ropas y a cualquier hora del día realizan sus necesidades fisiológicas.

En este mismo sentido, las bancas del parque ya no son usadas para encuentro entre familias, charlas entre amigos o simplemente por aquellos turistas o locales quienes llegan a observar el autóctono lugar de la ciudad, sino que hoy, estas bancas son usadas como camas en cualquier hora del día por aquellos quienes no tienen un lugar al que llamar hogar.

Los locales comerciales y las entidades bancarias situadas en el sector son las que más afectadas se han visto por esta coyuntura social, política y económica, ya que los malos olores los afecta y el sitio ha sido objeto de críticas por parte de los visitantes, quienes se llevan una mala impresión de la ciudad.

 “Este olor constante a orín y a excremento, ya nos tiene cansados, estas personas ya no se valen de que uno esté aquí o los esté viendo, han tomado elparque de vividero y eso nos está espantando a la clientela y al turista en general, la gente que quiere llegar a tomarse una foto, lo hace y sale corriendo sin mirar nada mas porque el lugar huele feo”, manifestó un comerciante de la zona.

Otra de las zonas afectadas, es la Plaza de la Catedral de Santa Marta, en donde este último año, la ciudadanía se ha encontrado con pequeños cambuches y camas improvisadas en las escaleras de esta imponente estructura arquitectónica y la que además es uno de los atractivos más importantes de la capital del Magdalena.

El panorama más que poco atractivo resulta indignante para los feligreses de la Catedral de Santa Marta, quienes denuncian la nula acción por parte de las autoridades para  mitigar esta situación.

Como la Catedral, el camellón de la Bahía, parques y zonas céntricas están colmados de habitantes en condición de calle, quienes en cuanto ven a un foráneo lo interceptan para pedirle limosna.

INICIATIVAS

Para enfrentar esta problemática, la Secretaría de Promoción Social, Inclusión y Equidad, desde el año pasado ha estado haciendo un recorrido por calles y espacios que son mayormente frecuentados por esta población que además es vulnerable, para sensibilizarlos acerca de la toma de estos espacios y porque no, brindarles alimentos e informarles sobre el programa manejado por la Alcaldía Distrital de atención diurna denominado ‘La Casa del Buen Vivir’.

Dicho programa busca iniciar un proceso de reincorporación a la vida civil de estas personas, con jornadas de sensibilización que viene adelantando elDistrito de Santa Marta con los habitantes de calle que pernoctan en el Centro Histórico de Santa Marta.

“En prevención estamos liderando jornadas de sensibilización e intervenciones para que estos habitantes vuelvan a sus hogares si lo tienen y de no ser así, ayudarlos a retornar a la vida civil”, manifestó Berena Meza Rodríguez, directora de Poblaciones Vulnerables del Distrito de Santa Marta.

En este sentido, a comienzos del 2019 más de 150 habitantes en condiciones de calle habían sido atendidas en recurrentes jornadas, logrando la vinculación de seis habitantes de la calle, a sus lugares de origen como lo fueron: Bucaramanga, Medellín y Cartagena; mientras que  otros se han acogido al proceso de alimentación, atención psicosocial y de salud que se brinda en el hogar de atención diurno ubicado en el sector de ‘El Boro’.

Sin embargo, pese a todas estas iniciativas que adelanta el Distrito de Santa Marta, las medidas resultan ineficientes y al parecer ‘cosa de un solo día’, pueslos samarios cada día ven a más personas en situación de calle tomarse espacios públicos como si de sus viviendas se trata, pero no solo esto, también es más notorio la pobreza, la mendicidad y la disposición de niños trabajando en calles y semáforos de la ciudad.

 En el contexto colombiano esta población permanece en constante exclusión y discriminación por la forma de vivir que llevan estas personas, enfrentando la marginalidad, la pobreza, el desplazamiento, la soledad, el delito y el ocio improductivo, las drogas, la mendicidad y el rebusque.

Por tanto, a nivel nacional, es constante el aumento de personas en dicha condición de vulnerabilidad que para el año 2016 según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, eran de aproximadamente 40.000, cifra que evidentemente ha aumentado tras la cantidad de migrantes venezolanos que han llegado al país.

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