HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Descubren fungicida que ataca el hongo que causa la Sigatoka negra

El agrónomo magíster Alberto Rafael Páez Redondo, quien es docente de planta de la Universidad del Magdalena y el ingeniero Andrés Felipe Quintero Mercado, egresado y docente de la Universidad del Magdalena en compañía del ingeniero Maickol Mantilla Manjarrés hicieron diferentes pruebas hasta llegar a la composición exacta para lograr frenar el desarrollo del hongo que produce la Sigatoka.

 

Las afectaciones en la producción por causa de la aparición de esta enfermedad, generó el desarrollo de una investigación por parte de un grupo de expertos de la Universidad del Magdalena que permitió a través de pruebas in vitro afectar el desarrollo del hongo que tanto daño causa a este tipo de plantaciones tradicionales en la región

EN LABORATORIOS DE UNIMAGDALENA

La Universidad del Magdalena obtuvo mediante resolución No.41588 su primera patente otorgada por la Superintendencia de Industria y Comercio por la invención denominada “Composición fungicida de ácido acético y ácido giberélico”, un producto que sirve para afectar el desarrollo de la enfermedad denominada Sigatoka negra (Mycosphaerella fijiensis MORELET) que se presenta en los cultivos de banano, generando graves afectaciones en su producción.

Esta invención se dio como resultado del trabajo investigativo que realizaron el agrónomo magíster Alberto Rafael Páez Redondo, docente; ingeniero agrónomo Maickol Andrés Mantilla Manjarrés, egresado; y, el ingeniero Andrés Felipe Quintero Mercado, egresado y docente de la Universidad del Magdalena.

Según lo cita Corplife, la Sigatoka Negra es la enfermedad foliar más destructiva en los cultivos de banano y plátano debido a que puede reducir hasta en un 50 por ciento el peso del racimo y causar, si no se controla, pérdidas hasta del 100 por ciento de la producción por causa del deterioro en la calidad, acciones que generan altos costos económicos.

Precisamente de esta necesidad surgió el proceso de investigación que generó la búsqueda de una solución acorde al cuidado ambiental, permitiendo que mediante estudios y exploraciones se llegara al punto de usar dos ácidos que son totalmente amigables con el medioambiente.

“La hipótesis partió de conocer un poco la biología del hongo que provoca la enfermedad, encontrar cuáles podrían ser sus puntos más débiles y logramos identificar que al cambiar la condición del medio donde está el hongo podría ayudarnos a reducir el impacto del mismo. Es así, como planteamos utilizar el ácido acético y el ácido giberélico como una alternativa para frenar el desarrollo del hongo”, aseveró el ingeniero magíster Alberto Páez Redondo al momento de explicar sobre este importante descubrimiento.

Así mismo, explicó que el ácido acético es de uso común y es uno de los componentes principales del vinagre, además existe un valor agregado y es que es posible generarlo con base a las frutas, lo cual constituye una forma natural de obtenerlo y para el caso del ácido giberélico, este es una hormona que producen las mismas plantas. “Con todo esto se buscaría no aplicarlo artificialmente sino encontrar mecanismos que podamos inducir a la síntesis de ese ácido por parte de la misma planta”, destacó Paéz Redondo.

Por su parte, Andrés Quintero Mercado aseveró que en el proceso de investigación “lo que quisimos demostrar de manera exploratoria era el efecto de estos dos ácidos, aplicado de manera individual o haciendo combinaciones en diferentes concentraciones para saber si generaban un impacto sobre el desarrollo del hongo y la investigación que se hizo de manera in vitro nos dio la razón e indicando que bajo ciertas concentraciones podemos inhibir el desarrollo del hongo, dañando su unidades infectivas que son las esporas de origen asexual”.

“Esta alternativa es oportuna porque las aplicaciones que se realizan en los cultivos hoy en día están enfocadas a reprimir el hongo y con productos que son contaminantes pueden generar resistencia por parte del hongo. Lo que se estaba buscando con todo esto era encontrar una alternativa eficaz y que a la vez tuvieran menos riesgos y menos residuos sobre la población y los recursos hídricos que están alrededor de las plantaciones” señaló el ingeniero Maickol Andrés Mantilla Manjarrés, inventor.

Vale destacar que la Universidad del Magdalena inició el proceso de solicitud de la patente de esta composición fungicida a la Superintendencia de Industria y Comercio desde noviembre de 2015, proceso que surtió varias etapas que fueron superadas hasta llegar a la obtención de esta primera patente en la historia de la Alma Máter, lo cual indica que tiene todos los derechos sobre esta invención.

Esta patente otorgada por la Superintendencia de Industria y Comercio a la Universidad sería la tercera para el departamento del Magdalena, cuyo efecto se verá reflejado en el Índice de Competitividad del Departamento en el 2019, medición que está a cargo del Consejo Privado de Competitividad y el Centro de Pensamiento en estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario.

Este descubrimiento resulta ser de gran importancia para el sector bananero y esperan que continúen los procesos investigativos que contribuyan a contrarrestar la Sigatoka negra, precisamente algunos representantes del gremio bananero al conocer sobre este importante avance dieron sus apreciaciones positivas al respecto.

Es por ello que José Francisco Zúñiga Cotes, presidente de la Asociación de Bananeros del Magdalena, Asbama, indicó que: “Para el sector productivo son bienvenidas estas propuestas, todas estas iniciativas de desarrollo y nuevas tecnologías, sobre todo para el caso de atacar la Sigatoka negra, que es un problema de día a día para todos los bananeros, por ello se esperan que se encuentren nuevas soluciones que sean más acordes a los temas ambientales, lo cual es lo que buscamos desde la parte industrial y eso es lo que le pedimos a la Universidad del Magdalena, que sea innovadora, que no descarte en los procesos de investigación”.

Por su parte, Roberto García Pabón, especialista en ciencias ambientales, quien se desempeña como líder de producción en el corregimiento de Río Frío en la Finca La Isabella: “La Sigatoka es uno de los puntos más altos en costo de la producción del banano y muchos productores prácticamente se han quebrado porque no pueden con los altos costos, hay fincas que están aplicando hasta 20 ciclos al año porque este ataque del hongo es muy severo y estos productos son costosísimos, por ejemplo la finca Isabella, en la Zona Bananera, al año aplica tres ciclos de fumigación aérea de 750 galones y estos productos afectan de una u otra manera el medioambiente, entonces sería muy bueno este producto  de origen orgánico que acaban de patentar pueda llegar a nuestras manos para ver cómo podemos solucionar el  tema de los costos y la parte ambiental también”.

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