Imparcialidad demostrada

La elección por parte del Congreso de la República de Colombia de un nuevo Contralor General, el doctor Carlos Felipe Córdoba, sin interferencia del gobierno y dejando constancia que su estilo y posición radican en la no intervención en dicha elección es una demostración de la nueva forma de gobierno que el actual presidente Iván Duque implementa en el país. Esta actitud es muy importante cuando se trata de elegir a uno de los fiscalizadores de su gobierno.

En épocas pasadas, los gobiernos no solamente intervenían para que se eligiera su candidato de preferencia. Adicionalmente, intervenían de manera activa ante los partidos de la coalición para prácticamente garantizar las mayorías que eran necesarias, algo que llevaba a muchos a denominar al elegido como un funcionario de bolsillo. Claro está que ese no fue el caso del Contralor saliente, el doctor Edgardo Maya, pues su nivel y experiencia en distintos cargos, entre los cuales estaba la Procuraduría General de la Nación, garantizaba que su tarea como Contralor estuviera enmarcada con un elevado criterio de valores de ética y moral, considerados básicos en las cualidades de un Contralor, más aún ante un contexto de corrupción y abuso de poder como el que hemos visto los colombianos en los distintos niveles de la administración pública durante los últimos años.

Al nuevo Contralor General de la República le corresponde realizar una tarea muy importante: continuar las investigaciones adelantadas por su antecesor, iniciar otras urgente y tomar las acciones que lleven a los corruptos a la cárcel, regresen el dinero robado a las arcas públicas e intervenga en tantas acciones que en procura de la transparencia tiene nuestro esquema en la Administración pública y que espera nuestro pueblo.

Si se logra recuperar el dinero sustraído prácticamente no se requerirían reformas tributarias, pues podríamos mencionar una lista casi interminable de escándalos por corrupción que han quedado inconclusos, otros que ni siquiera han sido sometidos a investigación y adicionalmente muchos que si bien se han publicado no se han castigado en debida forma o se han castigado con penas inferiores a las que se esperaba.

La realidad es que cada escándalo ha tapado uno anterior, por lo que es necesario además de las publicaciones de los casos que se detectan, tomar las medidas que sean pertinentes para capturar a los responsables y recuperar esos fondos. Únicamente de esta manera, y garantizando el nombramiento de personas reconocidas por su transparencia, rectitud y honestidad para manejar nuestro país, podremos decir que entramos en un camino por la recuperación de nuestros valores y la implementación de la excelencia en la administración de los recursos públicos.

Las reformas que ha presentado el nuevo gobierno sobre mayores castigos a los corruptos, tanto a quienes incurren activa o pasivamente en este delito, llegarán hasta a inhabilitar de por vida a los corruptos, son fundamentales para poner fin a esta práctica. El país espera que el Congreso de la República tramite con rapidez estas nuevas normas y así lograr un nuevo camino sin corruptos y personas con antecedentes en esta materia.

Muchos éxitos al nuevo Contralor de quien estamos esperanzados que contribuya dentro del Estado de derecho a acabar con los corruptos. 

*ExComisionado de Paz