Control urbano para combatir licencias de construcción ‘chimbas’

Daniel Varón, presidente de Sociedad Colombiana de Arquitectos regional Magdalena.

 

El gremio a través de su Junta Directiva afirma que la arquitectura, la ingeniería y la construcción en esta ciudad tradicionalmente han sido actividades lícitas y formales y que el ‘ruido nacional’ afecta la imagen positiva de los negocios inmobiliarios en la ciudad.

 

La Sociedad Colombiana de Arquitectos regional Magdalena a través de su presidente Daniel Varón Quintero salió en defensa del gremio y del impacto negativo para la finca raíz que ha generado la noticia sobre falsificación de licencias de construcción en Santa Marta.

El vocero del gremio de arquitectos afirmó que es urgente que la Alcaldía Distrital y su Secretaría de Planeación ejerzan un control urbano pues alguien debe velar porque que las licencias que se cuelgan en carteleras en las obras, en efecto correspondan a un trámite lícito adelantado ante las autoridades competentes.

Al referirse al revuelo que ha causado la captura de una arquitecta por estar involucrada en trámites de licencias, Varón precisó que la señora Saballeth no pertenece a ninguna Lonja inmobiliaria y que no es socia de la Sociedad Colombina de Arquitectos ni mucho menos está afiliada a Camacol.

 ‘‘Para nosotros es muy importante como gremio hacer unas precisiones a la ciudadanía samaria porque la noticia está generando preocupación en los compradores de finca raíz en Santa Marta que dicho sea de paso por estos días son menos que el año pasado’’, indicó.

La Junta Directiva de la Sociedad Colombiana de Arquitectos regional Magdalena expidió el siguiente comunicado:

‘‘Con relación a la captura de la arquitecta Fanny del Carmen Saballeth Martínez como presunta responsable de la falsificación de licencias de construcción con las cuales estafó a algunas personas en nuestra ciudad, manifestamos lo siguiente:

1.- La noticia positivamente demuestra que las autoridades locales están actuando con relativa rapidez para judicializar a los responsables de hechos  ilícitos  que para nada son nuevos, pero que nunca antes tuvieron gran despliegue mediático. La falsificación de licencias de construcción tendría como propósitos infringir normas urbanas como: la subdivisión predial en áreas y tamaños no permitidos, la construcción en áreas no urbanizables; o más delicado aún puede tener como objetivo primordial el robo de tierras mediante  la ‘gemeleada’ de folios de matrículas inmobiliarias que suele darse en nuestras ciudades.

2.- El sensacionalismo y la manera como se presenta la noticia en la prensa nacional subrepticiamente tiende un manto de duda y pone en situación de sospecha a honorables profesionales de la arquitectura que prestan sus servicios a las Curadurías Urbanas locales con quienes hoy somos absolutamente solidarios. Igualmente genera un incómodo ruido nacional sobre nuestro mercado inmobiliario local que no contribuye a mejorar la inocultable situación de recesión económica que coyunturalmente afrontamos. Pretender cartelizar o asociar a una red este caso y sobre todo presumir que edificios de constructoras importantes están vinculados a él, es atentar contra el sano ambiente de negocios que colectivamente arquitectos, constructores, inmobiliarios, peritos, ingenieros, abogados, empresarios y promotores de proyectos de finca raíz hemos construido por décadas en esta ciudad.

3.- Tampoco se trata de una práctica asociada solo de negocios entre particulares, porque  tenemos en la ciudad el lamentable episodio de falsificación de la licencia de construcción inicial de la intervención del Teatro Santa Marta, proceso de iniciativa pública, financiado con dineros públicos y con actores del sector oficial Nacional como Fonade, Fontur y Ministerios de Cultura y Turismo; caso este sobre el cual hoy no se conocen responsables.

4.- Los actos ilícitos de la Sra. Saballeth han sido cometidos por una persona que pretendió hacer del trámite ilegal de licencias de construcción un negocio permanente al cual vinculó funcionarios públicos también engañándolos e incriminándolos por acción u omisión. La arquitectura, la ingeniería y la construcción en esta ciudad tradicionalmente han sido actividades ejercidas licita y formalmente por reconocidos profesionales y empresas que día a día enfrentan cada vez más engorrosos controles, que pagan impuestos, generan empleos formales y entregan productos de calidad. Por supuesto, no hemos estado exentos de reveses empresariales financieros que han obedecido más a circunstancias macroeconómicas (crisis del Upac) que a empresas de papel creadas para producir estafas colectivas a través de proyectos inmobiliarios.

5.- La señora Saballeth no pertenece a ninguna Lonja inmobiliaria, no es socia de la Sociedad Colombina de Arquitectos y mucho menos está afiliada a Camacol. Es una particular con una pésima formación en valores y con un erróneo sentido de la práctica profesional.

6.- Este caso también puede entenderse como ausencia de control urbano pues alguien debe velar porque que las licencias que se cuelgan en carteleras en las obras, en efecto correspondan a un trámite lícito adelantado ante las autoridades competentes.

Por todo lo anterior consideramos que los pronunciamientos en prensa referidos al caso Saballeth deberían tratar con prudencia la información procesal y buscar fortalecer más la imagen positiva de los negocios inmobiliarios en la ciudad’’.