HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Hoy el liberalismo no es ‘ni chicha ni limoná’

El exmagistrado Joaquín José Vives Pérez, se sumó a la desbandada liberal. Y en una dura carta enviada al expresidente César Gaviria, director del Partido Liberal, su partido, califica a la organización política como un «sanedrín» y lo acusa directamente de provocar el ocaso del partido.

Con una fuerte carta al jefe del partido, César Gaviria, el exmagistrado Jota Vives Pérez se fue del liberalismo, tal como lo anticipó HOY DIARIO DEL MAGDALENA.

 

Con una dura, durísima carta al jefe del Partido Liberal, el expresidente César Gaviria Trujillo, se despidió de esa colectividad el excongresista y exmagistrado del CNE Joaquín José Vives Pérez, tras renunciar como lo hicieron más de 20 exministros y prestantes dirigentes ´rojos´ en el país.

En su carta, Jota Vives dice que se va del partido por su falta de identidad, coherencia y transparencia.

El exmagistrado Joaquín José Vives Pérez, se sumó a la desbandada liberal. Y en una dura carta enviada al expresidente César Gaviria, director del Partido Liberal, su partido, califica a la organización política como un «sanedrín» y lo acusa directamente de provocar el ocaso del partido.

«Es paradójico, por decir lo menos, que bajo su dirección se filtraran y consolidaran ficticios y advenedizos liberales, sin convicciones ideológicas ni trayectoria, carentes de historia y tradición políticas, prevalidos del oportunismo y pragmatismo, a través de histriónicas, paranoicas y destempladas actitudes, para convertirnos en una colcha de retazos incapaz de generar alternativas con fuerza transformadora», dice en uno de sus apartes la misiva.

Al comentar su decisión, Jota Vives le dijo a HOY DIARIO DEL MAGDALENA  que desafortunadamente ´hoy el liberalismo no es ‘ni chicha ni limoná’, y sin duda que nadie se preocupa por rescatar su identidad, su coherencia y su transparencia. Los congresistas no se comportan como tal, no hay democracia interna, buscan los triunfos individuales y tienen el rechazo colectivo, tristemente delinquen para ganar y ganan para delinquir».

Más adelanta consigna en su renuncia: «En pretéritas y bárbaras calendas, cuando la vorágine de violencia golpeó y azotó, con saña y terror al departamento del Magdalena, no carecí de valor, ni voz para denunciar con vehemencia y actuar en pro del restablecimiento de nuestros valores democráticos. Presidí mi partido, arriesgué mi vida y el sosiego de mi familia, transitando, incluso, por los incomodos e injustos caminos construidos por la calumnia y la ignominia. Ni mi departamento, ni mi familia ni yo lo merecíamos», dice.

TEXTO DE LA CARTA

 

Doctor

CESAR GAVIRIA TRUJILLO

Director

Partido Liberal Colombiano

E.S.D.

Persuadido desde mi juventud por las bondades del ideario liberal, decidí participar en política con la inquebrantable voluntad y decisión de luchar por una Sociedad Colombiana justa y solidaria.

Antes de que los avales se establecieran como requisito para aspirar a las Corporaciones Públicas y a los cargos uninominales de elección popular, me postulé siempre como candidato del Partido Liberal Colombiano, seducido por la Colectividad que con altivez defendieron e impulsaron mis mayores; sin vacilaciones e irreductiblemente convencido del ideario liberal, en diversos y hasta aciagos tiempos me sometí al escrutinio de samarios y magdalenenses. Jamás dejé de hacerlo valido del Partido que, fortalecido en su historia y en caros postulados sociales, persuadía mis sueños. Así, mis copartidarios y coterráneos tuvieron la generosidad de confiarme su representación, en dos procesos eleccionarios, como Concejal del Distrito de Santa Marta, me dispensaron el favor democrático para ser Diputado a la Asamblea Departamental y Representante a la Cámara por el Departamento del Magdalena. Desde el Concejo de nuestra capital, en la Duma Departamental y en el Congreso de Colombia he sido leal y obsecuente custodio del pensamiento y filosofía liberales, sin descanso ni pausa.

Desde el Congreso de la República promoví cambios normativos que revitalizaron las responsabilidades partidistas; sin indecisiones ni indeterminaciones, enarbolé banderas liberales, siempre a la vanguardia, en aquellas memorables jornadas en las que fui llamado a prestar el necesario servicio personal y político en el propósito de entregarle a nuestra Patria esperanzas y oportunidades de reconciliación y progreso.

Con afecto, sinceridad, aprecio, observancia y respeto he seguido y atendido sus orientaciones y las del Partido.

En pretéritas y bárbaras calendas, cuando la vorágine de violencia golpeó y azotó, con seña y terror al Departamento del Magdalena no carecí de valor, ni voz, para denunciar con vehemencia y actuar en pro del restablecimiento de nuestros valores democráticos.

Presidí mi partido, arriesgue mi vida y el sosiego de mi familia, transitando, incluso, por los incómodos e injustos caminos construidos por la calumnia y la ignominia. Ni mi departamento, ni mi familia ni yo lo merecíamos.

Muy a pesar de ello, acepté luchar para restablecer el respeto, la decencia, seriedad, compromiso y dignidad anhelados en liberalismo auténtico y postulé mi nombre como candidato liberal a la Gobernación del Magdalena en las pasadas elecciones. Recibí sustantivos e impensados respaldos, incluso de quienes fueran enconados contradictores en intrincados tiempos, que reconocieron en nuestra trayectoria la alternativa para que los magdalenenses sean considerados y respetados en el concierto y la vida nacional. He asumido incluso fuertes enfrentamientos familiares, que si bien están justificados por criterios y posiciones políticas divergentes, en ningún caso por el afecto y fraternidad que ha caracterizado nuestras relaciones durante toda la vida.

Me resultó incomprensible, indecoroso e inaceptable que haya sido el Partido Liberal Colombiano y su Dirección de entonces quienes se erigieron en mis adversarios políticos, atravesando obstáculos.

Con entusiasmo apoyé su llegada al Jefatura del Partido convencido que la ecuanimidad de su trayectoria, su apego a los principios liberales y su magia política contribuirán a que el Partido Liberal retomara aires de convivencia interna que permitirá su fortalecimiento. Sin embargo ello no sucedió; que incluso las circunstancias empeoraban en la medida que la Dirección y su sanedrín se convirtieron en martillo contra sectores que no les resultaron incondicionales. Es paradójico, por decir lo menos, que bajo su dirección se filtraran y consolidaran ficticios y advenedizos liberales, sin convicciones ideológicas  ni trayectoria, carentes de historia y tradición política, prevalidos del oportunismo y pragmatismo, a través de histriónicas, paranoicas y destempladas actitudes, para convertirnos en una colcha de retazos incapaz de generar alternativas con fuerza transformadora.

Las decisiones de la Dirección Nacional, soportadas en una solidaridad de cuerpo de nuevos representantes con lectura política nacional limitada, muestra que ya no somos un conjunto de personas reunidas alrededor de visiones similares de cómo transformar nuestra Sociedad, que luchan unidos por el acceso y el ejercicio del poder en favor del pueblo.

Se percibe con facilidad un partido que pretende sobrevivir con base en el pragmatismo abandonando la fuerza de sus convicciones; pragmatismo que privilegia sectores que representan una precaria sumatoria de fuerzas individuales que generan un rechazo colectivo que le ha resultado invisible a quienes se privilegian con ello.

Muchos fueron los discursos que pronuncié, en condición de Presidente de la DNL, anunciando que la restauración del partido pasaba por la recuperación de la identidad, la coherencia y la transparencia. De coherencia queda muy poco.

La inercia histórica de los logros liberales se agotó. Necesitamos restablecer coherencia entre las conductas y las ideas para reconquistar apoyo popular y eso no es posible dentro de la actual estructura partidista.

Con dolor, congoja, tristeza y hasta frustración, apesadumbrado renuncio a ser afiliado del Partido Liberal Colombiano. No renuncio a guardar fidelidad a mis convicciones como social demócrata; permanezco y permaneceré inhiesto con el convencimiento que  Colombia necesita y clama por la transformación y el mejoramiento de nuestra Sociedad a través de Partidos con IDENTIDAD, COHERENCIA y TRANSPARENCIA.

Me alivia y entusiasma la idea que retomar el rumbo correcto es posible, aunque sea fuera del partido de mis afectos.

Atentamente,

JOAQUIN JOSE VIVES PÉREZ

C.C. #12.556.245

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