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Para que un inversionista decida asumir la operación de Electricaribe debe estar convencido que los negocios de distribución y comercialización de energía en la Costa son rentables.
Todos los esfuerzos están dirigidos en la consecución de ese nuevo operador. Sin embargo con la participación de un solo interesado en la convocatoria abierta recientemente, el optimismo se diluye.
Ello puede explicarse en primer lugar porque este nuevo operador estaría obligado a asumir los pasivos de la compañía que suman 3.5 billones de pesos incluido el pasivo pensional, así como las inversiones superiores a los 7 billones de pesos que habría que realizar durante los próximos 10 años y segundo, porque algunos jugadores, al hacer de manera preliminar el ejercicio financiero les surge la duda que el nuevo marco tarifario sea suficiente para remunerar sus inversiones.
Contrario a la visión anterior, algunos expertos del sector eléctrico consideran que el negocio sí es interesante, porque coinciden en que, aún con los pasivos, se trata de un mercado con 2.6 millones de clientes en los siete departamentos de la Costa Atlántica donde la demanda crece al doble que el resto del país y destacan como ventajas el importante incremento en los ingresos que se puede obtener si la estrategia de operación se enfoca, como es obvio, en la disminución de pérdidas de energía cercanas al 24% y el aumento en el recaudo hoy en el 86%. Esta mirada dio lugar al estructurador de la solución (FDN) a plantear como primera alternativa buscar un operador inversionista.
Por lo pronto para evitar que las pérdidas de energía y dinero sigan creciendo no hay opción diferente, en tanto se encuentra la solución, a que la empresa intervenida haga sin dilación las inversiones con los tantas veces anunciados 860 mil millones de pesos aprobados por el CONPES desde hace un año.
Ante ese panorama no se puede desconocer que mientras corren los días la continuidad del servicio está en riesgo con el efecto sistémico que ello pueda generar en el sector eléctrico. Desde antes de la intervención la empresa administra un déficit que para el 2018 es de 35 mil millones de pesos mensuales en promedio.
Para cubrir el déficit y garantizar la operación, se estima que al finalizar el primer semestre de 2019 Electricaribe tendrá con el Fondo Empresarial de la Superservicios, financiador natural de las entidades intervenidas por ese ente de control, una deuda cercana a los 800 mil millones de pesos, recursos que tendría que conseguir con los mismos bancos acreedores de la empresa. Esta será una nueva deuda para el inversionista operador adicional a los 3.5 billones ya mencionados como también a los préstamos por 860 mil millones de pesos aprobados por el CONPES en caso de que se hagan las inversiones.
Es importante que el único participante en caso de retractarse no espere hasta el 28 de febrero del 2019 cuando vence el plazo para presentar su oferta. El tiempo apremia, son meses valiosos para emprender las diferentes alternativas que ya existen y evitar que tanto el déficit de Electricaribe y la deuda de recursos públicos sean cada vez mayores, recursos que, en caso de no concretarse la llegada del nuevo operador, Electricaribe nunca podrá devolver.
*Exagente Interventor de Electricaribe.