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Nicaragua paralizada por huelga mientras Ortega se moviliza con seguidores

La actividad comercial estaba prácticamente paralizada. Mercados, bancos, tiendas, gasolineras, restaurantes y pequeñas ventas de comida no abrieron en ciudades y pueblos, en apoyo al llamado opositor, pero también por temor a saqueos o asaltos.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, participó ayer viernes en una caravana de sus seguidores desde Managua a la rebelde ciudad de Masaya (sur), para contrarrestar un paro laboral de la oposición que, con negocios cerrados y calles medio vacías, exige su salida del poder.

 

Entre simpatizantes que lo saludan desde las aceras agitando banderas del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Ortega va junto a su esposa, Rosario Murillo, a bordo de una camioneta blanca rodeada de escoltas. «Daniel» y «Viva», corean a su paso. 

«Queremos demostrar fuerza, que el FSLN no está enterrado, sigue fuerte y representa a la mayoría que somos los pobres», declaró a la AFP Carlos López, de 57 años, quien iba en la caravana de cientos de vehículos y motocicletas que se dirigían hacia Masaya, 30 km al sur. 

Mientras tanto, la actividad comercial estaba prácticamente paralizada. Mercados, bancos, tiendas, gasolineras, restaurantes y pequeñas ventas de comida no abrieron en ciudades y pueblos, en apoyo al llamado opositor, pero también por temor a saqueos o asaltos.

«Estoy trabajando por necesidad. Pero el paro es un arma para presionar al gobierno, porque a esta situación no se le ve fin. Los pobres somos los que estamos muriendo», dijo a la AFP Adolfo Díaz, limpiabotas de 67 años, en el solitario mercado Huembes, en el este de Managua.

La caravana y el paro opositor se realizan entre temores por una desbordada violencia que deja unos 270 muertos y 2.000 heridos en tres meses de protestas contra el gobierno.

En Washington, la OEA sesiona sobre la grave situación de Nicaragua. El miércoles la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le presentó un informe que advirtió de la «profundización» de la violencia y la represión.

Los opositores reclaman justicia, y elecciones adelantadas o la renuncia de Ortega, a quien acusan de desatar una feroz represión contra las protestas y crear una dictadura con su esposa, marcada por la corrupción y el nepotismo.

El paro de 24 horas, respaldado por la cúpula empresarial, fue convocado por la opositora Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, integrada por grupos de la sociedad civil. Opositores reportan que se cumple en 90%, aunque medios oficialistas describen normalidad en algunas zonas de comercio.

«Si no trabajo no como. No se trata de no apoyar el paro, sino del sustento de nuestras familias. Necesitamos que esto termine para poder trabajar», dijo Néstor Larios, zapatero de 56 años.

El paro, el segundo tras el del 14 de junio -que dejó cuatro fallecidos-, se realiza un día después de una gran marcha en Managua y manifestaciones en otras ciudades, con saldo de cuatro policías y un civil muertos en el municipio Morrito, en el sureste del país.

MANAGUA AFP

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