Y Duque cayó en la trampa

Los enemigos de Uribe, que también lo eran del presidente Duque antes de ser elegido primer mandatario de los colombianos, los mismos  que antes de las elecciones respaldaron las candidaturas de De la Calle, o de Fajardo y los más de Petro, unos agazapados y otros de frente le hicieron creer al presidente Duque que tenía que alejarse de las doctrinas del Centro Democrático, porque si no lo hacía, se convertiría en el títere de Uribe, porque esa era la única manera de lograr su propia imagen ante los colombianos y hoy que eso no les resultó, como lo demuestran las encuestas, culpan a Uribe y al partido de la mala imagen del presidente y de su gobierno en la encuestas recientes.

Cayó en la trampa nuestro gobernante, nombró un gabinete conformado en su mayoría por personas muy capaces e ilustrados, con muchos títulos académicos, pero cero en experiencia administrativa de lo público y por ende menos cero en saber que es la responsabilidad política de los que hacen parte del gobierno, como lo son los ministros y los directores de los departamentos administrativos.

Cierto es que las encuestas solo muestran momentos del acaecer de la sociedad, pero son indicativos que no se puede dejar de apreciar, pues es muy diciente que en tan solo cien días un presidente y su gobierno caigan tanto en la favorabilidad de la opinión pública.

La gobernabilidad es fundamental para ejercicio del poder, y cuando esta no es posible por no contar con las mayorías parlamentarias del partido político del gobernante, se hace necesario e imperioso crear coaliciones políticas alrededor de las ideas que triunfaron en las elecciones. Esto no significa mermelada, dicho que acuñó el ministro Echeverry para referirse a los dineros públicos entregados a los parlamentarios a través de los auxilios o cupos indicativos.

La percepción del país sobre el gobierno, no es buena, la ley de financiamiento no caló ni en el pueblo, ni en el Congreso, las marchas de los estudiantes muestran a un gobierno agobiado y preso de creer  que gobernar con sus amigos, es dividir o polarizar, la economía parece marchar bien, pero el ambiente no parece ser el más propicio para invertir en Colombia, en fin la imagen del país, no es la mejor y si el presidente no toma el toro por los cachos y gobierna, muy seguramente este periodo presidencial se moverá entre movimientos estudiantiles, marchas de los profesores, protestas de los camioneros, paros agrarios y muchas otras actividades que solo buscaran debilitar al gobernante y fortalece a la izquierda que desea llegar al poder con Petro o con cualquier otro candidato que los represente y llevar a Colombia por el camino de la Venezuela de Chávez, Maduro y Diosdado Cabello.

La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no de los conciliábulos de elite, por eso las alianzas políticas son frecuentes en todos los países democráticos del mundo. Estamos de acuerdo que no haya más auxilios o cupos indicativos o como los quieran llamar, fuente de corrupción, pero somos unos convencidos que Colombia actualmente, requiere no un consenso unanimista alrededor del gobierno, sino una alianza política que respalde las ideas de nuestro primer mandatario para sacar adelante el desastre que dejó Santos.

Siempre habrá contradictores en la política y de los gobiernos, y esto es bueno para la democracia, que se nutre de las controversias ideológicas alrededor de los modelos de Estado o de la forma de gobernar, lo que no es común es que un presidente elegido a nombre de un partido, no lo convoque a gobernar y que tampoco se preocupe por conformar una coalición de gobierno que le garantice la ejecución de programa presentado al pueblo para que lo eligieran.

¿Sabes Qué? Sigo siendo admirador del Presidente Duque creo en él, pero es urgente que dé un timonazoy corrija el rumbo. La historia nos indica que el presidente Barco en su momento, trato de imponer un gobierno de partido y tuvo que recapacitar a pesar de tener las mayorías en el Congreso y convocar a los conservadores a colaborar en el gobierno.

*Catedrático universitario