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Tenerifanos rechazaron la explotación sexual de niños y los adolescentes
Con pancartas y bombas amarillas los tenerifanos marcharon en contra de la explotación sexual infantil.
Con el objetivo de concientizar a los habitantes de Tenerife, la Administración municipal convocó a una marcha de rechazo en contra de la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes.
A la marcha asistieron miembros del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar I.C.B.F, La Policía Nacional, Red Unidos, Coosalud EPS, Unión Temporal Juventud Colombia, Corporación Ecología y Desarrollo Integral Hogar Infantil Ecodes, ONG Cordesco, ONG Corpodesa, funcionarios de la Oficina de Planeación Municipal, Salud Pública Municipal, Comisaría de Familia, empleados de la administración y comunidad en general; los cuales marcharon por las principales calles para expresar un no rotundo a esta problemática que día a día se va incrementando en la sociedad y que vulnera los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Alerta con nuestros niños fue el clamor general de los marchantes, los cuales invitaron a los demás habitantes del municipio a denunciar los casos de abuso y de explotación sexual especialmente a los más pequeños a la línea gratuita 141 que el ICBF tiene habilitada para la protección de niños, niñas y adolescentes.
CIFRAS DEL ICBF
De acuerdo con las cifras del ICBF, las niñas y las adolescentes mujeres son las que más padecen explotación sexual. El 85% de los casos que el instituto ha atendido entre 2016 y mayo de 2018, corresponde al sexo femenino, aunque en ocasiones el abuso sexual infantil parezca un tema externo en muchos casos los niños abusados están más cerca de lo que se piensa lo cual es una noticia alarmante.
El abuso sexual infantil conlleva diferentes problemas para las víctimas, como por ejemplo estrés postraumático, miedo, problemas para dormir, pesadillas, sentimientos de culpa, vergüenza e ira junto con la incapacidad de lidiar con lo anterior.
La dignidad de nuestras niñas, niños y adolescentes no puede ser negociada por nadie, no tiene precio, no son mercancías. Violar la inocencia de un niño a partir de la ruptura de su intimidad con fines comerciales no solo es un delito, sino una forma atroz de violencia que deja huellas imborrables.
