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Trabajadores del sector eléctrico inician huelga

Los salarios en Venezuela han sido destruidos por la hiperinflación, que podría escalar hasta 1.000.000% en 2018, según una proyección del FMI anunciada este lunes.

 

«Ya no puedo ni comprar pan», se quejó Giovanni al justificar el inicio  de una huelga de los trabajadores venezolanos del sector eléctrico en reclamo de mejoras salariales e inversiones para revitalizar el servicio, afectado por continuos apagones.

 

«Estamos en paro indefinido (…). Queremos una reivindicación salarial», dijo a la AFP Giovanni González, técnico de la estatal Corpoelec, frente a las puertas de una planta paralizada de la empresa en La Yaguara, oeste de Caracas.

Señalando una vieja maquinaria en el lugar, González se queja por el deterioro de equipos e instalaciones, que -dice- están «por el piso».

Los salarios en Venezuela han sido destruidos por la hiperinflación, que podría escalar hasta 1.000.000% en 2018, según una proyección del FMI anunciada este lunes.

Y empleados como González, con 26 años en la compañía, ganan el sueldo mínimo (3 millones de bolívares al mes, más un bono de alimentación de 2,1 millones), que equivale a 1,5 dólares a la tasa del mercado negro, de facto el marcador para muchos productos de la canasta básica.

Su ingreso mensual no da para comprar ni siquiera un kilo de carne.

«Iniciamos el paro con la asistencia de los trabajadores a sus puestos, pero sin laborar», dijo Reinaldo Díaz, dirigente de la Federación de Trabajadores del Sector Eléctrico (Fetraelec), a la prensa.

El gobierno, que tiene influencia sobre algunos sindicatos, no reaccionó aún al anuncio de huelga.

Grupos de obreros realizaron pequeñas protestas frente a sedes de la estatal. «Corpoelec paga salarios de hambre», rezaba una pancarta en la capital.

Los venezolanos sufren habituales cortes de luz, especialmente en los estados Zulia, Mérida, Táchira y Trujillo (oeste). Los apagones llegan a prolongarse por más de diez horas diarias en algunos casos.

Las fallas paralizan el comercio, dependiente de las transacciones electrónicas por la escasez de efectivo.

Según Díaz, las principales plantas eléctricas operan a solo 25% de su capacidad. «Hay falta de mantenimiento, mucha obsolescencia de equipos (…), desinversión y eso lógicamente ha afectado la confiabilidad del servicio», sostuvo el sindicalista.

José Montilla, transportista, fue a una de las sedes de Corpoelec a pagar un recibo. No pudo hacerlo, pero apoya la huelga.

No teme que el servicio pueda empeorar por la protesta. «Ya está afectado. Pasan cuatro horas, seis horas, sin luz. Se dañan equipos» como neveras, lavadoras o televisores, comentó Montilla a la AFP.

CARACAS AFP

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