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¿Qué significa para Colombia entrar a la OCDE?

“Ahora resulta que la reforma tributaria estructural nos la va a diseñar Ángel Gurría y la OCDE. No hay derecho a este subdesarrollo mental”. Eso decía, en diciembre de 2014, el entonces senador Iván Duque, en su cuenta de Twitter, sobre las recomendaciones que formulaba la OCDE sobre la economía nacional.

Esta semana, casi cinco años después, el ahora presidente Duque se reunió en la Casa de Nariño con Ángel Gurría, el mismo secretario General de la OCDE del que hablaba en su Twitter, y se mostró optimista con la aprobación que unas horas antes le dio la Corte Constitucional al ingreso de Colombia al organismo.

“Es gratificante que el Secretario General de OCDE, Ángel Gurría, destaque que Colombia va a tener este año un superávit fiscal y que diga que eso es un lujo para una nación. También, que el informe que nos entregó reconozca los avances del país en uno de nuestros pilares: La Equidad”, manifestó Duque.

Esa aparente contradicción es una muestra de lo que puede ser la relación del país con el ente internacional: a veces, cuando sea favorable lo que diga, será vista como una voz calificada de respaldo a la economía colombiana; cuando no, es probable que se convierta en una opinión incómoda e incluso una intromisión indebida en los asuntos del país.

El camino que tuvo que recorrer Colombia para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) fue largo. La historia se remonta a 2011, cuando el entonces presidente Juan Manuel Santos expresó ante la organización su interés por adherir a la misma. Tuvieron que pasar siete años y la evaluación de 22 comités para que en mayo de 2018 el Comité de Asuntos Comerciales de la organización diera su aval para la admisión del país.

La OCDE es un organismo internacional cuyo propósito desde 1961 es asesorar países en el mejoramiento de sus políticas públicas. Colombia fue el país número 37 en unirse a este grupo de países. De Latinoamérica solo están México, Chile y, ahora, Colombia.

Para el profesor de economía de la Universidad del Rosario, Iván Jaramillo, pertenecer a la OCDE le da a Colombia oportunidades de crecer en materia económica porque le permite relacionarse con actores importantes en las dinámicas financieras internacionales.

“Significa que está en un espacio de interrelación comercial que habilita mayores trazabilidades de los bienes y servicios de Colombia, mayor diálogo con los países que integran la OCDE desde el punto de vista económico y mayores posibilidades de relacionamiento comercial con esos países”, afirma.

Con él coincide el profesor de economía de la Universidad Javeriana, César Ferrari, quien señala que esta integración le permite a Colombia “tener acceso a las recomendaciones que hace la organización y, sobre todo, compararse con los países desarrollados”.

Ventajas y desventajas

Para el director del Cerac, Jorge Restrepo, la gran ventaja que trae que el país pertenezca al denominado “club de los países ricos” radica en la posibilidad tener un desarrollo más incluyente, con menos corrupción y con impuestos gastados con mayor eficiencia.

“Quienes pierden aquí son, por ejemplo, los sectores de la economía que están acostumbrados a comportamientos rentísticos, al amparo de la protección o de la falta de competencia. Pierden también quienes tienen privilegios derivados de subsidios del Estado sin ser personas necesitadas”, expresó.

Para Jaramillo, son una desventaja “las asimetrías que hay entre los otros países miembros y Colombia en el marco de cumplimiento de estándares sociales, respeto de derechos fundamentales y a la libertad sindical, que todavía suponen un desafío para poder estar a la altura de esos países que definen las buenas prácticas a las que está ingresando Colombia”.

Las recomendaciones que esta semana le formuló la OCDE a Colombia coinciden con una época de tensiones sociales en la región, principalmente en Chile, donde los ciudadanos exigen al gobierno eliminar medidas que internacionalmente son vistas como ortodoxas, pero que a nivel interno son consideradas lesivas de los sectores más pobres.

Recientemente, Ecuador enfrentó una crisis similar de orden público que estuvo cerca de provocar la caída del Presidente por decisiones que los manifestantes atribuían a exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que tradicionalmente los sectores de izquierda han acusado de intervencionista.

Frente a ese contexto, Iván Jaramillo afirma: “los criterios de gobernanza internacional lamentablemente privilegian la depreciación de derechos sociales y laborales, y desafortunadamente dan al traste con las reivindicaciones sociales que se han estructurado a lo largo de los años; esas recomendaciones de gobernanza global económica no pueden ser tomadas de forma ligera sin el suficiente análisis previo del desmonte de garantías y derechos construidos durante muchos años, que pueden redundar en reacciones sociales como las que se vieron en Chile y Ecuador”.

Los expertos coinciden, sin embargo, en que no es obligatorio que el país acate las recomendaciones de la OCDE. “Los países son libres de aceptar las recomendaciones y jugarlas a su interés. Pero es que uno no puede pretender ser parte de un club sin aceptar sus reglas, entonces poco a poco podría ir deteriorándose la relación”, explica César Ferrari.

*Crecimiento económico al 3,4%*

Guarría expresó esta semana que se proyecta una expansión de la economía nacional al 3,4% para fin de año, y de 3,5% para 2020.

Al respecto, Jorge Restrepo afirma que “el crecimiento económico sí ha venido acelerándose levemente; ha habido muy buenas noticias en materia económica en los últimos meses y creo que cada vez es más probable que se supere la tasa de crecimiento del 3%. Las predicciones que hace la OCDE tienden a ser menos pesimistas que las de otras organizaciones, pero es una proyección más que hay que tener en cuenta”.

Por su parte, Iván Jaramillo señala que estas predicciones económicas “no son lineales ni definitivas, sino que son presupuestos de crecimiento en función del Producto Interno Bruto del país, que tienen que tener correlación con los demás estándares macroeconómicos para que estén alineados con los estándares de la Ocde”.

La OCDE y las pensiones

En el marco de las recomendaciones de la Ocde para el país, está el aumento de la edad de jubilación. Según el organismo internacional, el país requiere con urgencia una reforma pensional que tenga como fundamento este punto, que incluso el presidente se ha negado a tocar.

Dentro del informe que presentó la OCDE sobre la economía colombiana, también se propone tomar medidas como la aplicación de salarios mínimos diferenciales, la contratación por horas, reducir los costos de contratación para las empresas y reevaluar las cajas de compensación, propuestas que cuando se han planteado han provocado una enorme polémica.

“Reducir la informalidad e impulsar el trabajo de calidad extenderá los beneficios del crecimiento a todos los colombianos, lo que resultará en apoyo económico y político para la reforma”, señala el texto.

Además, la OCDE solicitó la aprobación del proyecto de ley radicado por el Ministerio de Hacienda como reformulación de la Ley de Financiamiento, declarada inexequible por la Corte Constitucional la semana pasada. La entidad asegura que dicho proyecto es garantía de “confianza al futuro y de tranquilidad para los agentes económicos”.

BOGOTÁ (Colprensa).

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