México, frente a un nuevo mandatario

Encuentro entre el presidente saliente, Enrique Peña Nieto, y el nuevo mandatario Andrés Manuel López Obrador, quien estará en la casa presidencial Los Pinos a partir de hoy

La era de Andrés Manuel López Obrador (Amlo) en México comienza hoy, un sexenio que tiene la tarea de atender los altos índices de inseguridad, la violencia, la corrupción y dar un nuevo respiro a la economía mexicana.

La situación del país no es sencilla. En 2017 se presentaron 29 mil asesinatos según el Instituto para la Economía y la Paz, y en 2018, solo de enero a octubre fueron 24 mil homicidios, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Además, en el índice de corrupción de Transparencia Internacional ocupa el puesto número 135 en el ámbito mundial, a tan solo 40 puestos del país con mayores índices de corrupción del mundo, que es Somalia. Por otro lado, en el ámbito económico el Banco Mundial proyecta para México una perspectiva de crecimiento de 2,3 % para 2019, el mismo estimado de 2018.

Y el presidente saliente, Enrique Peña Nieto, cuenta con la aprobación más baja de los últimos gobiernos (24 %) según Consulta Mitofsk, firma encuestadora. Tanto la administración de Peña Nieto como la de Felipe Calderón, quien estuvo en el poder entre 2006 y 2012, estuvieron salpicadas por el escándalo de corrupción de Odebrecht e, incluso, sus nombres han sido mencionados en las audiencias del narcotraficante Joaquín “el Chapo Guzmán, que se realizan en una corte de Brooklyn.

La izquierda, lo que sigue

Su llegada al poder ha generado altas expectativas en el país. Sin embargo, la popularidad que ganó después de presentarse como un mandatario austero que puede hacer contrapeso a los problemas de corrupción puede jugar en su contra. Así lo explica Gerardo Estrada, profesor de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Ha despertado tal expectativa que si no cumple con todo ello, si decepciona al electorado, puede ser grave porque son electores que se encuentran en una situación económica difícil y la inseguridad es algo que abarca toda la sociedad mexicana. Si no hay avances pronto, será difícil de manejar”, comenta.

Amlo ganó los comicios en 31 de los 32 estados de México y obtuvo el 53 % de la votación total, llegando al poder con la aprobación de más de la mitad de México, pero ahora, tal como señala Estrada, tiene la necesidad de ganar la confianza de los mercados y de los inversionistas porque la economía depende de la inversión extranjera y el mercado nortemericano tiene un papel importante en su sistema.

Con él, la izquierda llegó al poder en México, un país que se ha caracterizado por seguir a la centro derecha y que, como Colombia, tampoco hizo parte del boom de la izquierda en Latinoamérica.

Sin embargo, aunque su triunfo es significativo para este movimiento, “todavía hay que ver si logra afianzarse como una izquierda competitiva a largo plazo”, así lo explica Mario Torrico, profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México.

Torrico señala que hay una parte de la izquierda de la región que está esperanzada con su gobierno al pensar que su triunfo significa un relanzamiento de su ideología, pero asegura que López Obrador es un líder nacionalista que evita mencionar cualquier asunto de política internacional. Incluso, una vez fue preguntado por su política exterior y su respuesta fue que “la mejor política exterior es la política interior”.

Por eso, el experto indica que tiende a concentrarse “solo en el país y en su relación con Estados Unidos, que es la que a México más le importa”.

Con todo esto, México se enfrenta a un periodo de cambios en una nueva era, la de la izquierda al poder con Andrés Manuel López Obrador.

El Colombiano