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“Colombia es otra frente al mundo”: Minhacienda

Durante casi siete años, Mauricio Cárdenas Santamaría acompañó como miembro del gabinete al presidente Juan Manuel Santos. Primero, como ministro de Minas y Energía, donde reemplazó a Carlos Rodado Noriega en septiembre de 2011; luego, como ministro de Hacienda y Crédito Público, oficina a la que llegó un  año después (septiembre de 2012) para relevar a Juan Carlos Echeverry y desde la cual lideró importantes políticas del Gobierno, algunas de ellas calificadas como esenciales por el Ejecutivo, pero polémicas para otros sectores.

Hoy, a pocos días de entregar su puesto a Alberto Carrasquilla, quien fue designado ministro de Hacienda por el presidente electo Iván Duque, Cárdenas asegura que –pese a enfrentar un duro choque marcado por la caída de los precios del petróleo– heredará una economía sana y en recuperación, que tuvo un importante avance en reducción de la pobreza y que hoy cuenta con una imagen diferente frente al mundo. Este es su balance.

 

Usted fue uno de los ministros que más duró en el gobierno Santos. ¿Qué le deja al país su gestión en esta cartera?

El avance más importante fue la reducción de la pobreza. Creamos clase media, este país avanzó en esa materia, hay más calidad de vida, más colombianos con empleo, más equidad y más formalidad; sin duda, el progreso social es de lo más gratificante e importante que logramos en este gobierno.

También hay que mencionar que recuperamos el grado de inversión con las calificadoras internacionales; además de conseguirlo, lo mantuvimos, a pesar del impresionante choque que tuvimos. No todos los países dependientes de productos básicos lograron eso.

Igualmente, el ingreso a la OCDE, que es uno de los legados más importantes del presidente Santos. No solo aprenderemos de los mejores, podremos compartir con ellos nuestros avances y tendremos un espacio importante en el escenario internacional. Colombia es otra frente al mundo.

 

¿Cómo entrega la economía tras ocho años del gobierno Santos al nuevo mandatario?

Entregamos una economía sana y en recuperación. No cabe duda de que tuvimos un duro choque, pero, a pesar de eso, seguimos creciendo a un buen ritmo, mantuvimos la inflación bajo control y aseguramos la convergencia del déficit externo a niveles sostenibles. Tuvimos que hacer un ajuste muy ordenado para llegar a donde estamos, lo cual permite crecer a una tasa cercana al 3% este año; por encima de nuestros pares regionales.

 

¿Cómo está el país en materia fiscal?

Desde el frente fiscal, la estrategia de política para enfrentar los choques y promover la recuperación, se ha resumido bajo el nombre de Austeridad Inteligente. Esta política utilizó tres instrumentos: disminución del gasto público, sin afectar el gasto social ni la inversión estratégica de la Nación; aumento y diversificación de los ingresos no petroleros, cuidando el crecimiento económico y la generación de empleo, y total apego a los estrictos lineamientos de la regla fiscal.

Gracias a estas medidas, el Gobierno pudo cumplir a cabalidad en todos los años con el déficit fiscal estructural y total, requeridos para el acatamiento de la regla fiscal, lo cual ayudó a mantener la credibilidad de la economía nacional ante los mercados e inversionistas nacionales e internacionales.

 

Muchos sectores dicen que este gobierno deja un país endeudado. ¿En cuánto está la deuda de Colombia actualmente?

Es importante aclarar que la deuda externa creció, en muy buena parte, por cuenta del sector privado. El sector privado colombiano se internacionalizó, empresas nacionales lograron mejores calificaciones externas y tuvieron acceso a financiamiento externo en condiciones muy favorables. El 70 por ciento del incremento del endeudamiento externo viene por cuenta de estas empresas. Solo el 30 por ciento es del Gobierno.

La deuda del Gobierno hay que medirla en proporción al tamaño de la economía. La deuda bruta del Gobierno Nacional Central pasó de 40,2% del PIB en 2014 a 46,6% del PIB en 2017. Este aumento se explica, en su mayor parte, por la depreciación del peso colombiano, porque la deuda en dólares, que es una tercera parte, al expresarla en pesos, subió un 70 por ciento después de la devaluación. Esto explica el 60 por ciento del incremento en la deuda pública como porcentaje del PIB.

La otra causa importante es que el país ha tenido un déficit fiscal que incrementa el endeudamiento. El déficit fue cercano al 4% del PIB en el 2009 y el 2010; lo bajamos a 2,3% del PIB en el 2012 y el 2013, y lo vamos a dejar en 3,1% del PIB este año.

 

¿Y qué dejan en materia de vigencias futuras?

En cuanto a las autorizaciones de vigencias futuras, es importante indicar que estas no corresponden a deuda pública, sino a un instrumento de programación presupuestal que compromete espacios de gasto público de años futuros, los cuales garantizan los recursos para programas de inversión que por su naturaleza no pueden realizarse en una sola vigencia fiscal, son proyectos estratégicos de la mayor importancia en beneficio de la sociedad y la economía nacional y  son determinantes para consolidar las condiciones materiales necesarias para apalancar el crecimiento esperado en los próximos años.

En relación con las cifras, las vigencias futuras autorizadas para los próximos años equivalen al 9,3% del PIB de 2018 ($92,7 billones de pesos constantes de 2018). Particularmente, el espacio de gasto comprometido mediante vigencias futuras para el próximo cuatrienio (2019-2022) corresponde a 2,4% del PIB de 2018. Esto es menos de la mitad de lo que dejaron las dos administraciones pasadas para ser pagados en los cuatro años siguientes a sus respectivos mandatos.

Del total de vigencias autorizadas a la fecha, 63,2% corresponden a los aportes del Gobierno nacional a las Asociaciones Público Privadas; 16,9%, para la financiación de la primera línea del Metro de Bogotá y 19,9% de otros proyectos, principalmente relacionados con infraestructura.

 

¿Qué avances se tuvo en materia de reducir la informalidad?

Este ha sido otro de los logros más importantes. Por primera vez en la historia logramos que, en las 13 principales ciudades del país, el porcentaje de empleados formales fuera mayor al de informales, gracias a medidas como el desmonte de los parafiscales. Desde 2010 se generaron 2,5 millones de empleos formales, una cifra sin precedentes.

 

Usted dice que el avance más importante fue la reducción de la pobreza. ¿Qué pasó en ese frente?

Entre 2010 y 2017, 5,4 millones de colombianos salieron de la pobreza multidimensional, 3,6 millones de la monetaria y 1,9 millones de la extrema. En cuanto al coeficiente Gini, que mide la desigualdad, hemos tenido también avances importantes. Este indicador pasó de 0,561 en 2010 a 0,508 en 2017.

 

¿Cuál es la perspectiva de crecimiento que ustedes proyectan para este año?

Estamos proyectando que la economía crezca este año un 2,7%, un pronóstico que va muy en línea con las expectativas del mercado, los entes multilaterales y el Banco de la República. Pero, personalmente, creo que si seguimos recibiendo datos positivos en materia de confianza, inflación, consumo, exportaciones, entre otros, seguramente creceremos más de lo esperado y podríamos lograr el 3%.

 

¿Cuánto pudo haber crecido la economía en el primer semestre?

La economía pudo haber crecido alrededor de 2,5% o más en el primer semestre del año, impulsada por los buenos resultados en materia de comercio, los servicios financieros y la administración pública. Los indicadores adelantados de la actividad productiva han mostrado muy buenos resultados para el segundo trimestre del año: la confianza de industriales, comerciantes y consumidores en niveles altos, la industria y el comercio presentando un buen dinamismo, la demanda de energía creciendo a ritmos superiores al 2%. Los datos muestran una recuperación sólida de la economía colombiana.

 

¿Cómo se puede seguir comportando la tasa de cambio?

La tasa de cambio ha mostrado una tendencia relativamente estable en el transcurso del año, alrededor de los $2.860 pesos. Se espera un promedio anual de aproximadamente $2.874, en línea con lo publicado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2018. Esta proyección es similar a lo que se pronostica por parte del mercado, que espera que la tasa de cambio oscile entre $2.860 y $2.950 al finalizar el año. La estabilidad cambiaria ha sido notoria en Colombia, en comparación con otras economías emergentes.

 

¿Cómo se ha beneficiado el país con los actuales precios del petróleo?

Para el país es una muy buena noticia que los precios del petróleo se hayan ubicado entre 70 y 80 dólares, esto generará mayores recursos para invertir en proyectos que promuevan el progreso social y el cierre de brechas en el país. Pero hay que aclarar que este beneficio lo verá el gobierno entrante, que recibirá impuestos y los dividendos de Ecopetrol el próximo año.

 

¿La reactivación de la economía podría llevar a que el Banco de la República vuelva a subir las tasas de interés?

En su reunión de junio, la junta directiva del Banco de la República decidió mantener inalterada la tasa de interés. Esta decisión se tomó teniendo en cuenta que, a pesar de la estabilización de la inflación dentro del rango meta, existe el riesgo de que se presenten presiones alcistas en los precios, debido principalmente al incremento en el precio del petróleo y a un repunte de la inflación de alimentos. También se tuvieron en cuenta los indicadores de actividad económica para este segundo trimestre, los cuales sugieren que, si bien la economía se ha venido acelerando en lo corrido del año, todavía sigue creciendo por debajo de su potencial. No veo en este momento la necesidad de bajar o subir las tasas de interés.

 

Colombia logró, después de varios años, ingresar a la OCDE. ¿Qué viene ahora en este aspecto?

El ingreso de Colombia a la OCDE es producto de un largo proceso, durante el cual el país debió trabajar en 23 comités que aprobaron buenas prácticas de políticas públicas en todos los ámbitos; también se adoptaron algunas recomendaciones hechas por los países miembros.

Como miembro, el país tendrá acceso de ahora en adelante a la mejor asesoría posible en materia de políticas públicas, participará de un intercambio permanente de experiencias y conocimientos con las demás naciones que forman parte de una de las organizaciones más importantes en materia económica.

 

Quedó pendiente abordar el tema pensional en el gobierno Santos…

Invertimos nuestro capital político en reformas que eran más urgentes, como la tributaria de 2016 y las reformas al Sistema General de Regalías, y otras que debíamos hacer para cumplir con el ingreso a la OCDE, eso cuesta mucho trabajo. Le dimos prioridad a la estabilización macroeconómica y fiscal, después de uno de los peores choques en nuestra historia. Hicimos reformas en muchos frentes, incluyendo el tributario y la salud. Hay una tarea pendiente en pensiones, pero también hay que tener cuidado, hoy hay muchos ejemplos en el mundo de reformas pensionales que significan un retroceso en lugar de un avance.

 

¿Qué balance hace de las reformas tributarias que se hicieron en los últimos años?

La reforma tributaria de 2016 fue el gran esfuerzo del Gobierno Nacional para modernizar el sistema tributario y gracias a ella, pese a observar un crecimiento económico por debajo de lo esperado en 2017, fue posible elevar los ingresos del Gobierno.

Sin duda, la reforma era impostergable para la inversión, crecimiento y generación de empleo; necesaria para la eficiencia tributaria, la competitividad económica y sostenibilidad fiscal; e importante para la introducción de impuestos verdes, criminalización y profundización del estatuto tributario.

Por otro lado, la Reforma Tributaria de 2012 permitió reducir las cargas parafiscales totales que asumían las empresas en 13,5 puntos porcentuales, y amplió el número de personas naturales que declaran. Este cambio en la legislación ha resultado en una disminución estructural del desempleo y la continua tendencia hacia la disminución de la informalidad. Estos dos resultados tendrán una contribución positiva en el crecimiento de mediano plazo, al mejorar la eficiencia del mercado de trabajo y la productividad.

 

¿Qué futuro tendrá el proyecto de eliminar los tres ceros?

Confiamos en que en la próxima legislatura el Congreso termine de aprobar este proyecto, que nos permitirá alinearnos con los estándares internacionales y facilitar el día a día para todos. Los argumentos a favor son sólidos.

 

¿Qué temas quedaron pendientes durante su gestión?

Esta es una carrera de relevos que nunca termina. Lo único que uno desea es que quien tome la posta siga corriendo rápido.

Bogotá Colprensa.

 

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