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Tensión entre Trump e Irán crece con tuits amenazantes

La tensión crece entre Donald Trump e Irán: el virulento tuit del presidente de Estados Unidos, que amenaza a Teherán, generó una respuesta igualmente belicosa, subiendo la apuesta en un juego de presión de alto riesgo.

El amenazante tuit de Trump -enviado la noche del domingo al presidente iraní, Hasan Rohani, y escrito todo en mayúsculas, el equivalente digital de gritar- suscitó preguntas sobre la estrategia de Washington hacia la república islámica.

 

Los analistas, que suelen asumir que Estados Unidos respalda la idea de un cambio de régimen en Irán, interpretaron la postura actual del mandatario como un intento de distraer la atención de las polémicas declaraciones del presidente tras la cumbre el lunes pasado con su par ruso Vladimir Putin, y de los cuestionamientos sobre el avance de las conversaciones con Corea del Norte. 

El ruido de sables comenzó cuando el presidente iraní Hasan Rohani advirtió a Trump que no «jugara con la cola del león» y dijo que el conflicto con Irán desencadenaría la «madre de todas las guerras», lo que provocó la furiosa salva del líder estadounidense. 

«Nunca más vuelva a amenazar a Estados Unidos o sufrirá consecuencias como muy pocos a lo largo de la historia han sufrido antes», escribió luego Trump en un dardo dirigido a Rohani.

«Ya no somos un país que soportará sus palabras dementes de violencia y muerte. ¡tenga cuidado!», agregó.

Unas horas más tarde, el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, replicó, también en Twitter y con mayúsculas: «no estamos impresionados».

«Hemos existido durante milenios y visto la caída de imperios, incluido el nuestro, que duró más que la vida de algunos países. ¡sea prudente!», dijo.

Aunque la «firme postura» de Trump fue elogiada por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, también provocó una avalancha de preguntas sobre su exacto significado e impacto. 

Consultada por las motivaciones del presidente, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, señaló que la prioridad era «la seguridad del pueblo estadounidense» y garantizar que Teherán no se dote de armas nucleares. 

Pero pareció restar importancia al tono agresivo, diciendo que Trump ha sido «bastante fuerte desde el primer día en su lenguaje hacia Irán». 

En Washington, las duras palabras de Trump fueron vistas como una cortina de humo política. 

«Frustrado por la falta de progreso con Corea del Norte, enojado por las reacciones negativas después de Helsinki, Trump está tratando de desahogarse y cambiar de tema», dijo Aaron David Miller, un ex diplomático y negociador en gobiernos demócratas y republicanos.

WASHINGTON, AFP

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