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Comunidad católica, testigo de la ordenación de 3 sacerdotes

Esta importante ceremonia tuvo lugar en la Catedral Basílica de Santa Marta, donde la comunidad católica fue testigo de la misma.

Además de  los fieles católicos también hicieron presencia en esta importante ceremonia, los familiares de los presbíteros y  los sacerdotes que forman parte de la Diócesis.

La comunidad católica samaria fue testigo de la ordenación de tres nuevos sacerdotes. La ceremonia tuvo lugar el sábado en la Catedral Basílica de Santa Marta y la misma fue presidida por monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, Obispo de la Diócesis de la capital del Magdalena.

En esta ocasión los presbíteros que se consagraron para prestar sus servicios a Dios y a la Iglesia Católica, fueron Jorge Luis Martínez Echeverría, Juan Pablo Cristancho Segura y Luis Sevilla Hincapié, quienes con toda humildad recibieron la bendición para convertirse en nuevos orientadores espirituales.

Además de  los fieles católicos también hicieron presencia en esta importante ceremonia, los familiares de los presbíteros y  los sacerdotes que forman parte de la Diócesis de esta zona del país.

El orden sacerdotal es uno de los sacramentos de la Iglesia Católica. Consiste en la consagración al ministerio del servicio a la Iglesia, lo que le exige dedicación plena y libre disposición.

La doctrina católica indica que este sacramento se confiere a aquellos que, habiendo recibido un particular llamado de Dios y luego de haber discernido su vocación al ministerio sacerdotal, son considerados idóneos para el ejercicio de este y son ordenados por el obispo diocesano.

En la Liturgia católica, el Orden se confiere por medio de la imposición de manos, que es el signo del sacramento. Dicha imposición es acompañada de la oración del Obispo ordenante, llamada también oración Consecratoria. En ella se pide al Espíritu Santo que confiera a los candidatos el sacramento del Orden sacerdotal en el grado correspondiente.

Mediante este sacramento se invita al clérigo a proclamar el Evangelio, a celebrar los divinos misterios y a guiar al pueblo de Dios.

El Orden Sacerdotal es un sacramento que, por la imposición de las manos del Obispo, y sus palabras, hace sacerdotes a los hombres bautizados, y les da poder para perdonar los pecados y convertir simbólicamente el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

El sacramento del orden lo reciben aquellos que se sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para dedicarse a la salvación eterna de sus hermanos los hombres. Esta ocupación es la más grande de la Tierra, pues los frutos de sus trabajos no acaban en este mundo, sino que son eternos.

La vocación al sacerdocio lleva consigo el celibato, recomendado por el Señor. La obligación del celibato no es por exigencia de la naturaleza del sacerdocio, sino por ley eclesiástica.

Generalmente los representantes de la Iglesia Católica invitan a los fieles a pedirle a Dios que haya muchas vocaciones sacerdotales y religiosas, pues hacen falta muchos párrocos,  misioneros, predicadores, confesores y maestros.

Por eso es un gran apostolado ayudar a la formación de futuros apóstoles. “Todos debemos pedir a Dios que sean muchos los jóvenes que sigan la voz de nuestro Señor, pues hacen falta muchos y buenos sacerdotes y religiosos”, aseguró en una ocasión el Papa Francisco.

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