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Aplazado el Boca-River por lluvias

El inédito superclásico argentino entre Boca Juniors y River Plate por la primera final de la Copa Libertadores, se jugará el domingo tras suspenderse este sábado por las fuertes lluvias en Buenos Aires, extendiendo el suspenso y la ansiedad de millones de argentinos pendientes del histórico duelo.

Todo estaba listo para «el partido de los sueños», como lo definió el exseleccionador argentino y entrenador de Leeds United de Inglaterra, Marcelo Bielsa, pero la lluvia que se abatió desde el amanecer de este sábado sobre Buenos Aires obligó a la suspensión del encuentro en el estadio de Boca, la mítica Bombonera.

«Por motivos de fuerza mayor el partido queda suspendido para mañana, domingo 11 a las 16:00» (19H00 GMT), señaló la máxima autoridad de fútbol sudamericano en su cuenta en Twitter, pese a que el pronóstico metereológico anuncia lluvias hasta el próximo martes.

El anuncio al público fue hecho 95 minutos antes de la hora prevista para el encuentro (20H00 GMT) por los altoparlantes del estadio, que ya tenía casi sus 53.000 plazas ocupadas y donde la hinchada no cesaba de cantar bajo la tormenta. En un rato, las tribunas quedaron vacías.

Luego de recorrer el campo de juego y ya sin lluvia torrencial, el presidente de Boca, Daniel Angelici, dijo que la cancha está «bastante bien», pero consideró «una decisión correcta» la postergación del encuentro al domingo, por el efecto de los 110 milímetros de agua caídos.

«Dependerá del tiempo. Si esta noche o mañana hay otro diluvio, el campo no va a aguantar. Si llueve pero no con mucha intensidad, el campo va a drenar bien», dijo el anfitrión.

El directivo dijo, en declaraciones al canal Fox, que «mañana (domingo) vamos a tener una reunión los cuatro: el presidente (de la Federación argentina, Claudio) Tapia, (el presidente de la Conmebol, Alejandro) Domínguez y (el titular de River) Rodolfo Donofrio». Según Fox, la reunión será a las 14H00 GMT.

La espera recargó aún más el ambiente tomado por los nervios, excitación, euforia e incluso el miedo a perder. 

– «Si no se puede, no se puede» –

Pese a las dudas, las puertas de la Bombonera se abrieron pasadas las 13H00 locales (17H00 GMT). Horas más tarde, y sin parar de alentar, los hinchas xeneizes se retiraron empapados y resignados, sin saber aún que deberían regresar al día siguiente.

«Si no se puede jugar, no se puede. Nos mojaremos el miércoles o cuando haya que jugar», dijo con resignación a la AFP Matías Lizarraga, uno de los fanáticos.

Las idas y venidas incluyeron hasta el mismo plantel de Boca, ya que a la hora programada los jugadores de Guillermo Barros Schelotto subieron al bus que los iba a trasladar a la Bombonera y diez minutos después descendieron sin moverse del lugar.

Del mismo modo, en el estadio Monumental, en el norte de la ciudad, miles de hinchas ‘millonarios’ cantaron y alentaron a su equipo, ante la imposibilidad de asistir a la Bombonera por cuestiones de seguridad, una veda vigente para el fútbol argentino desde 2013.

Los jugadores permaneceran en la sede de River, con su entrenador DT Marcelo «Muñeco» Gallardo, quien no puede dirigir ni ingresar al estadio frente a Boca, por una sanción de la Conmebol.

 

Locura futbolera 

El superclásico y final inédita ha desatado una locura futbolera pocas veces vista. La revancha será el 24 de noviembre, a las 17h00 (20H00 GMT), en el Monumental de River.

«No sé quién va a ganar el partido pero lo voy a ver seguro (por televisión)», había prometido José Mourinho, el entrenador del Manchester United, sumándose al interés que ha despertado el superclásico en Europa. 

La pasión sin límites ni fronteras. En todo el mundo, hinchas de unos y otros se reunieron para ver el partido por televisión.

Una treintena de judíos religiosos, fanáticos de Boca, que respetan el Shabat y no pueden siquiera encender el televisor hasta que salga la primera estrella del sábado, volaron a Barcelona para poder ver el partido sin quebrar la ley de Dios por la diferencia horaria. ¿Castigo divino?.

Maradona vs Kempes

Boca y River son los dos clubes más populares del país y representan juntos a un 70% de los hinchas, en un país con 44 millones de habitantes donde se respira fútbol. Jamás se midieron en una final por la Copa que es obsesión de sus simpatizantes.

Boca suma seis Libertadores y busca la séptima corona para igualar al también argentino Independiente como los máximos ganadores de títulos del certamen continental, mientras River acumula tres. En el historial, los auriazules aventajan por 10 partidos ganados a los riverplatenses.

Sólo dos veces jugaron finales por torneos oficiales. En 1976, Boca le ganó a River el campeonato Nacional por 1-0, y este año River superó a su histórico rival por 2-0 y ganó la Supercopa local.

Entre las leyendas del fútbol destellan Diego Maradona y Juan Román Riquelme, estandartes históricos de Boca, y el ‘Matador’ Mario Kempes y el uruguayo Enzo Francescoli, en River, el ídolo de Zinedine Zidane.

 

AFP

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