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Muerte de periodista Orjuela sigue bajo la lupa

El periodista Mauricio Orjuela, quien murió el pasado 18 de agosto por una negligencia de la EPS Medimás.

 

Mauricio Orjuela Bernal era el único hijo de Stella y Jesús Enrique. Su madre recuerda con tristeza al periodista, de 36 años, que no pudo recuperarse luego de que en julio, en el Hospital de Engativá, llegó de emergencia por una apendicitis de la que fue operado dos días más tarde.

 

Desde Villavicencio, en donde el comunicador fue enterrado este domingo después de dos días de trámites en esa capital y en Bogotá, doña Stella aseguró que “yo sé, y está comprobado, que a él no lo operaron de emergencia. El llegó con apendicitis un lunes en la noche y le pusieron calmantes. Al siguiente día dijeron que estaban esperando un remedio para hacerle un examen y resulta que ese medicamento nunca llegó y lo vinieron a operar el miércoles, a las 11 de la mañana”.

MEDIMÁS RESPONDE

¿Y cómo le explicaron esa demora?, le preguntó  “A mí no me explicaron la demora. Cuando llegué a Bogotá él ya estaba en cirugía. Una hermana mía, que estaba con él, se ofreció para comprar el remedio, pero le dijeron que no, porque eso valía mucho. ¿Y cuánto es mucho?, preguntó ella y entonces le dijeron que valía 600.000 pesos. Ella dijo “denme la fórmula y voy y lo compro”, y le respondieron que no, que no se lo vendían y no fue posible. Por eso el miércoles cuando lo operaron ya era demasiado tarde”, asegura ella.

Al solicitar una opinión de Medimás sobre el asunto, su asesor de comunicaciones manifestó que “nuestro pronunciamiento es el comunicado de prensa”, emitido el pasado 18 de agosto de 2018, día de la muerte de Orjuela. En este documento la EPS lamentó la muerte del periodista y afirmó que la entidad “garantizó y acompañó la totalidad de las atenciones y procedimientos requeridos por los profesionales de la salud tratantes del señor Mauricio Orjuela, de manera oportuna, dando respuesta a los criterios médicos establecidos en cada una de las IPS”. A renglón seguido anunció la realización de una auditoría, sobre la cual la fuente consultada dijo no tener información.

Doña Stella, por su parte, comentó que no ha leído el comunicado de la EPS. Se ratificó en que la primera atención en el Hospital de Engativá fue tardía y en las negativas consecuencias que ese hecho habría tenido. “ A mi hijo le sacaron el apéndice y también 10 centímetros del intestino, que ya estaba comprometido porque le había dado peritonitis”.

Agregó que después de esa primera cirugía su hijo “no pudo volver a comer, no pudo volver a tomar agua, porque todo le daba vómito” y su estado de salud fue empeorando hasta que finalmente murió. De acuerdo con el comunicado de Medimás, el 7 de agosto de 2018 Orjuela Bernal fue atendido por urgencia en un segundo centro hospitalario, la Clínica Shaio. De allí lo remitieron para su hospitalización inmediata en la Clínica General de la 100, para un manejo integral por cirugía general y gastroenterología. Allí, añade la entidad, le hicieron “los procedimientos quirúrgicos de mediana y alta complejidad requeridos de acuerdo con la gravedad de su estado clínico”.

OTRAS INSTANCIAS

La EPS no es la única que estudia el caso. Lo propio hace la Procuraduría General de la Nación, que a través de su titular, Fernando Carrillo, declaró que “la muerte de Mauricio Orjuela no puede quedar impune. Iniciamos en la Procuraduría una investigación inmediata. Reclamamos desde ya las explicaciones por parte de la EPS por presunta negligencia”. Doña Stella ya se reunió con los funcionarios de esta entidad, en una funeraria de Bogotá, y les hizo entrega de las 150 hojas de la historia clínica de su hijo.

En Villavicencio, ciudad natal del periodista, su madre acudió a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía General de la Nación, entidad que, de oficio, abrió una investigación “para esclarecer si hubo presunta negligencia médica”.

En la misma tónica se encuentra la Superintendencia de Salud, que inició las acciones de inspección correspondiente para determinar “las causas y eventuales responsabilidades” en el fallecimiento del periodista.

 “Yo sé que todo lo que se haga no me va a devolver a mi hijo. Yo no sé si Dios lo destinó para que él fuera el damnificado, a fin de mostrarle a toda la gente que tiene que mejorar la salud de las EPS. Yo estaba confiada en que la EPS me lo iba a sacar adelante. Él estaba muy sano. Lo único que se le presentó fue esa enfermedad, que la curan si la operan de inmediato y no, dos días después”.

Entre las cosas buenas que tenía su hijo, doña Stella se concentra en que era una persona muy alegre, contento, le gustaba celebrar la vida, los cumpleaños. “Era feliz con su profesión, muy amiguero, muy dedicado a la familia, a los amigos. Me cuidaba mucho y se esmeraba por mí. Tuvo novias, pero ninguna lo valoró como era”.

¿QUÉ SIGUE?

El presidente Iván Duque también se refirió al caso del periodista Orjuela. El mandatario optó por no hacer juicios de valor, considerando que las investigaciones apenas están en marcha, pero sí manifestó que “la ocasión es propicia para que ahora cuando hablemos de la situación del sector de la salud tengamos un derrotero”.

Consultado sobre ese derrotero para el sector salud, Jaime Arias Ramírez, presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), conceptuó que los mayores esfuerzos hay que hacerlos para mejorar la calidad. Y, eso, implica varias cosas.

Primero, una atención oportuna, que en casos de urgencia puede ser media hora o doce horas, mientras que en medicina general la norma internacional plantea un máximo de tres días, dependiendo de la disponibilidad de los recursos humanos. “Ese es el estándar, aunque en Colombia hay EPS que atienden inmediatamente”.

Segundo, hay que trabajar el tema de las autorizaciones, en el entendido de que algunas deben ser automáticas para preservar la vida de los pacientes, pero otras no, como por ejemplo el reemplazo de cadera, que requiere todo un proceso con las aseguradoras.

Tercero, la integralidad de los servicios a los pacientes, para que no les den unas cosas, pero les nieguen otras, como los medicamentos, por ejemplo.

Cuarto, la continuidad del servicio, que se da bien una o dos veces, pero en la tercera ya no, algo que ocurre especialmente con las enfermedades crónicas.

Quinto, la disponibilidad de los servicios o sea una red de fácil acceso, un punto que en las grandes ciudades se da, pero que no existe en las áreas rurales.

Y sexto, el trato digno y humanitario a los pacientes.

Según Arias Ramírez, en materia de calidad el sector tiene muchas disparidades. Así como se encuentran hospitales, médicos y EPS de talla internacional, también los hay que no cumplen con las condiciones requeridas para realizar el eficiente proceso que debería ir desde el primer contacto con el paciente, hasta su salida de las entidades prestadoras de servicios.

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