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Programa que reemplace a ‘ser pilo paga’ debe ser sostenible e inclusivo

Luego del anuncio de la ministra de Educación, María Victoria Angulo, que pone fin al programa ‘Ser pilo paga’, que permitía a estudiantes de bajos recursos acceder a universidades privadas, diferentes voces del sector se han escuchado sobre la medida.

Para el rector de la universidad de La Sabana, institución que cuenta con 1500 ‘Pilos’, Obdulio Velásquez Posada, es rescatable el aporte que hizo el programa durante sus cuatro ediciones, pero también resaltó que debe planearse de forma que sea equitativo con las universidades públicas.

“‘Ser pilo paga’ dejó cosas muy significativas e hizo tomar conciencia de una realidad que vive cada día el país, pero de la que se hacía caso omiso, y era el que muchos jóvenes no tenían ni siquiera sueños o esperanzas de entrar a la educación superior por sus condiciones económicas y el programa pone la atención diciendo es posible buscar modelos donde ellos puedan tener acceso”, resaltó Velásquez.  

El rector de La Sabana sostuvo que el nuevo programa se debe concentrar en ser sostenible e inclusivo, sin que les quite beneficios a los jóvenes. “Lastimosamente el Gobierno anterior no tomó las acciones necesarias para ser más cauteloso en el proceso de financiamiento y es normal que el nuevo Gobierno chocara con el hueco que hay, pero aquí lo importante es rescatar lo bueno y eso es la inclusión”, agregó.

Sin embargo, para el profesor de la facultad de Derecho y Ciencia Política de la universidad Nacional de Colombia, Leopoldo Múnera, el fin de ‘Ser pilo paga’ es la oportunidad para que el Gobierno cuente con la academia pública como herramienta social de educación superior y resaltó que este programa no favorecía a la mayoría de la población del país.

“Los recursos que se destinaban para ‘Ser pilo paga’ deben destinarse para la educación superior, pero también a las instituciones públicas. Resulta claro que era un programa excesivamente costoso dentro de un panorama de recursos escasos, pero que además de esto era un programa que no estaba orientado hacia lo público ni hacia una igualdad social de posiciones”, agregó Múnera.

Múnera resaltó que con los recursos de este programa se podría tener en cero la matrícula de las universidades públicas. Así mismo, sostuvo que al Gobierno anterior le faltó pensar en términos de equidad general para la sociedad y “solo se centró en lo privado”.

Frente a las características que debe tener el programa que reemplace a ‘Ser pilo paga’, el docente indicó que se debe financiar a la universidad pública existente y fortalecerla con mejores garantías de calidad con recursos “sensatos”.

“El nuevo programa que dé garantía de educación superior a los jóvenes de escasos recursos debe ser sostenible, tener clara la financiación, pero también pensar en lo público, porque esto es una vinculación con la sociedad”, apuntó Leopoldo Múnera.

Por su parte, la directora de Estudiantes de la Universidad del Rosario, Naysla Yaguar, señaló que en el anterior Gobierno se estableció una meta de dar cobertura mediante esta modalidad a 40.000 jóvenes y se cumplió en estas cuatro convocatorias.

“Hubo siempre una expectativa volver el programa como una política de Estado, sin embargo, no prosperó y es entendible que con las lecciones aprendidas el nuevo gobierno dimensione y re-enfoque programas como este que fueron parte de un gobierno cuya iniciativa fue trabajar en equidad y mérito para este grupo de estudiantes”, dijo Yaguar, quien detalló que esta institución cuenta con 911 estudiantes del programa que representan el 10 % la población de pregrado de la universidad.

Frente a los jóvenes que adelantan sus estudios superiores beneficiados con ‘Ser pilo paga’, los cuales suman 40.000, la jefe de la cartera de Educación señaló que ellos no se verán perjudicados con el fin del programa y aseguró que podrán culminar sus estudios como ya se había pactado.

Los estudiantes del programa se refirieron a la decisión del gobierno. Aunque algunos manifestaron que apoyan la idea si la decisión ayuda a crear más cupos en las instituciones públicas, a otros les preocupa que haya estudiantes que no puedan costearse los estudios.

Bogotá Colprensa.

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