Solidaridad y comprensión no a la polarización

Independientemente de lo bueno, malo, acertado, errático, demorado, oportuno, mejor o peor como se esté manejando esta grave situación que estamos padeciendo en lo local, departamental, regional, nacional y universal, es problema que a todos nos involucra y compromete todas las áreas posibles; de ahí que más que deber sea obligación, responsabilidad, propósito y compromiso ser solidarios, aportar lo que más podamos ofrecer y estar a la altura de las circunstancias, empezando por no caer en pánico ni en subestimaciones. Es un reto mundial gravísimo que debe concitarnos a actuar y en nuestro caso sumatorio de las dificultades de orden económico e inseguridad entre otros flagelos que acusamos.

Hay que hacer lo que haya que hacer, así sean medidas dramáticas de todo orden en contexto de acierto para evitar riesgos mayores contra la vida de los asociados. Es entender que las pandemias no tienen ideología ni se combaten con apenas buena voluntad. Hay que aplicar las medidas propias además de las que recomienda la Organización Mundial de la Salud – OMS, adaptarlas a nuestra realidad, que pasa por lo económico ya entre nosotros, además de su derivación de la crisis sanitaria.

No podemos subestimar la amenaza, creo se ha reaccionado con cierta oportunidad a este fenómeno de devastadoras consecuencias. Hoy no importa para atajar su avance las medidas que se tomen por duras que puedan ser, más cuando no tenemos un sistema de salud no suficientemente preparado para lo cual. No hay que soslayar nada sobre este especial particular respecto de advertencias, gravedad y consecuencias; ante ello, resulta absurdo y preocupante el bloqueo politizado que se esta desarrollando sobre el Hospital Central más importante del Departamento del Magdalena, cuya institución la necesitamos con su mayor capacidad de acción para enfrentar la crisis del Covid-19.

Hacer más pedagogía, demostrar la importancia de mantener las restricciones a eventos masivos, acertar y más acertar, toda vez, repito, es esta una grave crisis sanitaria, económica y financiera que puede ser abisal, de ahí la importancia de seguirla enfrentando con medidas claras, precisas, oportunas, chequeos masivos para detectar a los portadores asintomáticos que son quienes más contagian, distancia, aislamiento y disciplina social. Urgente normar de manera permanente y continua la forma de atender la crisis, con planes acordes para atacar la contingencia, no hacerlo sería inaceptable.

Cuidarnos nosotros mismos y con ello de paso a los demás, es principio de solución, lo mismo que asumir el aislamiento social con responsabilidad, a fin de evitar consecuencias mayores. Hago este llamado con fe y en la creencia absoluta y profunda que seguiremos atendiendo los consejos mejores que nos lleven a salir adelante de la mano del Todopoderoso. Generándose la unión de fuerzas de todos los estamentos, en pro de la salud colectiva de la población, sin polarizaciones odiosas entre los de antes y los de ahora, cuando la crisis nos invita a la uniformidad de los caminos y objetivos. Como en Fuenteovejuna: “Todos a una”. [email protected] *Jurista