HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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El desgarrador testimonio de una menor abusada por el Capitán (r) de la Armada

El peso del pasado volvió a Catalina* cuando vio en las noticias que Raúl Danilo Romero Pabón, capitán (r) de Infantería de Marina de la Armada Nacional había sido capturado por abuso sexual a menores de 14 años. 

Su memoria se regresó cuatro años atrás cuando ella era una niña de 16 años. Apenas comenzaba a conocer el mundo y creer en el amor, sueño que se vio frustrado por un hombre que se hacía llamar “Óscar”, pero que hoy el país lo conoce como un depravado sexual que cayó en medio de un operativo que permitió desmantelar varias redes de prostitución y abuso sexual en Cartagena. 

Catalina fue una de sus víctimas. Hoy, con el corazón un poco más tranquilo y un tatuaje en la parte inferior de su seno izquierdo con las iniciales de Romero Pabón, contó su cruel historia. 

¿Cómo lo conoció? 

“Todo comenzó porque él (Raúl Romero) salía con una amiga que en ese entonces tenía 15 años. Nos invitó a comer y luego nos llevó a la casa. Yo no vi nada raro, por el contrario, era una persona muy amable y sociable. Después de un tiempo me invitó a comer pero debía ir yo sola, como ya lo conocía, no desconfié”, narró Catalina. 

Ese día en el que todo transcurría con normalidad, se convirtió en una fecha inolvidable, y que quisiera borrar de su memoria y sobretodo de su piel. 

“Después de que comimos se ofreció a llevarme a mi casa, pero una vez en el carro las cosas empezaron a cambiar, me dijo que debía practicarle sexo oral o si no me iba a ir mal, le puso seguro al carro y no me dejaba salir, me tenía presa, me tocó acceder a lo que él quería”. 

Se convirtió en una víctima más de abuso sexual, con chantajes y mañas, Romero Pabón accedió carnalmente a una menor de 16 años, en su carro y a su antojo, por si fuera poco, grabó la situación sin que la menor se percatara. 

“Yo no me atreví a contarle a mi familia, él me tenía muy amenazada porque se mostraba como alguien imponente, me comenzó a chantajear con el vídeo donde yo aparecía diciendo que si no le enviaba fotos desnuda lo iba a divulgar, él decía que tenía mucho dinero y podía hacer lo que quisiera”. 

UNA MARCA DE POR VIDA 

El capitán siguió con sus agresiones, la contactó nuevamente pidiéndole algo más. Esta vez no quería su cuerpo porque ya había obtenido lo más importante para él y era la virginidad de la menor. Ahora, quería dejar su marca personal, sus iniciales: RDRP, pero que en ese momento hacía pasar como las iniciales de su supuesto libro favorito, “Recuerdos de Romero por siempre”. 

Las llamadas continuaron al igual que las amenazas y el chantaje, Romero insistía en la necesidad de que Catalina se hiciera ese tatuaje, y ella se negaba ante tal locura, a lo que Raúl respondía con amenazas. Aquel perfil de hombre amable había desaparecido para convertirse en un depravado. 

“Me tocó hacerme el tatuaje, yo no quería quedar expuesta por lo que me había pasado, ni siquiera a mi mamá me atreví a contarle. Llegamos donde el tatuador, pero no es el mismo que capturaron ahora, él (Raúl) le entregó una plantilla con unas letras, que tiempo después supe eran sus iniciales, le dijo que me las tatuara y yo elegí un lugar donde no se me viera, quedé marcada como los animales”. 

Catalina contó que Romero Pabón no volvió a abusar de ella, por el contrario, le pedía que le contactara menores de edad vírgenes y que no dijera nada, ya que sus vídeos estaban bajo su poder. 

La vida de Catalina se derrumbó, aquel hombre no solo le arrebató la virginidad sino que le causó un verdadera tortura, una zozobra y una amenaza. Ahora, cuatro años después, volvió a ver a su agresor de la manera menos inesperada pero más satisfactoria. 

Y aunque aún posee el tatuaje que día a día le recuerda aquel infierno, se levanta con la convicción de que su historia no la debe experimentar ninguna persona, que Romero Pabón está tras las rejas, y que la tranquilidad algún día la ayudará a borrar las huellas que el abuso dejó en su ser. 

DETALLES SORPRENDENTES 

Tras conocer la noticia, Catalina se enteró que al menos ochos niñas de su círculo social habrían sido violadas por Raúl Romero Pabón, quien habría ofrecido hasta 2 millones de pesos a quienes le consiguieran niñas menores de edad vírgenes. 

La víctima dijo que en su celular almacenaba gran cantidad fotos y vídeos sexuales de niñas, registrando todos los rostros de sus víctimas. Además que mentía sobre su nombre y su ocupación, afirmaba ser de familia millonaria y se mostraba como un hombre poderoso. Según ella, llegaba por cortos tiempos a la ciudad y luego se perdía durante varios meses afirmando que estudiaba en Atlanta. 

¿Cómo va el caso? 

Romero Pabón fue capturado el sábado 28 de julio y las audiencias se hicieron de manera reservada por la existencia de menores de edad en el caso, el implicado aceptó cargos y se le imputaron los siguientes delitos: concierto para delinquir en la modalidad agravada, estímulos de la prostitución en los menores, demanda y explotación sexual comercial de menores de 18, utilización de medios de comunicación (redes sociales) para facilitar la explotación sexual, uso de menor de edad en la comisión de delitos por acceder a que en su empeño criminal participaran otras personas para atraer a menores en este delito. 

Las penas que estipula la ley por cada uno de los delitos imputados van desde los 14 hasta los 18 años de prisión. Aún se desconoce cuánto tiempo deberá pasar Romero Pabón tras las rejas. 

Junto con él trabajaban Hilary Patricia Madero de 19 años de edad quien ubicaba a las niñas por redes sociales y Jhon Padilla quien era el tatuador y habría agredido sexualmente a muchas menores, ambos están en manos de las autoridades. 

*Nombre cambiado por solicitud de la víctima. 

Cartagena El Universal.

 

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