HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

La coca: ¿erradicación o sustitución?

Luego de los fracasos de décadas de la erradicación forzosa de los cultivos ilícitos –tanto manual como con aspersión de glifosato- el país necesita otra manera de disminuir la producción de hoja de coca. Es lo que intenta lograr el Programa Nacional Integral de Sustitución de cultivos de uso ilícito (PNIS), que está en el punto 4 del Acuerdo con las Farc.

Después de fumigar 1,2 millones de hectáreas de coca en una década, el área sembrada solo se redujo en 14.000 ha, y hoy el país produce la misma cantidad de cocaína que a principios del siglo, porque los narcos aumentaron la productividad de las siembras y de la transformación.

La explicación es una sola palabra: la resiembra. Para los campesinos cultivadores es asunto de supervivencia, y sin cultivos alternativos para generar ingresos, volverán a sembrar coca donde se erradicó o, peor aún, tumbando bosques en otras partes.

El objetivo del PNIS es complementar la erradicación con la sustitución de cultivos. Se trata de promover acuerdos colectivos con familias que se comprometan con la sustitución inmediata a cambio de subsidios que les garanticen un ingreso mínimo durante dos años. El objetivo es vincular 133.000 familias y erradicar unas 120.000 ha de coca.

Como dar plata no basta, el PNIS se planteó en el contexto de la Reforma Rural Integral, con asistencia técnica para desarrollar los nuevos cultivos y con ayuda en comercializar sus productos, pero además con bienes públicos (vías, riego, salud, educación, etc.) para lograr la tantas veces aplazada transformación del sector rural colombiano.

Los resultados iniciales son positivos. En el primer semestre de 2017 se firmaron 34 acuerdos colectivos (unas 75.000 familias) que deberían erradicar casi 80.000 ha. Según el vicepresidente Óscar Naranjo, a la fecha se erradicaron unas 35.000 ha, o el 70% de la meta de este año.

Los retos son enormes para garantizar que no se resiembre la coca. El financiero es cuantioso –unos 4 billones de pesos de costo directo- pero la plata no es el principal problema. Mucho más difícil es coordinar las diferentes agencias del Estado, nacional, departamental y municipal, que deben interactuar para implementar los PDET (planes de desarrollo con enfoque territorial) y la provisión de bienes públicos para el desarrollo rural. Además de la resistencia y oposición –incluso armada y violenta- que harán los narcos para evitar que se les acabe su materia prima.

Tumaco es un ejemplo de las complejidades y dificultades del programa. Es el municipio con más coca -23.000 ha-. Si se supone que en promedio es una familia por hectárea, y que al menos cada familia es de 4 personas, unas 90.000 personas viven de la coca en ese municipio de 205.000 habitantes y unos de los mayores índices de pobreza. Ofrecer alternativas rentables y sostenibles implica una transformación profunda de la estructura económica del territorio. La sola erradicación forzosa de los cultivos no soluciona el problema.

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más