HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Reformar… muchas veces necesario

Para la RAE, la primera definición de reformar es “volver a formar, rehacer” en completo acuerdo con su etimología. Luego la define también como “modificar algo, por lo general con la intención de mejorarlo”; “enmendar, corregir la conducta de alguien, haciendo que abandone comportamientos o hábitos que se consideran censurables”; “dicho de una persona: contenerse, moderarse o reportarse en lo que dice o ejecuta”. En el ámbito jurídico y constitucional se usa para referirse al acto de efectuar los cambios dentro de leyes o incluso la Constitución de un país.

Visto lo enunciado y de plena conformidad, creo conveniente para nuestra ciudad y municipios, en aras de avanzar cabalmente y en mejor manera, reformar en todo o en parte mucho de lo que mal y peor acaece en nuestra administración pública, toda vez que no es viable en los momentos actuales y por la forma como estamos siendo dirigidos, cristalizar proyectos ambiciosos, los cuales requieren de un pacto por Santa Marta y el departamento del Magdalena con todas las fuerzas vivas que actúan e interactúan en nuestros territorios, que eviten hundirnos en la desesperanza del corto al largo plazo. Demandamos reformas importantes de todo orden necesarias y aplazadas las cuales, para así empezar a hablar de un integral progreso y superior ámbito democrático, que deberán ir acompañados de claros y transparentes propósitos, así como de voluntad y decisión política, camino a fundamentar realidades.

Un pacto que será memorable sin duda cuando produzca resultados probados derivados de estrategias claramente realizables, de alcances y contenidos que permitan los más interesantes desarrollos, crecimiento y entendimiento político. No podemos seguir pensando en obstrucciones ni en vaguedades políticas casi siempre inútiles. Se trata de superarnos por encima de las dificultades por inmensas que parezcan. Prioridad para nosotros será entonces adentrarnos en reformas transparentes que no queden atrapadas en la vorágine de procesos inanes y pendiendo de la infame desesperanza. Necesitamos transformaciones reales, procesos autónomos garantes de prosperidad e informados a la opinión pública con transparencia.

Entender que más que en lo urgente debemos gravitar en torno a lo importante, esencial, sustancial y fundamental; que la política sea dada desde el acontecer político que no del perverso ejercicio politiquero. Plenos de arreglos pragmáticos, nunca engañosos, y siempre en contexto de democracia, sistema en el que las reformas más trascendentes reclaman una muy imaginativa negociación política, por encima de habilidades marrulleras. Una auténtica vocación democrática que la determinen en su diseño, aprobación y proyección, donde prevalezca el interés general sobre el particular, lo mismo que un gran sentido de ciudad, departamento, región y país. [email protected]*Jurista

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más