HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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S.O.S por el Camellón samario

El deterioro de El Camellón es evidente. La que fuera la principal vitrina turística de la ciudad hoy está en condición de abandono.

Por:

GUILLERMO J. GÓMEZ MONSALVO

Uno de los lugares más emblemáticos de Santa Marta es sin lugar a dudas su Camellón, allá en la bahía, el que por años ha sido la vitrina turística de la ciudad. Pese a todo lo que representa el Camellón, el lugar está hoy abandonado, deteriorado, convertido en letrina pública que demanda con urgencia una intervención integral.

El Camellón no es lo mismo que antes, lastimosamente hoy solamente se puede contemplar lo más bonito que tiene en su horizonte: el Morro. Es una lástima que ya hoy no se pueda seguir hablando que teníamos esta bahía tan linda como lo era en épocas de antaño. Hoy, solo aquí se ve, una ensenada descuidada, sin inversión y terriblemente abandonada por falta de mantenimiento en su adoquinamiento, en las materas, pavimento, andenes y bordillos.

Para analizar todo el descuido que se ve en este lugar solo basta con transitar el Camellón desde la calle 11 hasta la calle 22 sobre la carrera primera. HOY DIARIO DEL MAGDALENA llegó hasta allí y pudo observar el deterioro de la zona, los adoquines están acabados, el granito que tiene este suelo para los turistas es lo más incómodo que pueden sentir en sus pies descalzos.

En diálogo con Carlos Mario Fernández, un turista que pese a conversar con nosotros sobre el descuido de la bahía, no quiso que se le fotografiara, nos ratificó: “Uno no ha terminado de llegar aquí a Santa Marta y lo que quiere es venir directo hacia la bahía, cuando uno se baja del taxi lo que le anima es correr para llegar hasta la playa pero lo que uno se encuentra son unas piedras que afectan los pies”, indicó.

HOY DIARIO DEL MAGDALENA  constató que la bahía de la ciudad se convirtió en un botadero de basura, hasta dicho lugar llegan indigentes, drogadictos recicladores y dejan allí sus desechos. /RAFAEL LARA

Si bien, Fernández habla de esta sensación tan fea que le genera sentir el granito en sus pies, es consciente que también la Santa Marta que él vivió hace más o menos 10 años no es la misma. Reconoce que hay obras modernas como la Marina que le afectó sus recuerdos de niño, cuando venía de vacaciones con sus padres, y que hoy en día no puede mostrarle a sus hijos esa maravilla de poder ver la majestuosidad de playa que era, y lo más bonito que era ver el atardecer detrás de El Morro de la ciudad.

Este es sólo uno de los problemas que desde hace ya varios años ha empezado a marcar una referencia en este lugar, aunque nadie lo crea, hay espacios donde el mar ya carcomió por debajo el concreto y prácticamente está en el aire, lo que representa un peligro para los que caminan por la zona y amerita un control y una reparación a esta estructura debilitada, y a punto de colapsar.

Mirando alrededor, también se puede observar la soledad, el abandono, la indiferencia, indolencia y las grietas que marcan los años que no se le hace ningún tipo de inversión a esta área. Las esculturas por ejemplo presentan aberturas o quiebres en cada una de sus bases, están sin luces, por culpa del vandalismo y la falta de cultura ciudadana.

Algunos samarios coinciden en que la Policía no está cuidando esta playa, la gente está siendo atracada frente a la mirada indolente de los que se bañan allí, muchos se quitan sus pertenencias, se meten al mar y cuando quieren salir ya les han robado.

Caminando por el sector, pudimos constatar también que este sitio se ha convertido en un botadero de basuras, en el que sus rincones son puntos de infección para quienes laboran en este lugar. La mayoría de vendedores ambulantes se quejan de los malos olores y el hedor que emana en estos rincones que se encuentran llenos de pañales, bolsas, icopor, zapatos rotos, ropa, papeles, escombros y también arbustos secos.

Los vendedores son quienes más sufren por esta situación.

Conversamos con Reinaldo Mendivil Ramírez, uno de los hombres que trabaja en esta zona como carpero. Él se siente desmotivado al saber que lleva más de 35 años entregados a este oficio y que desde que instalaron la Marina no hay turismo porque no hay playa: “La gente ya no quiere venir a la Bahía así como está. Yo pienso que la Alcaldía debe empezar a trabajar en recuperar este espacio y meterle mano pronto, porque un lugar tan emblemático y bonito, no es lógico que esté en un estado tan feo”, aseguró.

Para Reinaldo, otro de sus señalamientos importantes tiene que ver con uno de los puntos que se está saliendo de control, y son los malos olores que hay en el desagüe del box culvert que baja de la calle 20, porque pasa la primera y sale a la playa, pero se acumula y no llega al mar, ‘‘esto parece una laguna, mire como se ve eso allí enmontado, lleno de vegetación y esto es una playa turística”, comentó.

Para nadie es un secreto que la delincuencia también hace parte de este lugar en horas de la noche. Un vendedor ambulante que se nos acercó nos comentó que a él le gustaría que quitaran las matas de coral porque estas últimamente se han convertido en el baño público de la gente; especialmente de los venezolanos, quienes andan metidos en esos arbustos haciendo sus necesidades fisiológicas, escondiendo drogas, cuchillos e incluso armas para los atracos en la noche.

Al finalizar nuestro recorrido, tuvimos la oportunidad de hablar con Liborio Vega, uno de los lancheros que trabaja en este punto de la ciudad. Nos encontramos con él en inmediaciones de la Marina de Santa Marta, allí este hombre nos estuvo comentando que no es justo con toda la ciudad que hayan hecho un daño natural tan grande, el hecho de haber perdido toda la mayoría de la playa y la arena que caracterizaba a la bahía es un motivo de preocupación para muchos; los animales, la arborización y la primera impresión que se le entrega al turista que viene vía marítima es lo peor que se les regala a los ojos de los extranjeros. No hay derecho.

“Yo trabajo aquí, cuando uno llegaba antes a la bahía de Santa Marta, tu veías el Morro, ya no se ve, y no lo digo yo como samario, lo digo yo como portavoz de los turistas que vinieron en años anteriores y que ahora ven esta barbaridad de construcción que ni siquiera permite ver el morro. Ese pedacito de playa que dejaron es un daño socioeconómico en este punto, a mí no me gusta que ya uno para poder ver el Morro tiene que ir hacerlo desde la calle 18 para allá”, dijo.

El señor Liborio también afirmó que él se siente “preocupado con la gente que trabaja aquí, porque somos varios los que estamos dependiendo de la economía que da la bahía, yo por ejemplo llevo más de 20 años aquí y últimamente he escuchado que quieren sacarnos de este lugar. Según la Alcaldía leí el otro día que hará una reforma, pero para mí es más que todo una manera de ellos controlar todo y ganarse la plata”, denunció.

Este punto que menciona el señor Liborio Vega, es el más importante con respecto a las expectativas que sobre este emblemático sector tienen los samarios y los extranjeros.

Como se podrá analizar, el futuro de el Camellón es incierto. El distrito ha anunciado una intervención. Amanecerá y veremos…

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