Consolidar oportunidades

Será que a pesar de tener un departamento como el que tenemos, dotado por la diosa naturaleza de todo lo bueno y mejor al que un territorio pueda aspirar, no hemos sabido aprovechar las oportunidades para mejorar como deberían y tenían que ser las condiciones de vida de nuestros pobladores?. O simplemente las hemos dejado pasar de largo siendo apenas testigos impasibles de tales momentos?.

Tenemos una gran población sumida en condiciones de pobreza, una clase media que no crece como corresponde, baja inversión en materia educativa, famélica fortaleza institucional y una clase gobernante sabida y convencida de un deseo irrefrenable de seguir detentando como fuere el poder, sumiéndonos en una valiosa pérdida de tiempo. Una clase gobernante que no se ha ocupado en verdad de los problemas cardinales del departamento, apenas cuando mucho, implementando políticas asistencialistas escasamente sostenibles en el tiempo, fracasando por ende ante la realidad circundante y pretendiendo descaradamente ocultar con mentiras los adversos contextos que acusamos, alterando lo cierto y maquillando situaciones y circunstancias para seguir en el poder del que son sus burdos mercaderes, en lo cual si han sido efectivos.

Muestran sin vergüenza el producto de su insano “quehacer” representado en lujos desmedidos, gruesas cuentas bancarias en bancos nacionales y extranjeros, sometiendo a sus contrarios a los peores contratiempos y censuras, enmascarando los procesos democráticos; y el manejo administrativo público, bien gracias, desaprovechado, sin gestión y sin gerencia ningunas, con una pobre y desaliñada economía; en fin un departamento lejos de enrutarse por los senderos mejores del desarrollo y el crecimiento que provean para todos una vida mayormente previsible y satisfecha como y debe ser siempre el camino derecho de las cosas.

No es época la actual para seguir teniendo gobiernos irresponsables capaces de desperdiciar de manera vil y absurda la democracia, lo que bien amerita grandes y mayores esfuerzos para volver a encauzarnos en el camino de las congruencias, levantar nuestros corazones y de contera el ánimo de nuestros conciudadanos, inmersos desafortunadamente en tejidos y contenidos de insatisfacción, confusión y desesperanza. Pareciera no darnos cuenta que no podemos permitirnos el lujo de seguir perdiendo espacios con la historia, la cual nos impone hoy más que nunca establecer los lineamientos mejores que apunten a consolidar un Magdalena y unos municipios donde la integral prosperidad tenga cabida y nuestros coterráneos las más de las posibilidades y probabilidades para convertirlas en fortalezas y oportunidades. Es el camino a seguir. [email protected]