HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Lo que hace falta para olvidar el dinero físico

Bajar costos transaccionales e incrementar los índices de confianza de los usuarios en términos de seguridad será vital.

Aunque el país cuenta con cerca de 3 millones de usuarios digitales que utilizan servicios financieros para llevar a cabo operaciones bancarias, y a pesar de que ese numero se ha duplicado desde 2013, Colombia aún es un país tradicionalmente dado a pagar con dinero físico.

 

Un estudio del Banco de la República realizado durante el año pasado demostró que los colombianos eran reacios cuando se trataba de transacciones digitales. El informe ¿Cómo pagan los colombianos y por qué? demostró que mientras en el país cada persona hace en promedio 12 transacciones al mes con tarjeta, en Chile el número se eleva hasta las 46; en Brasil: 135.

Desde el año pasado se vienen dando una serie de iniciativas con miras a que en Colombia se desincentive el uso del dinero físico.

En 2017 se tramitaron una serie de reformas legislativas para motivar el uso de servicios financieros: incrementar la seguridad de las transacciones y ahorrar tiempos de los usuarios fueron algunas de las razones para liderar las reformas, iniciativas que siguen en discusión y deberán zanjarse con el Congreso que se posesionó el pasado 20 de julio.

La propuesta más reciente la hizo la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras (Asobancaria) al sugerir la aplicación del Gravamen a los Movimientos Financieros (4×1.000) sólo a las transacciones en efectivo y aquellas que fueran superiores a los 11,6 millones de pesos.

“Esto beneficia a todos los colombianos, indistintamente de su nivel de ingreso, en tanto se reduce la canasta de transacciones sobre las cuales se aplica el impuesto”, apuntó Asobancaria en un comunicado.

Lo que falta por hacer

Si bien hay beneficios en términos de seguridad también hay retos sobre cómo deberían trabajar Gobierno y el sistema financiero con miras a incentivar el uso de este tipo de transacciones.

“Eliminar cargas tributarias, revisar qué tan altas son las cuotas de manejo de algunos productos bancarios, así como generar más confianza en términos de que el dinero que una persona ahorra está más seguro en un banco que debajo del colchón son los objetivos más urgentes”, afirmó Ramón Javier Mesa, docente de la Facultad de Ciencias Económicas en la Universidad de Antioquia.

Y lo que dice Mesa va muy de la mano con darle un empujón a la inclusión financiera en el país, que según datos de la Superintendencia Financiera, a 2017, subió 80,1 %; es decir, durante el año pasado unos 27 millones de colombianos contaban con un producto financiero.

Sin embargo, otro de los retos parece estar en cómo lograr que los productos bancarios sí tengan el alcance para satisfacer las necesidades que los colombianos requieren y no terminen entrando en desuso (ver ¿Qué sigue?)..

Esto porque según la Superintendencia Financiera se cuentan casi 33,7 millones de cuentas de ahorro inactivas, es decir cerca del 54 % del total que hay en el país.

Sergio Soto, director de Fenalco Antioquia, cree que es necesario contar con una tasa de usura (29,91 % para agosto) y cuotas de manejo para el caso de tarjetas de crédito (que en el país pueden llegar a ser de hasta 12 mil pesos) más bajas, con miras a incentivar más el uso de estos servicios.

“Esperamos que el comercio se empiece a ver más beneficiado por utilizar herramientas como las cuentas de ahorro y transacciones bancarias. Eliminar el 4×1.000 sería fundamental, promesa no cumplida por el Gobierno saliente”, concluyó Soto.

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