HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Levantar la voz, exigir cambios

El palo no está para cucharas, lo sabemos, y en consecuencia, nos corresponde como ciudadanos apoyar, trabajar, actuar, argumentar, hacer oír nuestras voces, dejar en claro en qué consisten las inconformidades, pero también las esperanzas y necesidad de una mejor, más libre e incluyente sociedad, y no permitir ser tratados con indiferencia.

Interesan empatías, convocaciones, velar por una sociedad horizontal, en la que prevalezcan las positivas acciones, que no las distracciones, ni que se hagan desde las altas instancias del gobierno departamental y ciudad capital apologías desobligantes que en nada contribuyen a nuestro progreso, pero que sí perjudican en mucho la serenidad de ánimos, Queremos unidad, reconciliación, y tener la mente puesta en potenciar los intereses superiores de la comunidad.

Independientemente de cualquier polarización, interesa tratar de reconectar todos y cada uno de los sectores que actúan e interactúan en nuestro seno, reconocer su valor, su lucha, sus acciones, y su capacidad organizativa. Está latente y lo vemos, un querer y necesidad de transformación, pensar con unidad de criterio y propender por no equivocarnos más. Es hacer de nuestro pueblo una grande reserva moral y de conciencia de nuestra región.

Las confrontaciones absurdas, que de paso a nada conducen, no son buenas, y dejan en vergonzosa evidencia que dichos enfrentamientos son incapaces de orientar la discusión y, sobre todo, de encontrar soluciones a los problemas tan profundos que padecemos. Necesitamos cambios de orden cultural, que se reflejen como deben y tienen que ser en los niveles individual, familiar, colectivo e institucional.

Es también parte de nuestro compromiso llamar a la unidad, derrotar la polarización, oponerse a la paralización de las iniciativas comunitarias, presionar para que se adelanten causas buenas, mejores y superiores. Velar por que se adelanten proyectos beneficiosos para todos, combatir a quienes se empeñan desde los gobiernos y demás escenarios en entorpecer sistemáticamente la aprobación de acciones positivas, edificar sobre lo construido, aportar razones, oponerse a todo cuanto tenga visos de corrupción que genera impactos negativos en la vida ciudadana. Qué rica sea la visión de una economía integral y no dejarnos imponer caprichos soportados en motivos puramente políticos. Entendamos que los únicos que podemos arreglar nuestro porvenir somos nosotros, de ahí la razón para no comulgar con promesas de quienes cual saltimbanquis de la insana política utilizan la mentira para instalarse en el poder.

Tenemos que hacernos escuchar, no con peroratas ni gritos destemplados, sino desde la racionalidad, lo mismo que hacer de lado las imposiciones, como las absurdas y dictatoriales determinaciones fincadas en el abuso, el envanecimiento y la tiranía, que solo reflejan cuestionables y disfuncionales orígenes. Necesitamos gobiernos que retomen los mejores planteamientos y propuestas para iniciar, de la mano de todos una transformación verdadera y profunda; tal como hoy lo demandan los pobladores todos de Santa Marta y el Magdalena. [email protected]

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