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Casa Blanca culpa al partido Demócrata por separación de familias

El gobierno pasó a aplicar de forma rigurosa en mayo una normativa por la cual las familias que ingresan clandestinamente al país son inmediatamente separadas, y los niños menores son recluidos en instalaciones desconocidas por sus padres.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que «detesta» ver a niños inmigrantes separados de sus familias en la frontera con México, pero culpó al partido Demócrata por un escándalo que ya se tornó de alcance nacional.

 

«Detesto que esos niños sean separados (de sus familias). Los demócratas tiene que cambiar la ley. Es la ley de ellos», afirmó el mandatario durante un extraordinario contacto informal con la prensa en los jardines de la Casa Blanca.

El gobierno pasó a aplicar de forma rigurosa en mayo una normativa por la cual las familias que ingresan clandestinamente al país son inmediatamente separadas, y los niños menores son recluidos en instalaciones desconocidas por sus padres.

La medida causó una polémica nacional y en la víspera llegó a provocar un intercambio inusualmente áspero con la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, quien se limitó a repetir que la medida obedece a la ley vigente.

De acuerdo con una fuente del Departamento de Seguridad Interna (DHS, en inglés), entre el 19 de abril y el 31 de mayo nada menos que 1995 niños y menores de edad fueron separados de sus familiares, quienes siguen arrestados en espera de un proceso.

En tanto, autoridades preparan un complejo de tiendas temporarias de campaña a unos 55 kilómetros de la ciudad de El Paso, que de acuerdo con reportes de prensa podría recibir unos 360 niños en un breve.

Para Trump, la culpa es de los legisladores demócratas, una explicación a todas luces insostenible que que el el partido Republicano controla las dos cámaras del Congreso.

«Esta ley es de los demócratas», dijo Trump, en referencia al hecho de que la normativa había sido diseñada durante el gobierno de Barack Obama aunque había sido aplicada únicamente en casos excepcionales.

«Podemos cambiar la ley esta noche, o podemos hacerlo ahora mismo. Pero precisamos de los votos» de los demócratas, dijo el presidente.

Trump recordó que los republicanos tienen una mayoría de apenas un voto en el Senado, y por lo tanto la aprobación de una nueva ley migratoria requiere el apoyo de legisladores demócratas.

«Esos niños podrían ser atendidos rápidamente y de forma inmediata. Pero los demócratas forzaron a la nación a esa ley. Yo la detesto. Detesto ver esa separación padres y niños», aseguró el presidente.

Trump aseguró que desea «una bella ley que sea humana y fuerte. No quiero gente mala viniendo al país. Podemos resolver este problema en una reunión. Díganles a los demócratas que me llamen».

El escándalo nacional con la separación de niños de sus familiares llegó en la víspera a la Casa Blanca, en particular después de un confuso discurso en que el Fiscal General y Secretario de Justicia, Jeff Sessions, justificó le medida con versículos de la Biblia.

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