HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Ellos deberían ser nuestros héroes

Colombia es potencia en patinaje, los patinadores que representan al país ganaron el campeonato mundial de este deporte sobrados, consiguieron 20 medallas de oro, 15 de plata y 9 de bronce, 33 más que el país siguiente en la tabla de trofeos, 36 más que Francia y 38 más que Alemania y Estados Unidos. Sin embargo, estos deportistas no fueron recibidos en Bogotá como los franceses campeones del mundo en fútbol cuando llegaron a París ni los croatas, segundos en el Mundial, a Zagreb, ni siquiera como la Selección Colombia de Fútbol, que quedó novena en Rusia 2018.

Es que los humanos tenemos una forma muy especial de entregarle valor a las cosas. Son héroes nacionales aquellos deportistas que se ganan un mundial de fútbol, los que se ganan uno de patinaje son admirables y reciben alguna mención en los medios de comunicación y en las redes sociales, pero no les alcanza para ese lugar de héroes, ni siquiera nos sabemos sus nombres.

Estamos acostumbrados a ver como ídolos a ciertos deportistas, cantantes, artistas y, en algunos casos, a los políticos más famosos. Ni la celebridad ni las generosas donaciones que algunos de ellos hacen, en ciertos casos obligados por la presión popular que ha establecido como obligación que todo rico y famoso tiene que tener un proyecto social que permita retribuir a la sociedad lo que ha ganado con su esfuerzo, talento o buena suerte, les sirven a estos héroes para transformar de manera real la vida de las comunidades que impactan.

Mas allá de la fama, la celebridad, el reconocimiento y el dinero, las personas que logran cambios que transforman positivamente la sociedad son aquellos que pueden anteponer sus miedos, sus debilidades, sus inseguridades, sus intereses personales para sacar proyectos que potencian el bienestar general. Es que no es fácil: somos egoístas y ególatras, estamos siempre pensando en salvarnos solos de esta carrera que es la vida. Esas personas con su trabajo local por el desarrollo de su comunidad están transformando una realidad social, están impactando positivamente la vida de un número importante de gente y, por lo tanto, está haciendo del mundo un lugar más justo, más pacífico, más bondadoso. Ellos deberían ser nuestros héroes, nuestras celebridades, el ejemplo a seguir.

En Colombia no honramos estos héroes, como con los patinadores, no sabemos sus nombres ni sus marcas ni sus logros. Ni siquiera podemos cuidarlos, desde 2016 han sido asesinados en el país más de 300 líderes sociales y miles han sido amenazados. Como sociedad, somos incapaces de proteger a aquellos que educan, que desarrollan procesos de justicia transicional, mecanismos pacíficos de resolución de conflictos, que reclaman derechos perdidos o nunca adquiridos por sus comunidades, que intentan cuidar el medio ambiente. Igualmente, en las últimas semanas han empezado las amenazas de periodistas, en el país.  Produce una impotencia terrible saber que estas cosas pasan y que no se tienen las herramientas para exigir del Estado una protección adecuada para estos líderes.

Quedan las marchas, no dejarlos solos, no volvernos indolentes ante sus riesgos, no acostumbrarnos a esa realidad. Hay una iniciativa muy bonita que busca que los líderes sociales se sientan acompañados, se trata de enviar una carta manifestando el apoyo, el agradecimiento y la admiración por su valentía a un líder social. Si usted no conoce a ninguno, puede escribir una carta genérica y enviarla al correo electrónico [email protected] con su nombre, dirección de correo electrónico y teléfono, allá se la harán llegar a una líder social y así usted podrá establecer una relación con alguien que vale la pena apoyar, acompañar, cuidar y valorar: con un héroe de verdad.

*Internacionalista.

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