HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

La prioridad de la seguridad

Necesita la ciudad y el departamento una estrategia de seguridad realista, orientada a resolver a corto plazo la grande como grave situación de violencia e inseguridad que nos agobia y constituyen sin duda un problema mayor, al cual no podemos darle soluciones simplistas ni un manejo oportunista, toda vez que se trata de una situación compleja y  prevaleciente que habla de asesinatos, narcotráfico amenazas, robo a mano armada, feminicidios, extorsión, cobros ilegales, vacunas, extorsión y demás otras conductas punibles por distintas organizaciones criminales de distinto origen, naturaleza y propósitos.

Hay una percepción de inseguridad en crecimiento consistente, alarmante, hasta el punto que los ciudadanos manifiestan sentirse en riesgo, temerosos por el entorno de violencia existente, implicando acciones que ofrezcan inmediatos resultados, so pena de seguir consolidándose e incrementándose, sin mostrar trazas de disminución y menos con desaparecer. Importa exigir resultados tangibles que contribuyan a quebrarle el espinazo a uno de nuestros más sensibles problemas sociales existentes.

Debe estar dotada la estrategia a seguir, de criterios centrales que permitan avanzar en el combate a la violencia e inseguridad y devolver a la ciudad y el departamento mínimos de estabilidad en una asignatura que hoy día ocupa primerísimo lugar entre las preocupaciones ciudadanas.

Estrategia que deberá estar soportada en la puesta en marcha de mayores controles y operaciones en las áreas mayormente afectadas, así como avanzar en la constitución de territorios de paz en zonas donde menos problemas existan y se prevean puedan ser al menos controlables al menos; todo lo cual, sustentado en una eficiente coordinación entre los diferentes actores involucrados en esta tan especial como necesaria tarea, toda vez que es la inseguridad uno de los flagelos que más inquietud y reclamo social genera en la actualidad, requiriéndose en consecuencia reconstruir el tejido social con cambios y transformación urbana y social, puesto que el crimen y la violencia condicionan nuestras decisiones diarias afectando nuestra calidad de vida, bienestar y el desarrollo sostenible, Si queremos comunidades donde se pueda vivir con tranquilidad, tenemos que actuar para transformar sus entornos de violencia.

Tenemos que entender y hacer conciencia que toda violencia tiene un gran costo humano y económico importante; y aunque no afecta por igual a todos los lugares, deben focalizarse los esfuerzos donde mayor sean los índices de violencia, combatirla desde lo local para dar respuestas más fácil e integralmente a las demandas de los ciudadanos y ponernos a tono con ellos quienes conocen mejor que nadie las amenazas que afectan cada espacio y a cada vecino.

La seguridad, ese valor fundante, debe ser prioridad de toda gestión gubernamental, objeto de un fuerte liderazgo, con un enfoque de gobernanza compartida entre lo nacional y lo local con programas de prevención. Combatirla con voluntad política y decisión, hacerse cargo de la problemática, alinear las acciones de los diferentes sectores gubernamentales hacia un mismo objetivo: la reducción del crimen y la violencia, vincular más a la policía como primera línea para prevenir y controlar el crimen; anticiparse al crimen y recurrir a innovaciones y sinergias sector privado – sociedad civil. Y si bien no es este un asunto fácil, pues es el crimen per se un fenómeno complejo que requiere de soluciones en muchos frentes, lo que significa que es hora de empezar esa estrategia de seguridad lo más pronto posible. [email protected] *Jurista

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más