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Nicaragüenses desafían la ley de Ortega y piden su dimisión

«¡Libertad para nuestros presos políticos!» y «¡que se vaya!», coreaban los manifestantes en alusión a Ortega, un exguerrillero de 72 años que lleva 11 años en el poder.

Miles de nicaragüenses desafiaron ayer la ley contra manifestaciones impulsada por el presidente Daniel Ortega y salieron a la calle para pedir su dimisión, así como la excarcelación de cientos de ciudadanos presos por las protestas antigubernamentales, y que desde abril han dejado 300 muertos. 

 

«¡Libertad para nuestros presos políticos!» y «¡que se vaya!», coreaban los manifestantes en alusión a Ortega, un exguerrillero de 72 años que lleva 11 años en el poder.

«Que liberen a los presos políticos porque no han cometido ningún delito de los que anda inventando este maldito Daniel Ortega, él es el que ha estado matando al pueblo», dijo a la AFP Carla Areas, una mujer de 40 años que llegó con sus dos pequeños hijos. 

Los opositores marcharon a lo largo de siete kilómetros por las calles del este de la capital, con fotos de los detenidos y banderas de Nicaragua, al tiempo que hacían sonar silbatos y tambores.

La gente salió a protestar pese a una ley, aprobada en julio por petición del gobierno, que atribuye a los manifestantes actos de «terrorismo», penados con hasta 20 años de prisión. 

«La gente se lanza a las calles sabiendo que tenemos una pistola en la cabeza, que en cualquier momento nos agarran y nos acusan de terroristas», dijo a la AFP un manifestante que se identificó como Néstor, quien afirmó que el pueblo está «llegando al tope (de su paciencia) con tantas injusticias».

«Han encarcelado a muchas personas sin justificación. El gobierno no tiene argumento para encarcelar a civiles por el delito de expresar su sentir», coincidió Tania González, de 26 años.

Cerca de 500 nicaragüenses han sido capturados sin orden judicial y luego encarcelados por participar en las protestas, de los cuales 180 están siendo procesados por terrorismo y otros delitos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

 

La protesta fue convocada por la opositora Alianza Cívica, que se creó a raíz de las protestas con organismos de la sociedad civil. 

En la marcha, que contó con el apoyo del gremio empresarial, muchos participantes asistieron con el rostro cubierto con máscaras o camisetas por temor a ser identificados y luego capturados por la policía.

La multitud avanzó por los llamados barrios orientales, otrora bastiones sandinistas en la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza, derrocada en 1979.

Los combativos barrios orientales fueron uno de los sectores más reprimidos por la policía y paramilitares en la capital durante las protestas contra el gobierno que iniciaron el 18 de abril.

Los obispos intentan reanudar el diálogo que se estancó en junio debido a la violenta represión del gobierno contra los manifestantes y la negativa del presidente de adelantar las elecciones del 2021 al 2019 como salida a la crisis.

Ortega acusó a los manifestantes de «terroristas» y de formar parte de un plan «golpista» apoyado por Estados Unidos.

«La salida es que paguen por sus crímenes», dijo la vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo, quien culpó a la oposición por las muertes.

Pero los manifestantes afirmaron que para ellos la única salida a la crisis es que Ortega «se vaya».

«Que deje el poder y se hagan elecciones libres», pidió Denis Salvador, un obrero de 35 años durante la protesta.

«La salida es que se vaya. Pase lo que pase nos vamos a seguir manifestando», aseguró un joven que se tapó el rostro con una bandera y portaba un mortero en el que se leía «patria libre».

MANAGUA AFP

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