HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Tambalea gobierno de Lenín Moreno

El presidente Lenin Moreno se vio forzado a trasladar la sede del gobierno de Quito a Guayaquil, unos 270 kilómetros al suroeste, y desde allí intenta entablar diálogo con la dirigencia de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie). 

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ordenó un toque de queda nocturno para proteger las sedes públicas ante protestas sociales por el alza de precios de los combustibles, que acechan al Congreso y a la casa de gobierno.

La libertad de tránsito y movilidad quedó restringida entre las 20H00 y 05H00 locales (01H00 y 10H00 GMT) para las «áreas aledañas a edificaciones e instalaciones estratégicas tales como edificios donde funcionan las sedes» del Estado, señala un decreto firmado por el mandatario.

Los manifestantes en Ecuador asaltaron la sede del Legislativo, en vísperas de una gran movilización indígena en Quito contra el jaqueado presidente Lenín Moreno, que abrió las puertas al diálogo.

La fuerza pública logró desalojar a las personas que ingresaron, por breve lapso, al edificio desocupado de diputados en la militarizada capital ecuatoriana. Los parlamentarios habían suspendido más temprano sus actividades.

Las protestas que estallaron hace una semana por el fin de los subsidios y la consecuente alza de combustibles -pactado con el FMI- desataron más caos y golpean sensiblemente la producción petrolera debido a la toma violenta de pozos en la Amazonía.

En Quito, militares y policías repelieron con gases lacrimógenos a los manifestantes que con la cara cubierta intentaron, por segundo día, ocupar la sede del Congreso unicameral. Sobre la vía ardían árboles caídos y las humaredas eran visibles a distancia.

«Primero la Asamblea y luego nos tomaremos Carondelet (casa presidencial)», amenazó uno de los manifestantes, en abierto desafío al estado de excepción que rige en el país desde el jueves.

Periodistas de la AFP vieron a jóvenes con escudos de madera con la leyenda «guardia indígena» tratando de romper las barreras de seguridad.

El presidente Moreno se vio forzado a trasladar la sede del gobierno de Quito a Guayaquil, unos 270 kilómetros al suroeste, y desde allí intenta entablar diálogo con la dirigencia de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).

«Hay diálogo para los hermanos indígenas que lastimosamente tienen necesidades, y en eso estamos completamente de acuerdo», dijo el mandatario en una declaración a los medios.

Moreno ofreció igualmente liberar recursos para los pueblos golpeados por el fin de los subsidios.

No obstante, la protesta no cede y el miércoles se esperan que se sumen sindicatos y otros grupos de inconformes.

Los miles de indígenas y campesinos llegaron a Quito en las últimas horas. La mayoría se concentra en dos céntricos puntos de Quito, cerca del Parlamento y del también desalojado y fuertemente custodiado palacio de gobierno.

Las comunidades exigen que Moreno eche para atrás el desmonte de los subsidios a combustibles acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de préstamos por 4.209 millones de dólares.

Las fuertes protestas sociales dejaban hasta el fin de semana un civil muerto, 73 heridos (incluidos 59 uniformados) y 570 detenidos (la mayoría por vandalismo), según autoridades.

Asimismo, la toma de pozos petroleros precipitó una caída del 31% de la producción estatal de Ecuador. En total se han dejado de explotar 165.000 de los 531.000 barriles por día de crudo, según el ministerio de Energía.

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