Mucho empresario y poco pueblo

En la primera semana posterior a la elección del nuevo presidente de la República, empieza a concretarse la sombra de la Confianza Inversionista del ex presidente Uribe, como muchos temíamos. Claramente en estos primeros días antes de entrar en ejercicio el nuevo gobierno ha mantenido un sonado encuentro con los grandes empresarios del país, no precisamente en un lugar popular sino en la Universidad de los Andes, donde se forma la élite nacional. No sorprende esta actitud, porque como algo insólito en este país, el Consejo Empresarial como un todo, expresó públicamente su respaldo unificado al candidato Iván Duque, es decir, al uribismo. Nunca antes había sucedido algo semejante. O sea, independencia de los dueños del capital, cero, no existe.

En su agitada agenda, que cubren en exceso los medios como si el gobierno Santos ya no existiera, no se ha mencionado ninguna reunión con representantes de sectores que representen a los trabajadores o sectores de ingresos medios y mucho menos de campesinos. Obviamente fueron esos grupos parte importante del 42% de votos que sacó Petro, por ejemplo, sector claramente en oposición que no ha sido reconocido como existente por el presidente electo ni siquiera en su amplio discurso cuando aceptó su victoria.

Claro que el país vive la euforia de quienes apoyaron al candidato del uribismo que tanto les dio a los sectores poderosos durante su gobierno anterior de 8 años. Pero no es un buen síntoma porque al presidente electo le va a tocar moverse en el esquema gobierno-oposición; una oposición fuerte con apoyos regionales muy unidos a áreas del país llenas de pobres y que han sufrido el abandono del Estado. Este es un punto importante que el nuevo presidente debe empezar a reconocer si no quiere tener serios problemas en su gestión. 

No se trata de un pequeño sector de la población colombiana sino casi la mitad del país si se suma a los votantes por Petro con los que votaron en blanco que claramente no apoyaron al Centro Democrático. No analizar el por qué, regiones como el Pacífico y el Caribe no acompañaron estas propuestas muy dirigidas al sector más poderoso de la sociedad, puede generar en la próxima administración una estrategia que deje la equidad como algo marginal, como lo último en la lista de prioridades. Ya los empresarios la pusieron de última en la lista que ellos le pasaron al nuevo presidente en su reciente reunión.

Debe aceptar el país que no parece ser la Colombia de hoy, la misma de siempre donde los que mandan son los sectores con al más alto poder económico. La reacción de las regiones atrasadas y abandonadas como el campo caribeño e inclusive las capitales de varios departamentos costeños y del Valle del Cauca, por ejemplo, son un campanazo que la administración no puede seguir dándole una prioridad de segunda. En esta semana, en ese tema como en muchos otros, no se vieron signos positivos.

Pero empiezan a surgir otras preocupaciones. Ya empezaron a expresarse grupos de población LGTBI por la presencia de esa extrema derecha entre los seguidores del nuevo presidente. Lo que sorprende es que las mujeres, no mencionadas hasta ahora en el discurso presidencial, no han hecho ninguna manifestación de descontento, ante el mutismo del gobierno electo.  No se equivoquen no siempre una mujer en el poder, en este caso en la vice presidencia, significa     que el tema de género tendrá prioridad. Se avecinan otros cuatro años con una oficina de la mujer sin presupuesto ni liderazgo. Es hora de pronunciarse. Recuerden que esos temas no preocupan ni a los hombres ni a muchas mujeres que se mueven en el mundo empresarial.