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“La idea es instalar una base colombiana en la Antártica”: Paramo

Investigador Jorge Paramo de la Universidad del Magdalena detecta ecosistema muy productivo, grandes biomasas de peces y su relación predador-presa con Zooplancton en Antártica a través de técnicas hidroacústicas.

 

Colombia está cada vez más cerca de contar con una base científica en la Antártica. Docente de la Universidad del Magdalena continúa desarrollo de estaciones oceanografías con el equipo de investigadores de la IV Expedición Científica de Colombia a la Antártica.

Entre los espacios marinos del Pacífico y Estrecho de Gerlache, el pionero en estudios de técnicas hidroacústicas y análisis comprobatorios Jorge Paramo Granados, en representación de la Universidad del Magdalena estudia específicamente el alimento de las ballenas jorobadas utilizando los equipos más modernos que existen en investigación pesquera proporcionados por la Alma Máter, a través del Centro de Investigación, Ciencia y Tecnología Pesquera Tropical.

Tras transcurrir un mes inmerso en la travesía de investigación, el doctor en Ecología Marina evalúa el krill –crustáceo que está en las columnas de agua que hace parte del zooplancton–, alimento principal de las ballenas, su relación predador-presa con el alimento del mismo krill y cómo estaría relacionado con el avistamiento de las ballenas en el Pacífico colombiano. Las cuales, son encontradas en la Antártica, aquellas que todos los años al tener sus crías en el Pacífico, migran a esas frías aguas para alimentarse.

El buque de la Armada ‘ARC 20 de Julio’, embarcación construida por astilleros de COTECMAR, zarpó el pasado 15 de diciembre de Cartagena, pasando por todo el Pacifico, el Canal de Panamá, luego arribó en Punta Arena, la parte más sur de Chile, seguido del sur de Argentina y finalmente a la Antártica. En el transcurso fueron tomando información oceanográfica, datos sobre la organización del océano, zooplancton y las masas de agua.

 

Embarcación «ARC 20 de Julio» y ballenas jorobadas colombianas desde aguas Antárticas.

 

El investigador de esta Casa de Estudios Superiores, por primera vez se pronuncia sobre su participación en el continente más austral de la Tierra por medio del convenio con la Dirección General Marítima –DIMAR– y el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe –CIOH–.

“Estoy en representación de la Universidad haciendo parte de la IV Expedición Científica; la idea es ser miembro en los próximos años de la Comisión Internacional de la Antártica para eso tenemos que mostrar presencia de investigación y ciencia que estamos desarrollando”, señaló.

Asimismo, Paramo Granados también ha encontrado otras líneas de investigación independiente en la expedición en compañía del grupo multidisciplinario de alto nivel de investigación de ciencia. En el momento, se está involucrando con otro equipo de estudio del zooplancton, específicamente sobre el uso de la acústica subacuática para estudiar el comportamiento migratorio del mismo y la relación predador-presa.

Actualmente, en cada jornada de la expedición se realizan muestreos de tres o cuatro tomas por día, las cuales se desarrollan entre tres y cinco horas cada una, es decir que están en acción todo el tiempo, es un trabajo arduo pero que como lo reseña el docente universitario “vale la pena hacer este esfuerzo porque es a lo que Colombia debe apuntar”.

El riesgo también ha sido parte de la expedición; en su recorrido marítimo tuvieron que pasar por el más temido tramo de mar, el Pasaje de Drake, el peligroso peaje para llegar a la Antártica, para ello tuvieron alerta de la Capitanía de Puerto por intensas oleadas y vientos fuertes, por lo cual Punta Arena fue su posada por tres días. No obstante, al abrir la ventana de navegación todo resultó positivo, teniendo en cuenta la fortaleza de la embarcación, las buenas condiciones de navegación y el hecho de contar con un piloto experto en la conducción y guía en la Antártica.

En los últimos días han estado en el Estrecho de Gerlache visitando varias bases científicas, la de Estados Unidos, Palmer, Ecuador, Perú, Chile y Brasil. Con estas visitas, visionan la consolidación de una colombiana, “en un futuro cercano la idea es instalar una base científica colombiana en la Antártica, ya sea permanente o por lo menos en el verano, que aquí es entre noviembre, diciembre hasta marzo. En el momento se piensa identificar un sitio donde se pueda instalar estacionalmente para avanzar en investigación y en un futuro si instalarla permanente”, afirmó el docente de esta Institución.

Finalmente, su regreso está a la expectativa de que las condiciones oceánicas mejoren, porque en el momento se encuentran en restricción por la magnitud de riesgo de oleadas y vientos, sin embargo, aspira llegar a Chile el 9 o 10 del mes en curso, y de allí volar hasta Colombia con todos sus equipos.

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