Certezas por favor

Que hacer en un país donde la violencia sigue su curso, el mercado de las drogas intacto, sembradíos de coca en aumento, seguridad al debe, alta corrupción, la impunidad en su punto más grave, populismo y demagogia cogiendo cada día y cada vez más fuerza, y todo porque la política no había tenido, como parece ya empieza a tener, respuestas nuevas a problemas de ayer y hoy, lo que generaba incertidumbre a tope; y, por cuanto la voluble voluntad ciudadana se presta para lo cual, y lo que es peor actúa con la desconocida emoción de la anti-política y sin nada de razón, premiando muchas veces a quien nada sabe en detrimento de personas bien intencionadas y conocedores probados de la cosa pública.

Nos copa la incertidumbre en todas las esferas sociales y muchos otros escenarios, inmersa en nosotros está una volatilidad que hace ola, hay en el ambiente un perverso ánimo revanchista que todo lo transforma para mal, una sociedad que aplaude y justifica a corruptos y delincuentes de la peor laya con turbio pasado, lo que en ningún caso es algo aislado, único, anecdótico ni ajeno, lo que nos está llevando a una sospechosa normalidad, que juzgo peligrosa en grado superlativo.

Vivimos en una perplejidad perniciosa, que nos lleva a preguntarnos si en adelante vamos a seguir cohonestando a una serie de personajillos sin estatura moral ni intelectual que incrustados en la política hace de las suyas en beneficio directo de sus propios intereses y el de sus camarillas, hechos que ameritan que nos organicemos en mejor forma de cara a las venideras justas electivas, a fin de no seguir cayendo como muchas veces ha sido, en el precipicio de la disolución.

Nada parece salvarse. Tenemos una dirigencia empresarial experta en cabildeos, escasas las más importantes definiciones, excesivas libertades democráticas que a nada positivo habrán de conducir, lentitud y parálisis por doquier. Todo pareciera estar contra todo y contra todos. Unos medios masivos de comunicación y difusión arrastrando, debido a su actuar conveniente y mercenario, a una crisis gigantesca de credibilidad y por ende, como era de esperarse, ya no construyen opinión, como otrora fuera, lo que ha pasado, desafortunadamente en la mayoría de los casos, por las cuestionadas redes sociales.

A esto de la incertidumbre hay que ponerle coto definitivamente, ya que no podemos bajo ningún punto de vista que siga mandando, puesto que de seguir ello siendo así, más cerca que lejos nos encontraremos frente a situaciones imponderables de impredecibles consecuencias. Nos queda, camino a evitar tales desmanes, aferrarnos con firmeza notable a las certezas y desde ellas, generar espacios de construcción e integral progreso. [email protected]