HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Manual para NO suicidarse

Con ocasión del día mundial de la prevención del suicidio he creído un deber con la humanidad con la que comparto contaminación ambiental, fútbol, lluvia, viento, parques, parqués, arco iris, horizontes, asombros, el mar, el ajedrez y manzanas…, hacer público un mínimo manual para NO suicidarse y durar hasta cuando San Juan -el cronista bíblico- agache el meñique.

Ante todo, el buen suicida debe cerciorarse de que está verdaderamente vivo. Si no verifica, carecería de tiempo prudencial para arrepentirse.

En esta materia siempre es saludable procrastinar, dejar para mañana lo que ibas a hacer hoy.

Loor al suicida amnésico que anunció con tres días de anticipación que se quitaría la vida. Cuando llegó la hora señalada, sufrió un fulminante ataque de amnesia y continuó su viaje a Itaca.

A veces, conviene tener buena memoria para recordar luego si hubo suicidio o todo se quedó en amague. Borges decidió suicidarse en compañía de su amigo Eloy Bioy Casares. «No recuerdo si finalmente nos suicidamos esa noche», anotaría luego “el último delicado”. Necesitamos de estos suicidas felices.

«Como vamos, vamos bien», gritó un inminente suicida cuando iba en el piso 48. Se arrojó desde el 49.

Un anónimo ilustre dijo: «Los suicidios más frecuentes son los ocasionados por el amor: pero la estadística no cuenta los que ha evitado».

Los intelectuales impuros se suicidan disparándose un mal soneto en la cabeza. Es cuando mueren en olor de poesía.

Un suicida es un egoísta a morir.

El suicidio puede ser peligroso para la salud, leí en una pared convertida en rotativoagracias (de nada) a un grafito

Un poeta dejó dicho antes de que apagara su propia luz: “hay que matarse para no morir”.

Es de mal agüero suicidarse por el método de la ruleta rusa porque termina uno matándose con la bala que era para el vecino. (Más aburridor todavía es estar en el camino de una bala perdida).

En la eutanasia los pacientes se «suicidan» por interpuesta persona.

Merece condena universal el método Cleopatra para el suicidio, haciéndose picar de un áspid. Áspides no aparecen todos los días.

Con la sobredosis de somníferos el sujeto se queda dormido para siempre. El suicidio en la silla eléctrica tiene sus bemoles: ¿qué tal que ese día señalado corten la luz por no pago?

Adhiero a quien dijo que uno puede quitarse la vida pero no puede quitarse la inmortalidad.

Octavio Paz exaltó «el olvidado asombro de estar vivos».

Por todo lo anterior, lamento que se haya suicidado el poeta Silva a quien de pronto visito en su mausoleo del Cementerio Central de Bogotá donde comparte eternidad con su hermana Elvira “bella solo de perfil”, como dijo alguno.

*Periodista

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más