HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Una mejor clase media

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Se sostiene por las ciencias sociales que la medición real del desarrollo de una nación se encuentra en el tamaño de su clase media y que mientras más grande sea, estaremos en una sociedad con un buen nivel de vida y una razonable equidad, ya que una sociedad con pocos ricos y pocos pobres es una sociedad justa y tranquilamente satisfecha. Según la definición del Banco Mundial, una persona es de clase media si vive en zonas urbanas, viaja frecuentemente en avión, puede planear sus vacaciones, tiene un empleo formal, la escolaridad del cabeza de hogar supera la del promedio de la población, su hogar no sobrepasa los tres miembros, sus hijos van a escuelas y colegios privados, tiene tarjetas de crédito y es atractivo para el mercado financiero formal.

Ahondando un tanto más, bien podemos decir que no es una clase promedio, sino diferente, distinta, con un importante sentido de pertenencia y poseedora de lo que se ha denominado facultad de atracción, misma que sostiene en todos los países la economía nacional, por lo que acapara la atención de empresarios y publicistas que orientan sus esfuerzos en buena medida a ganar su preferencia; de ahí que se afirme que toda persona de negocios entiende que tendrá un buen o mal año en función de lo que le apetezca a la clase media y de lo que le permita su bolsillo. Por eso, a su producto le inventa una novedad, le calcula el precio accesible y le inserta algún atractivo promocional de aquellos que le gustan a esa clase.

Es sin duda la clase media las más desprotegida y desamparada. No cuenta con los protectores de los ricos ni los defensores de los pobres, y sí la más constreñida por el fisco, la banca y la política. No cuenta con buen trato, auxilio, buenas promesas ni buenas mentiras, siendo sin duda la más olvidada por los políticos por cuanto sólo da y nada pide. Es ese sándwich, emparedado entre los de arriba y los de abajo, en modo de alarmante agobio.

Debe importar en mucho para unidades territoriales como la nuestra, una vital clase media, debido a que confina los extremismos políticos a un papel marginal, estabiliza y ayuda al crecimiento económico; más, cuando las crisis económicas aumentan las inequidades. Si las clases medias se debilitan mayores son los efectos desestabilizadores. Son firme estandarte contra las formas no democráticas de gobierno, razón de peso para fortalecerlas, so pena de generar una crisis de identidad con dañosas e impredecibles consecuencias.

A mayor clase media menos inequidades. Fungen como eje de la estabilidad interna y la seguridad. Difícilmente funcionarían las democracias si las clases medias, que contribuyen en alto grado a la estabilidad social y política, no se ven compensadas por su trabajo y su moderación y menos si se relajan sus valores morales. Aumentan nivel de vida y productividad, estimulan el esfuerzo y la creatividad. Cuando son menores las diferencias entre ricos y pobres, la vida social es más intensa, la gente es más solidaria, hay menos violencia y la esperanza de vida es mayor, imponiéndose en consecuencia una superior y más sólida clase media en beneficio colectivo. [email protected]

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