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La violencia tiñe la campaña electoral

Brasil vive una campaña electoral marcada por agresiones y amenazas contra adversarios políticos, periodistas y homosexuales, y el temor de que una victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro, partidario de despenalizar la actuación policial en operaciones contra la criminalidad, ponga a las favelas en la mira.

Julyanna Barbosa, una mujer trans, esperaba el miércoles un autobús en Nova Iguaçu, en la zona oeste de Rio de Janeiro, cuando fue atacada por vendedores ambulantes que le gritaban: «Bolsonaro tiene que ganar para sacar a toda esa basura de la calle», contó la exvocalista del grupo funk Furação 2000 a la AFP.

«Fui a pedirles explicaciones y uno de ellos me pegó con una barra de hierro en la cabeza. Me caí y todos se me tiraron encima. Nadie hizo nada. Conseguí llegar corriendo a mi casa», relató Julyanna, que tuvo que recibir diez puntos de sutura en dos heridas en la cabeza.

En un campus universitario de Curitiba (sur), un joven que llevaba un gorro del Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST) fue apaleado el martes, reportaron medios locales.

La Abraji (Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación) registró 137 agresiones -75 digitales y 62 físicas- contra 126 periodistas en casos relacionados con las elecciones.

Uno de los casos más sonados fue un conocido maestro de capoeira, Moa do Katendê, de 63 años, quien fue asesinado a puñaladas el lunes en Salvador, la capital del estado de Bahia, tras -según primeros informes policiales-  haber increpado a un elector de Bolsonaro.

Sin embargo, el acusado, interrogado por periodistas en la comisaría, se desdijo este jueves y aseguró que el crimen no tuvo nada que ver con la política. Bolsonaro condenó inmediatamente la cobertura periodística del hecho: «¡Prensa basura! El asesino del profesor de capoeira no es elector de Bolsonaro», tuiteó de inmediato el candidato.

La ola de denuncias de violencia llevaron a los dos candidatos de la segunda vuelta, el 28 de octubre, a calmar los ánimos.

«La violencia no se responde con violencia», advirtió Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).

Bolsonaro, que acostumbra en sus mítines a imitar pistolas con las manos, se limitó inicialmente a «lamentar» las agresiones, recordando que él mismo fue una de las principales víctimas de la intolerancia, cuando el 6 de septiembre una puñalada en el abdomen estuvo a punto de costarle la vida.

RÍO DE JANEIRO, AFP

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