HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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El gran ganador: Álvaro Uribe

Aguerrido y luchador político. No hay dudas que el gran ganador y elector de Colombia en los últimos 16 años es el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Esa condición es la que más mortifica a sus enemigos.

El ascenso al solio de Bolívar de Iván Duque Márquez tiene nombre propio: Álvaro Uribe Vélez, el más grande estratega político del siglo XXI en Colombia, como lo define Nicolás Liendo, docente de la Escuela Política de la U. Sergio Arboleda y otros analistas políticos.

 

El exmandatario es un personaje que, sin un partido de trayectoria, con una capacidad de trabajo única y virtudes innatas para llegar a amplios sectores ciudadanos, inspira un proyecto que lo ha llevado en dos ocasiones sucesivas a la Presidencia, sin necesidad de segundas vueltas, y dos más, a través de sus candidatos, Juan Manuel Santos en su primera candidatura y hoy con Iván Duque.

Esta vez todo le salió a pedir de boca. Acertó donde otros se equivocaron al definir los mecanismos de escogencia del candidato del Centro Democrático (la encuesta) y luego llevarlo a una consulta interpartidista en la que también salió vencedor.

UN DUQUE DE LA CONSULTA

En esta campaña, además de la puja por la Presidencia y las mayorías en el Congreso, el Centro Democrático (CD), el partido que él creó, modeló y dotó de plataforma programática y política, tenía el reto de impulsar o inspirar dentro de sus filas el relevo generacional, comenta el senador del partido, José Obdulio Gaviria.

El primer alto nivel de estrés a la colectividad en la contienda electoral lo puso el propio Uribe cuando rompió con la estrategia de lista cerrada para el Congreso de la República, un mecanismo que ya había demostrado su efectividad y que no parecía tener pierde.

Así puso a prueba a sus principales líderes regionales y nacionales. El resultado, aunque dejó algunos lacerados, fue perfecto para Uribe y el CD. En el Senado logró 19 curules y fue el más votado 2.513.320 votos. Uribe, por su parte, levantó el trofeo de máximo elector, con 875.524 sufragios. Además ganó en nueve departamentos: Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Arauca, Casanare, Meta, Caquetá, Vichada y Guainía.

En la escogencia del candidato a la presidencia Uribe volvió demostrar su sagacidad al hacer aquello que la inmensa mayoría dentro de su colectividad y los analistas no recomendaban. Era casi unánime el deseo de que “fuera él, solo él y únicamente él, quien señalara a su apóstol preferido”. “El que diga Uribe”, era la frase que hacía carrera en el país, en sus filas.

En el ajedrez político, él movió dos fichas, con la primera decidió que fuera un acto democrático que dentro del partido donde se tomara la decisión de sacar a su candidato. Dos, someterlo a una consulta interpartidista.

En esta jugada Uribe prácticamente liquidó a candidatos como Sergio Fajardo, Humberto de la Calle, Germán Vargas Lleras y al propio expresidente, hoy las filas de la gloria del CD, César Gaviria, quien, al igual que los mencionados, se opuso de manera radical a una posible consulta.

ACLAMADOS

En la segunda Convención Nacional del partido, en Bogotá, Uribe presentó formalmente la aspiración de los senadores María del Rosario Guerra, Iván Duque y Paloma Valencia. También a Carlos Holmes Trujillo, excomisionado de paz, y Rafael Nieto Loaiza, exviceministro de Justicia. Detrás de estos incluso había otras dos cartas que al final no jugaron, el exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos y el exaspirante presidencial, Óscar Iván Zuluaga.

Del grupo surgió la figura el hoy presidente Duque Escobar. En otro movimiento estratégico, casi insólito, Uribe sacó de la nada al expresidente Andrés Pastrana Arango, lo llevó a sus filas por la Presidencia y pactó la alianza estratégica para la consulta interpartidista con un amplio sector del conservatismo.

Pocos en el país comprendieron esta jugada por la impopularidad de Pastrana y sus discursos, frases y señalamientos, muchos de ellos salidos de tono contra el jefe del Centro Democrático.

En la consulta, realizada en la misma fecha de las legislativas, se presentaron Duque por el CD; Martha Lucía Ramírez, y el exprocurador Alejandro Ordóñez, por el conservatismo. Esta vez Uribe tampoco tuvo pierde. Ganó Duque con más de cuatro millones de votos, seguido por Ramírez con 1,5 millones, y Ordóñez, con 384.000 votos.

La consulta fue clave en el desarrollo de la campaña y la visibilidad del candidato Duque, quien inició un proceso ascendente en todas las encuestas de favorabilidad electoral, ratificada en la primera y segunda vuelta. Más en la última donde logró el máximo registro histórico para el huésped de honor de la Casa de Nariño.

El pacto estratégico se selló la misma noche de la primera vuelta cuando Duque y Ramírez se presentaron ante el país como los candidatos de la coalición interpartidista y emprendieron sus correrías por todo el país.

Para la recta final del debate político, Uribe también definió estrategia propia. A fin de no opacar a Duque o a Ramírez con su figura arrolladora en la plaza pública, prácticamente no coincidió con ellos en ningún escenario. Fue Bogotá, durante el cierre de campaña, cuando él apareció al lado de Duque para sellar un abrazo que anoche se hizo más fuerte con la presidencia 2018 – 2022./Colprensa

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