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Último adiós para general Manuel José Bonnet Locarno

Un emotivo homenaje póstumo rindió ayer el Ejército Nacional a quien fuera su comandante, el general Manuel José Bonett Locarno, fallecido el pasado viernes. En la Escuela Militar de Cadetes ‘José María Córdova’ se realizaron los actos litúrgicos de sus honras fúnebres.

En la Escuela Militar de Cadetes ‘José María Córdova’ se realizaron los actos litúrgicos conmemorativos del general Manuel José Bonnet, quien falleció en Bogotá el pasado viernes a los 78 años de edad, fue comandante del Ejército Nacional en 1997 y de las Fuerzas Militares en 1998.

 

Bonnet nació 25 de junio de 1939 en Ciénaga, Magdalena, hijo de Pedro Bonnet Camargo y Albertina Locarno Pumarejo, tuvo 11 hermanos.

«Esta respetada matrona (doña Albertina), conocía a la perfección la región Caribe su geografía, cultura y genealogía. Ella fue visitada, en innumerables ocasiones, por Gabriel García Márquez junto a su progenitora, con resultados favorables pues escuchándola obtuvo un cúmulo de datos, historias y anécdotas, que tiempo después nutrieron las páginas que escribiría nuestro nobel como fabulador de imaginación y creatividad incomparable, logrando impulsar ese realismo mágico del cual el caribe colombiano, y Ciénaga, fueron filón para su inspiración», expresó el general Alberto José Mejía, comandante de las Fuerzas Militares, quien encabezó los actos fúnebres.

El general Mejía también recordó a don Pedro Bonnet, de quien dijo «era un extraordinario conversador. Tenía la anécdota oportuna para cada ocasión. Dueño de una vasta cultura, poseía una memoria prodigiosa capaz de registrar los párrafos más notables de los últimos libros leídos, razón por la que la biblioteca municipal de Ciénaga lleva su nombre».

El general Bonnet inició su carrera militar en la Escuela Militar de Cadetes ‘José María Córdova’, en febrero de 1957, ascendió a subteniente del arma de artillería el mes de diciembre de 1960, integrando el curso «General Ambrosio Plaza”, siendo destinado al Batallón de Artillería No. 1 Tarqui con sede en Sogamoso.

«Uno de sus alféreces, el señor Mayor General de la reserva activa Juan Salcedo Lora, quien se convertiría en amigo y confidente hasta el final de sus días, recuerda como sus superiores admiraban sus habilidades deportivas y una prodigiosa voz que por instantes les distraía del rigor castrense», dijo Mejía.

En los primeros años como oficial, Bonnet fue descrito en su hoja de vida como un oficial disciplinado, con un especial don de mando y dominio de sí mismo, cualidades que con el tiempo iría fortaleciendo hasta alcanzar las más altas dignidades.

El 10 de mayo de 1964, siendo orgánico del Batallón de artillería Tenerife con sede en Neiva, salió rumbo a Marquetalia al mando de 30 hombres y 12 mulas.

«Una operación que por sus dimensiones estratégicas, jamás olvidaría. Allí, relataría años después mi general, vio nacer un nuevo Ejército, más moderno y experimentado, pero además fue testigo de excepción de la forma en que por primera vez las Fuerzas Militares desplegaban todo su poderío logístico y táctico», señaló el general Mejía.

En general Bonnet hizo parte de unidades como la Escuela de Artillería, el Batallón de Artillería Antiaérea Nueva Granada, la Escuela Militar de Cadetes y Superior de Guerra. Fue ascendido a Brigadier General en 1988. Comandante de la III Brigada en Cali entre 1989 y 1990. Jefe de los Departamentos de Operaciones e Inteligencia de las Fuerzas Militares. Comandante de la II División en Bucaramanga entre 1994 y 1995.

Fue Director de la Escuela Superior de Guerra, donde fundó la Cátedra Colombia en 1996, con un discurso inaugural del maestro German Arciniegas.

En el servicio activo adelantó estudios de posgrado en Comando y Estado Mayor, seguridad y empleo de armas químicas, nucleares y bacteriológicas en Fort Leavenworth; curso Avanzado de Artillería y Seguridad Nuclear en Fort Sill, Oklahoma; Defensa Continental, Estrategias contra el Terrorismo, la Subversión y el Narcotráfico en el Colegio Interamericano de Defensa, entre otros.

«A lo largo de su carrera Militar recibió condecoraciones y distinciones entre las que se destacan: la medalla Operación Marquetalia, Servicios distinguidos en orden público, Fe en la Causa y la Cruz de Boyacá, además de innumerables reconocimientos de la sociedad civil, los centros de estudio y las Academias a las que perteneció», declaró Mejía.

El general Bonnet también fue Embajador de Colombia en Grecia, entre 1999 y 2000, hecho que lo marcaría profundamente por su afinidad con la historia y la cultura de la antigüedad.

En 2001, se vinculó a la cátedra universitaria en el área de Estrategia y Seguridad Nacional en las Universidades del Sergio Arboleda, Cesa y El Rosario donde fue Profesor e Investigador de las Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales.

Además fue delegado de la Presidencia de la República, ante el Consejo Superior de la Universidad del Magdalena. Gobernador del Departamento del Magdalena, donde es recordado con gran cariño y admiración por sus coterráneos.

Fue Miembro de la Academia Colombiana de Historia Militar, de Historia de Buga, Santander y Norte Santander y miembro Honorario de la Academia Bolivariana de Historia. Conferencista del Centro Cultural de Atenas y de la casa de América en Madrid. Participó en diferentes escenarios disertando sobre: “Historia de la Civilización Griega”, “Origen del Teatro Clásico”, Los Retos a la Seguridad de la Unión Europea y América Latina”, entre otros.

Creador de la Cátedra de Estudios Olímpicos en cuatro universidades del país, en asocio con el Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Barcelona y de la Real Academia Olímpica de España.

El deporte colombiano lo recuerda también, por haber sido miembro y presidente de la Academia Olímpica Colombiana y uno de los más destacados expertos nacionales en temas olímpicos.

«Se podrá decir entonces, que este valiente soldado de artillería y ciudadano ejemplar, cumplió con su deber, tengan la plena seguridad que jamás se desmontará la guardia en su honor, pues su pensamiento seguirá inspirando las formaciones de soldados fieles al juramento a la bandera que proseguirán la lucha, con la esperanza que ofrece la oración a la patria pronunciada cada noche en nuestros cuarteles: ¡Seguir viendo una Colombia grande, respetada y libre!. Gratitud eterna mi General», concluyó el general Mejía.

BOGOTÁ COLPRENSA

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